"Si se suman dos manzanas, pues dan dos manzanas. Y si se suman una manzana y una pera, nunca pueden dar dos manzanas, porque es que son componentes distintos. Hombre y mujer es una cosa, que es el matrimonio, y dos hombres o dos mujeres serán otra cosa distinta" - Ana Botella

El Gobierno italiano parece decantarse por las posturas más apegadas a la iglesia católica en materia LGTB

El «Ejecutivo de tecnócratas» que preside en Italia Mario Monti ha mantenido hasta la fecha una actitud globalmente positiva hacia las minorías sexuales, sobre todo en comparación con anteriores Gobiernos. La ministra de Trabajo y Protección Social Elsa Fornero, en particular, se ha mostrado especialmente sensible al tema. Sin embargo, varias actuaciones recientes de miembros del Gobierno, entre los cuales se encuentra la propia Fornero (y que se suman además a casos como el de la censura, por parte del Ministerio de Salud, de la referencia al preservativo en un folleto elaborado por la OMS) ponen de manifiesto los limites de la laicidad y la fuerza de los sectores conservadores en Italia.

A mediados de mayo la ministra del Interior, Anna Maria Cancellieri, emitía una circular sobre la movilidad interna de la Policía, que por primera vez reconocía a las parejas de hecho de los funcionarios policiales estatales derechos similares a los de las parejas casadas. La circular, sin embargo, excluyó expresamente a las parejas homosexuales al definir como pareja de hecho “aquella constituida por dos personas de sexo distinto que conviven more uxorio de manera estable”, según reza el documento.

Se trata de una norma claramente discriminatoria que ha merecido la condena de los colectivos LGTB. El letrado del círculo il Cassero de Bolonia, Michele Giarratano, ha subrayado que está en clara contradicción con la legislación italiana en materia de discriminación laboral y de varios pronunciamientos judiciales, como la reciente sentencia de la Corte Suprema de Casación italiana que afirma que las parejas del mismo sexo tienen derecho a una vida familiar con los mismos derechos que las parejas de distinto sexo.

Sin alejarnos del entorno policial, Simonetta Moro, presidenta de Polisla primera asociación de policías LGTB de Italia– ha denunciado recientemente la homofobia que sigue reinando en las fuerzas de seguridad italianas. Moro ha afirmado que muchos funcionarios «siguen teniendo miedo» a vivir abiertamente su homosexualidad y ha pedido un cambio cultural que pase también por el lenguaje. «Basta de chistes homófobos«, ha concluido.

La ministra Fornero se excusa por defender los derechos LGTB

Pero la ministra Cancellieri no ha sido la única miembro del Gobierno en posicionarse contra las parejas del mismo sexo. Su compañera, la ministra de Trabajo y Protección Social, que hasta el momento había destacado por su sensibilidad hacia la problemática de la comunidad LGTB, ha protagonizado un sorprendente volte-face en los últimos días.

A mediados de mayo, la ministra Fornero entraba en el debate sobre el reconocimiento jurídico de las parejas del mismo sexo (reabierto por las declaraciones en favor del matrimonio igualitario del presidente de Estados Unidos, Barack Obama). En aquel entonces la ministra volvió a mostrar su apoyo a la comunidad LGTB, declarando que el estado no podía ignorar las demandas de las parejas homosexuales. “No podemos cerrar los ojos frente a la realidad”, afirmaba la ministra, que pidió además una “reflexión” sobre el tema. Unas declaraciones que fueron interpretadas como una apertura al reconocimiento de las parejas del mismo sexo y que fueron muy criticadas por los sectores católicos y sus aliados de la derecha político-mediática.

Finalmente, la ministra Fornero ha acabado dando explicaciones en el diario de la Conferencia Episcopal Italiana, Avvenire. En la carta la ministra sostiene que sus palabras fueron malinterpretadas y defiende la “familia tradicional”. La ministra se dice en contra del reconocimiento de las parejas del mismo sexo aunque afirma, en una ambigua argumentación, que no hay que olvidar los derechos de los “individuos” que forman las parejas de hecho pero sin equiparar nunca a estas con «la familia fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer». Las «excusas» de Fornero -que dicen mucho sobre la situación de la laicidad en Italia y la influencia de los sectores católicos en la vida pública italiana- han sorprendido a muchos y han recibido la condena de las asociaciones LGTB italianas, que han pedido a la ministra un encuentro urgente.

En el último informe de ILGA Europe sobre los derechos humanos de las personas LGTBI en Europa, recordemos, Italia obtuvo +2,5 puntos en una escala que va desde los -4,5 de Moldavia y Rusia a los 21 de Reino Unido.

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