"Si se suman dos manzanas, pues dan dos manzanas. Y si se suman una manzana y una pera, nunca pueden dar dos manzanas, porque es que son componentes distintos. Hombre y mujer es una cosa, que es el matrimonio, y dos hombres o dos mujeres serán otra cosa distinta" - Ana Botella

Stars Centre (y 2)

EntendámonosEn nuestra visita al ultramoderno centro comercial Stars Centre de El Cairo, no sólo nos llamó la atención la cantidad de mujeres que, incluso en un lugar tan occidentalizado –o globalizado– como ése, se ocultaban prácticamente por completo bajo ropas anchas y negras; también nos sorprendió ver que muchos hombres, tanto maduros como jóvenes, presentaban en la cara, y más concretamente en la frente, unas extrañas marcas o manchas de aspecto poco definido, que les afeaban el rostro de forma similar a como lo haría la evidencia de alguna enfermedad cutánea. En un primer momento pensamos que podía tratarse precisamente de eso, de alguna enfermedad de la piel particularmente común en Egipto; pero nos extrañaba que, estando tan extendida en ese país, no hubiésemos oído hablar de ella en ningún momento, ni la mencionasen tampoco las guías con las que habíamos preparado nuestro viaje, y que tantas páginas y advertencias dedicaban a las cuestiones de salud y profilaxis.

Al día siguiente, de camino al aeropuerto para tomar el vuelo de regreso, mi marido preguntó al representante de la agencia con la que habíamos contratado nuestro viaje por las marcas en cuestión, y el joven egipcio nos aclaró enseguida que se trataba de cicatrices dejadas por la oración: durante sus rezos, los musulmanes deben tocar el suelo con la frente al menos 34 veces al día, y los que son muy devotos aumentan todavía considerablemente dicho número. De modo que quienes presentan esa deformación en el rostro, llamada zebiba (esto es, ‘uva pasa’), la llevan con orgullo, como testimonio palpable de su fervor religioso, de su fogosa adhesión al islam.

La religión, así pues, deja en Egipto su marca sobre los cuerpos tanto de mujeres como de hombres; con la importante diferencia de que lo que en las mujeres se manifiesta como ocultación y borrado del individuo, en los hombres se convierte en enfático exhibicionismo, como diciendo: “aquí estoy yo, miradme a la cara y veréis lo buen musulmán que soy”. Por otro lado, si al hablar de las ropas que esconden a la mujer en el mundo islámico podíamos establecer cierta analogía entre éstas y los armarios en los que, también en Occidente, se esconden aún tantos gais y lesbianas, parece igualmente posible hallar rasgos comunes entre la zebiba y ese machismo homófobo del que hacen gala, también en las sociedades occidentales, tantos hombres. En efecto, el machismo y el heterosexismo imperantes, al mismo tiempo que impulsan a los homosexuales a ocultarse, inducen en cambio a los hombres heterosexuales a hacer una continua y enfática exhibición de supuesta masculinidad, que a menudo incluye demostraciones de desprecio tanto hacia las mujeres como hacia los maricas; de este modo los machos heteros –y, confundidos entre éstos, no pocos homos armarizados– muestran su adhesión a la visión del mundo tradicionalmente dominante, que coloca al hombre heterosexual en una situación de privilegio.

Para entender el funcionamiento de estos mecanismos por los que los individuos muestran no sólo su conformidad, sino incluso su adhesión entusiasta, hacia una determinada visión del mundo socialmente hegemónica o prestigiosa, hay que tener en cuenta que ni las mujeres musulmanas que se tapan de pies a cabeza cada vez que salen a la calle ni los gais y lesbianas de Occidente que esconden a los demás una parte esencial de sus vidas e identidades (ni tampoco, por otro lado, los hombres egipcios que se afanan a diario en conseguir una zebiba para enseñarla orgullosamente al mundo, o los occidentales que tantos esfuerzos dedican a hacer ostentación incesante de machismo homófobo) lo hacen habitualmente porque alguien les obligue a ello sin su consentimiento; y sin embargo, sería por lo menos ingenuo pretender que en todo ello nada tienen que ver las presiones sociales que reciben de su entorno para manifestar cotidianamente, en su apariencia y comportamiento, que están plenamente en sintonía con las creencias y actitudes que ese mismo entorno considera correctas, normativas o ejemplares.

De ahí que la creciente extensión, especialmente entre los y las jóvenes del Egipto actual, de, respectivamente, las zebibas y los velos vaya paralela al auge en las últimas décadas de la religión islámica como elemento fundamental que define la identidad y las aspiraciones de aquella sociedad. Y de ahí también que resulte aún tan difícil, para tantísimos gais y, sobre todo, lesbianas de un país como España, por más que en él se haya alcanzado recientemente la igualdad legal de homo y heterosexuales, dejar de esconder su realidad a su entorno; y es que, como la luz y la sombra, la ocultación de unos grupos sociales y el exhibicionismo de otros se presuponen mutuamente, de manera que en un contexto como el nuestro, en el que todavía hoy un hombre puede ganar prestigio y estatus ante buena parte de la sociedad mostrando la fea marca de sus prejuicios sexistas y/u homófobos, difícilmente la igualdad y la libertad verdaderas de todas las personas pueden ser otra cosa que objetivos irrenunciables pero lejanos.

Nemo

Stars Centre (1)

Otras columnas de la sección «Entendámonos» aquí.

Comentarios
  1. leo
  2. Ave
  3. Ave
  4. Rukaegos
  5. Rukaegos
  6. Ave
  7. Odysseus the Ithacan
  8. Rukaegos
  9. Dr.Turbio
  10. Ave
  11. Rukaegos
  12. Dr.Turbio
  13. Rukaegos
  14. Ave
  15. Ave
  16. elputojacktwist
  17. Ave
  18. elputojacktwist
  19. Crasamet
  20. Ave
  21. Nemo
  22. Ave
  23. Ave
  24. Ave
  25. Nemo
  26. Ave
  27. Nemo

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

XHTML: Puedes usar las siguientes etiquetas para enfatizar texto o enlazar páginas: <em>Para texto en cursiva</em>, <strong>para texto en negrita </strong>, <a href="http://www.google.es" title="Un buscador"> Google<a> para enlazar páginas web, <del>para mostrar texto tachado</del>, <blockquote> para citar textos largos de varios párrafos</blockquote> y <q>para citar textos cortos de un solo párrafo</q>

Dosmanzanas quiere darte las gracias por dejar tu comentario en esta entrada, pero debe recordarte que la educación es la base fundamental para poder participar. No admitiremos los comentarios fuera de tono, con insultos o incitación a la violencia, o cuya finalidad sea provocar y distorsionar intencionadamente los debates. Dosmanzanas se reserva el derecho de borrar inmediatamente el comentario sin necesidad de notificarlo a su autor.