Da comienzo un nuevo juicio a Javier Rodrigo de Santos, el ex-concejal del PP en Palma, esta vez por presunto abuso de menores

El que fuera concejal de Urbanismo en el Ayuntamiento de Palma con el Partido Popular, Javier Rodrigo de Santos, conocido durante su carrera política por su proximidad a la iglesia católica y su negativa a celebrar matrimonios entre personas del mismo sexo, está siendo juzgado esta semana por presuntos abusos sexuales a menores. Rodrigo de Santos fue recientemente condenado por un delito de malversación de fondos públicos al haber cargado al erario público gastos derivados de sus visitas a locales de prostitución masculina.

En esta ocasión se enfrenta a una petición de 24 años y tres meses de cárcel, al atribuírsele cuatro presuntos delitos de abuso sexual, dos contra la salud pública y un último de corrupción de menores o alternativamente otro contra la integridad moral. Según la Fiscalía, el acusado aprovechó la amistad que le unía con las familias de distintos menores, bien por pertenecer al mismo grupo religioso o por pertenecer a su ámbito profesional. La acusación postula que Rodrigo de Santos realizó estos hechos «con sus facultades físicas psíquicas disminuidas aunque no anuladas» por el consumo de estupefacientes.

La Fiscalía señala que en otoño de 2007 un chico de 16 años amigo de sus hijos pasó la noche en el domicilio del acusado. Mientras dormía, le practicó una felación. Cuando despertó le dijo que no pasaba nada y le regaló unas zapatillas usadas. Ese mismo mes, siempre según la fiscalía, un hermano del anterior muchacho, de 14 años, también pernoctó en la casa. El acusado le hizo tocamientos, una felación e hizo que el menor le penetrara. El ex-concejal habría invitado a este mismo menor a un spa, dándole 50 euros con motivo de su cumpleaños y practicándole tocamientos. La acusación postula asimismo que en esas fechas, aprovechando que otro hermano de los anteriores, de 18 años, también dormía en su casa, le realizó  tocamientos y al despertarse le ofreció un frasco de popper bajo el pretexto de que «le sentaría bien».

Dos años antes, en el verano de 2005, Rodrigo de Santos habría contactado con otro menor de 16 años, al que habría invitado en varias ocasiones a consumir alcohol y hachís. En una ocasión habría llegado a contratar los servicios de una prostituta para observar al menor practicar relaciones sexuales con ella.

Entre los testigos citados por la fiscalía se encuentran los menores, que evitarán la confrontación visual con el acusado. Entre las personas propuestas por la defensa de Rodrigo de Santos, que niega los hechos, está previsto que comparezcan su esposa y varios sacerdotes.