"Si se suman dos manzanas, pues dan dos manzanas. Y si se suman una manzana y una pera, nunca pueden dar dos manzanas, porque es que son componentes distintos. Hombre y mujer es una cosa, que es el matrimonio, y dos hombres o dos mujeres serán otra cosa distinta" - Ana Botella

Incertidumbre política en la Italia postelectoral, mientras se plantean las primeras iniciativas parlamentarias en materia LGTB (ACTUALIZADA)

La crisis política desatada por el resultado de las recientes elecciones sigue más abierta que nunca en Italia. El presidente de la República, Giorgio Napolitano (cuyo mandato concluye el 15 de mayo) ha comenzado este miércoles las consultas para intentar formar gobierno, tarea extremadamente difícil dada la presencia de tres minorías de bloqueo en el Senado. Por lo que a los derechos LGTB se refiere, destaca la inclusión de una ley de uniones civiles en el borrador de programa de Gobierno presentado por el líder del Partido Democrático (PD), Pierluigi Bersani, y  el hecho que varios diputados han presentado ya en el primer día de la nueva legislatura una serie de proyectos de ley contra la homofobia y la transfobia, a favor de una ley de uniones civiles abierta a las parejas del mismo sexo e incluso a favor del matrimonio igualitario.

Pierlugi Bersani ha presentado un programa de «gobierno de cambio» compuesto de ocho puntos, entre los cuales se encuentran la aprobación de una ley de uniones civiles en un sentido parecido al de la actual normativa alemana y una ley contra la homofobia. Según los medios LGTB italianos esta ley de uniones civiles prevería que la pareja haga una declaración ante un funcionario del registro civil que tendría «efectos equivalentes a los del matrimonio«. Sus contrayentes estarían unidos en regímen de de comunidad de bienes, se les consideraría «miembros de la familia» y en caso de fallecimiento el miembro sobreviviente de la pareja tendría derecho a la pensión de viudedad y en caso de separación y divorcio será necesaria una decisión judicial. La propuesta deja fuera la adopción homoparental, salvo en el caso de que un miembro de la pareja quisiera adoptar al hijo natural de su pareja.

No se trata de las únicas propuestas surgidas estos últimos días en el ámbito LGTB. Los diputados abiertamente gays del PD Ivan Scalfarotto y Sergio Lo Giudice han solicitado que se extienda a sus parejas la cobertura sanitaria que el Parlamento italiano proporciona a los diputados y a sus familiares (ya la exdiputada Paola Concia había presentado, sin éxito, una petición parecida el año pasado). Scalfarotto además ha presentado tres proposiciones de ley sobre el matrimonio igualitario, la lucha contra la homofobia y la transfobia y los derechos de las personas transexuales preparadas por la asociación de abogados por los derechos LGTB Rete Lenford en el ámbito de la iniciativaParticipa y haz crecer a Italia“. También el diputado de Izquierda, Ecología y Libertad (SEL), Gennaro Migliore, ha presentado una proposición de ley en favor del matrimonio igualitario.

Conviene precisar en este punto que, al menos en teoría, en el nuevo Parlamento existe por primera vez mayoría a favor de los derechos LGTB. De hecho, si el PD decidiera apoyar el matrimonio igualitario (algo que a día de hoy resulta imposible) este tendría grandes posibilidades de salir adelante.

La situación política

Como saben los lectores de dosmanzanas la coalición de centro-izquierda liderada por Pierluigi Bersani ha obtenido la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados gracias al “premio de mayoría” por ser la coalición más votada. En el Senado, donde este “premio” se distribuye regionalmente, nadie ha conseguido la mayoría. Una situación compleja que deja abiertos todos los escenarios. La prensa italiana recoge múltiples posibilidades (los hay que no descartan ni siquiera un acuerdo entre el centro-izquierda y la derechista Liga Norte). Bersani parece determinado a buscar el apoyo de Giorgio Napolitano para encabezar un gobierno en minoría capaz de lograr el respaldo del M5S de Beppe Grillo en asuntos puntuales, pero parece difícil que logre alcanzarlo. Grillo ha afirmado que Bersani es un “cadáver político” y ha anunciado que su movimiento no votará en ningún caso la confianza a un gobierno presidido por el líder del PD. Napolitano, por su parte, ha recordado que será él quien decidirá a quien confiar el encargo de formar el próximo ejecutivo. Entre los escenarios que se bajaran están la permanencia de Mario Monti en el cargo hasta las próximas elecciones, la formación de un gobierno de corta duración presidido por un representante del PD que no sea Bersani o un nuevo ejecutivo de tecnócratas.

Todo apunta a que en cualquier caso se tratará de una legislatura muy breve. Los analistas vaticinan que Italia podría incluso volver a las urnas este mismo año. Los partidos, de hecho, parece estar preparándose por ello. Muchos interpretan los ataques cada vez más violentos y extremos de Silvio Berlusconi a los jueces que le juzgan (a los que ha definido como un «cáncer» y una “organización de delincuentes”) como una prueba que el líder de la derecha italiana sigue en campaña electoral.

