"Si se suman dos manzanas, pues dan dos manzanas. Y si se suman una manzana y una pera, nunca pueden dar dos manzanas, porque es que son componentes distintos. Hombre y mujer es una cosa, que es el matrimonio, y dos hombres o dos mujeres serán otra cosa distinta" - Ana Botella

El resultado de las elecciones australianas podría reavivar el debate sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo en ese país

Interesante resultado el de las elecciones australianas celebradas el sábado. Ni la coalición liberal-conservadora ni los laboristas, ambos opuestos al matrimonio entre personas del mismo sexo (tal y como explicitaron hace pocos meses en una votación en el Senado), han conseguido mayoría absoluta en la Cámara de Representantes. Necesitarán el apoyo de los grupos minoritarios, entre los cuales el apoyo a la causa LGTB es significativamente mayor. Pero además el Partido Verde, favorable al matrimonio homosexual, ha logrado un resultado histórico en el Senado.

La realidad política australiana ha estado marcada a lo largo de los últimos años por la preponderancia de líderes políticos abiertamente homófobos, tanto desde el lado liberal-conservador (John Howard, primer ministro entre 1996 y 2007) como del laborista (Kevin Rudd, primer ministro desde 2007 hasta junio de 2010). Rudd, de hecho, se enfrentó por este tema a los sectores más progresistas de su propio partido. La sustitución, hace pocos meses, de Rudd por su correligionaria Julia Gillard (como consecuencia de las luchas internas en el seno del Partido Laborista, precipitadas por disensiones respecto a la política fiscal) tampoco mejoró las perspectivas. Gillard, actual primera ministra y candidata laborista a repetir mandato, es una conocida opositora al matrimonio entre personas del mismo sexo. Cuenta además con el apoyo (puede sonar increíble, pero así es) de Penny Wong, ministra laborista abiertamente lesbiana pero contraria al matrimonio homosexual «por respeto a como la gente ve la institución» del matrimonio.

Tras las elecciones, y si se confirman los resultados que adelantan los medios, tanto conservadores como laboristas, previsiblemente empatados a escaños en el recuento final, necesitarían el apoyo de al menos tres diputados más para conseguir la mayoría absoluta. A este respecto, además de los representantes de los dos grandes grupos, la Cámara de Representantes contará con un representante del Partido Verde (Adam Bandt) y tres representantes independientes. Tanto Bandt como uno de los independientes, Andrew Wilkie, son activos defensores de la igualdad jurídica de gays y lesbianas y de la apertura del matrimonio a las parejas del mismo sexo. Por si fuera poco, el Partido Verde ha conseguido un resultado histórico en el Senado, convirtiéndose con 9 escaños en la tercera fuerza política, necesaria para deshacer el empate entre las dos fuerzas mayoritarias.

Algunos observadores consideran que la novedosa situación política (Australia no elegía una Cámara de Representantes sin mayoría absoluta de ningún partido desde hace décadas) puede situar en el centro del debate político la discusión sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, dado además el debate interno que los laboristas mantienen sobre el asunto. Estaremos atentos…

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