Nuevas reacciones contra el atentado de Tel Aviv mientras algunas voces condenan el clima de homofobia promovido por los ultraortodoxos

Las reacciones de consternación y dolor tras el doble asesinato homófobo de Nir Katz (en la foto) y Liz Trubeshi no dejan de sucederse en Israel. Tras las condenas tanto del jefe del estado, Simon Peres, como del primer ministro, Benjamin Netanyahu, ahora ha sido Dana Olmert, hija del que fuera primer ministro hasta hace pocos meses, Ehud Olmert, la que ha sorprendido saliendo públicamente del armario para solidarizarse con los jóvenes asesinados y criticar a los ultraortodoxos por contribuir a crear el caldo de cultivo para este tipo de ataques. También la líder de la oposición, Tzipi Livni, que desde el principio condenó con dureza el atentado, ha dedicado unas palabras muy especiales a los gays y lesbianas más jóvenes.

 
«Es un crimen contra los homosexuales y lesbianas pero también contra todos aquellos que defienden la libertad y tolerancia. Si se confirma que el asesino es un homófobo, algunos deben hacer una reflexión personal por sus declaraciones intolerantes», ha dicho Dana Olmert. De Olmert, que vive en pareja y tiene una hija, se sabía que era lesbiana, pero hasta ahora nunca había asumido un papel público. Con estas palabras, Olmert ha señalado implícitamente a los antiguos socios de su padre en el Gobierno (y que también forman parte del Gobierno actual), el partido ultraortodoxo Shas. Y es que, pese a que el Shas ha condenado el asesinato, Dana Olmert no olvida algunas declaraciones del pasado. «Uno de los problemas es que algunos dirigentes ultraortodoxos realizan comentarios homófobos y nadie se levanta en su contra. Han creado un caldo de cultivo para el odio», denuncia. Sin ir más lejos, hace apenas mes y medio dos manzanas recogía las declaraciones del ministro israelí del Interior y jefe de dicho partido, Eli Yishai, en contra del Orgullo LGTB de Tel Aviv considerándolo una «abominación».

También Mike Hamel, representante de la organización LGTB The Agudah, ha responsabilizado al Shas de promover la homofobia. «Elementos como Eli Yishai y Benizri (otro líder ultraortodoxo) que promueven el odio son todavía más fuertes que la actitud favorable hacia la homosexualidad», ha dicho.

Tzipi Livni, por su parte, ha declarado que «aunque todavía no sabemos todos los detalles, el odio existe y hay que combatirlo. Este atentado debe despertar a la sociedad para desprenderse de sus prejuicios y respetar a todos sus ciudadanos, independiententeme de su orientación sexual». Livni, que se manifestó junto a miembros de la comunidad LGTB, arrancó sus aplausos al exclamar «este crimen del odio debe dar fuerza a los jóvenes para que puedan decir a sus padres: ‘¡Papá, mamá, soy gay! o ¡soy lesbiana!».

Traumática y dolorosa salida del armario

Algunos familiares de los heridos se han enterado de su orientación sexual al mismo tiempo que recibían la noticia, dado que el grupo atacado estaba formado precisamente por adolescentes y jóvenes que buscaban ayuda y asesoramiento para, entre otras cosas, contar en casa que eran gays y lesbianas. Los dos jóvenes asesinados, de hecho, han sido Nir Katz, de 26 años, un joven gay que que asesoraba a adolescentes LGTB, y Liz Trubeshi, de 17 años, una adolescente cuya familia al parecer se niega a aceptar que su hija tenga relación con el grupo LGTB y ha señalado que «se encontraba en el centro por casualidad».

No todos las familias han reaccionado así. «Cuando escuchamos la noticia del ataque, no imaginábamos que nuestro hijo estuviera allí. Pero él nos llamó diciendo que estuvo en el atentado y que estaba bien. De repente, nos dimos cuenta que nuestro hijo es homosexual. Es un milagro que esté vivo. Ahora estamos digiriendo su identidad sexual. Nos hacemos muchas preguntas. No es nada fácil», ha afirmado el padre de otro de los chicos atacados.

Los locales de ambiente no cerrarán

Un portavoz de la Policía ha desmentido al diario «El Mundo» que se vaya a ordenar como medida de precaución el cierre de los locales frecuentados por el público LGTB, tal y como se informó en un principio. El director del pub Evita, próximo al lugar del ataque, ha sido tajante al respecto. «Los domingos por la noche se dedican al festival de Eurovisión pero hemos pensado que son momentos de dolor y no de alegría. Por eso anoche no hubo fiesta. Pero que nadie se engañe. Este local, como otros muchos de la comunidad, seguirán abiertos. Es nuestra gran victoria contra el asesino», ha dicho.