La situación en el seno del PD

La situación es aún complicada por las divisiones existentes en el seno del propio PD. Pierluigi Bersani ha descartado acuerdos con Berlusconi (quien desde el primer momento ha propuesto un pacto) y se muestra decidido a explorar la opción del “gobierno de cambio” con apoyos del M5S de Grillo. Sin embargo, tras el resultado electoral han sido muchos los que han cuestionado el liderazgo de Bersani, afirmando que el partido habría ganado las elecciones si su candidato hubiese sido el alcalde de Florencia Matteo Renzi (al que Bersani derrotó en primarias). El propio Renzi, que se ha mostrado partidario de un acuerdo entre el PD y el Pueblo de la Libertad (PdL, el partido de Berlusconi) ha dejado claro su disgusto con la línea decidida por Bersani y se ha declarado listo para liderar el partido. También el exprimer ministro Massimo D’Alema ha rechazado cualquier acuerdo con el M5S y se ha dicho partidario de un acuerdo con Monti y el PdL.

De momento Bersani ha logrado mantener el control sobre el partido (aunque ya ha recibido algún toque de atención por parte de sus diputados), ha obtenido el respaldo de la dirección a su programa de Gobierno y ha logrado un indudable victoria política en la elección de los presidentes de las dos cámaras, descartando a los candidatos de la vieja guardia de su partido y colocando a la diputada de SEL y exportavoz del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados en Italia, Laura Boldrini, en la presidencia de la Cámara de Diputados y al el exfiscal nacional antimafia, Pietro Grasso, en la presidencia del Senado. Victoria esta muy importante, al infligir una derrota política al M5S cuyos senadores se han mostrado divididos sobre la candidatura de Grasso (una decena de ellos rompió la disciplina de grupo votando a favor del exjuez antimafia). Algo paradójico si se tiene en cuenta que Boldrini y Grasso no habrían sido candidatos sin los aires de cambio desatados por el magnífico resultado del M5S en las elecciones. La exclusión de la vieja guardia del PD (llena de opositores a los derechos LGTB, cabe recordar) de las presidencias de las cámaras y la elección de dos personalidades respetadas y nuevas en política es un hecho sin duda muy positivo, aunque aunque hay que lamentar que ninguno de los dos haya mencionado de forma explícita los derechos LGTB en sus discursos de investidura.

Elección del próximo Presidente de la República

Antes de convocar nuevas elecciones habrá que elegir en cualquier caso al nuevo jefe del estado para los próximos siete años, ya que Napolitano, por limitación constitucional, carece de la facultad de disolver las cámaras en la última fase de su mandato: solo el próximo presidente puede hacerlo. Los «grandes electores» se reunirán a mediados el próximo mes (el presidente de la República es elegido en una votación conjunta de las dos cámaras a la que se suman representantes elegidos por las regiones), pero a día de hoy se desconoce quien será elegido en este «cónclave republicano».

Esta es sin duda la batalla política más importante de las que se juegan en estos momentos en Roma. El presidente de la República desempeña hoy día un papel fundamental en la vida política italiana. La importancia de esta figura (mucho menos relevante durante la I República) ha crecido mucho en las últimas dos décadas, y nadie duda de que así seguirá siendo en estos años. El propio Berlusconi ha adelantado que dará «batalla en el Parlamento y en las calles» si el próximo presidente es de izquierda.

Una de las posibilidades sería la elección del jurista Stefano Rodotà, alrededor de cuya posible candidatura se está conformando un significativo movimiento. El profesor Rodotà es un firme defensor de la Constitución y de los derechos civiles y LGTB. Su elección sería una excelente noticia para la comunidad LGTB italiana.

Actualización (23/03/2013)

Tras concluir su ronda de consultas con los partidos con representación parlamentaria, el presidente Napolitano se ha dirigido a la nación en un solemne mensaje televisado desde el Palacio del Quirinal. En un largo y detallado discurso, calificado de «inédito» por el diario La Repubblica, el presidente italiano ha analizado el escenario político, ha recordado la grave crisis que vive Italia y ha subrayado la necesidad de garantizar la estabilidad institucional y dar al país un nuevo gobierno cuanto antes. En este sentido, Napolitano ha considerado que es la coalición de centro-izquierda la que objetivamente está «en condiciones más favorables» para intentarlo, habiendo encargado a Pierluigi Bersani «verificar la existencia de un apoyo parlamentario seguro» en ambas cámaras. Cabe subrayar que Bersani no ha sido encargado exactamente de formar gobierno, sino de comprobar si cuenta con respaldo parlamentario para intentarlo, una decisión que demuestra las dudas que el jefe del estado italiano mantiene sobre el hecho de que el líder del PD logre obtener la mayoría en el Senado.

Las reacciones del resto de fuerzas políticas no se han hecho esperar. El M5S ha reiterado que no está dispuesto a votar la confianza al líder del PD, mientras que Berlusconi ha reafirmado su oferta de un gobierno de unidad (eso sí, según afirma la prensa italiana, exige a cambio la elección de un presidente de la República de su agrado y cambios legales que le permitan escapar a sus problemas con la justicia). Resulta también evidente que una alianza PD-PdL haría casi imposible cualquier avance en materia LGTB.

La crisis política italiana está pues más abierta que nunca. Seguiremos su evolución y los efectos que tendrá sobre el reconocimiento de los derechos LGTB.

Comentarios
  1. Quique

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