"Si se suman dos manzanas, pues dan dos manzanas. Y si se suman una manzana y una pera, nunca pueden dar dos manzanas, porque es que son componentes distintos. Hombre y mujer es una cosa, que es el matrimonio, y dos hombres o dos mujeres serán otra cosa distinta" - Ana Botella

Carta al presidente del Partido Liberal de Colombia ante el debate del proyecto de ley de matrimonio igualitario

En momentos en que el Congreso colombiano se acerca a debatir la ley de matrimonio igualitario, que abriría el matrimonio civil a las parejas del mismo sexo, causa preocupación que mientras los conservadores han conformado un bloque de oposición firme, aderezado con argumentos religiosos y con una alianza con la Iglesia católica y las evangélicas, los liberales no muestren el compromiso que se esperaría de ellos frente a las libertades individuales y el laicismo.

Esta es la carta que la Asociación de Ateos y Agnósticos ha dirigido al presidente de esta colectividad, Simón Gaviria:

Respetado Presidente,

Reciba un cordial saludo de la Asociación de Ateos y Agnósticos de Bogotá.

Con honda preocupación vemos que nuestro país carece de un grupo político que realmente defienda las libertades individuales y el laicismo necesarios para el mantenimiento de la democracia.

Nosotros esperaríamos encontrar un decidido respaldo a la libertad precisamente del Partido Liberal, ya que el sustento global de las libertades individuales es el liberalismo. El liberalismo como concepción filosófica interpreta al ser humano como un sujeto autónomo, diferenciando claramente la moral de la religión y la política de la religión. Pero tristemente y para infortunio de las minorías en Colombia, el Partido Liberal Colombiano no manifiesta por estos tiempos un claro, audible y decidido compromiso con la defensa de estas libertades, lo cual es esencial a su existencia como movimiento político.

En este momento hay en curso dos proyectos de ley que buscan ampliar las libertades individuales de los colombianos: el de la reglamentación de la eutanasia y el del matrimonio igualitario. Además de estos, se hace necesario un proyecto que reglamente la práctica de la interrupción voluntaria del embarazo en las tres excepciones dadas por la Corte Constitucional, a saber: riesgo de vida de la madre, malformación fetal y violación.

Lastimosamente el Partido Liberal Colombiano no ha adoptado e impulsado estos proyectos a favor de los derechos sexuales y la libre determinación con ahínco, como debería corresponderle al partido que por definición debe ser el abanderado de las libertades individuales.

Más vergonzoso y escandaloso es el hecho que la bancada del liberalismo en el Senado haya apoyado la reelección de Alejandro Ordoñez Maldonado, como Procurador General de la Nación, de quien se conoce ampliamente su homofobia y su negativa para que las mujeres puedan decidir sobre sus cuerpos, y quien además dice, contrariando fallos de la Corte Constitucional, que Colombia no es un Estado laico sino un Estado aconfesional.

Es francamente lamentable que ante la arremetida de la Procuraduría hacía los defensores de derechos sexuales y reproductivos, como fue el caso de Mónica Roa de Women’s Link World Wide y de Daniel Sastoque Coronado, líder de los derechos LGBTI, el liberalismo no se haya pronunciado de forma oficial, y que haya sido una coalición de ONGs –entre estas nosotros- los que hayamos tenido que llevar a instancias internacionales nuestra petición, meses después de que los así llamados liberales le hayan dado alegremente su voto a Alejandro Ordoñez. ¿Qué pasa con el liberalismo? ¿Dónde quedaron los principios liberales?

En el siglo XIX el liberal José Hilario López entendió lo que era el laicismo y el compromiso requerido con las libertades individuales. En 1851 López abolió la esclavitud en Colombia, y a pesar de que poderosos opositores conservadores en el Cauca se levantaron en armas, el compromiso con la libertad fue tal que se les opuso con la debida firmeza. Bajo su gobierno, en 1852 se introdujo el matrimonio civil, el cual fue atacado con fiereza por la Iglesia Católica, aduciendo, como lo hace hoy con el matrimonio igualitario, que esta potestad no podía tenerla el Estado y que conllevaría a la ruina moral de la sociedad. Un año más tarde, López logra que Colombia tenga una ley de divorcio. ¡Si tan solo los liberales de hoy tuviesen la mitad del compromiso que José Hilario López tuvo para defender el laicismo y ampliar las libertades individuales!

No se justifica el actuar del Partido Liberal en el presente con las ideas y propuestas del liberalismo en el mundo. Todos los ciudadanos colombianos que creemos en que la democracia se profundiza cuando se protege a sus minorías, demandamos que el Partido Liberal Colombiano se muestre firmemente a favor del proyecto de ley de matrimonio igualitario, al de eutanasia, que proponga una ley que reglamente la interrupción voluntaria del embarazo en los casos permitidos, que alce su voz y declare que los derechos sexuales y reproductivos son derechos humanos que requieren protección y promoción, y que haga de la separación entre Estado e Iglesias, es decir el laicismo, algo real, como lo han hecho los políticos liberales en Uruguay, Francia, España, entre otros.

Aún están a tiempo de enmendar la plana. Este miércoles 10 de abril, cuando se vote el proyecto de ley que abre el matrimonio civil a las parejas del mismo sexo, se presentará una oportunidad para reconciliarse con los principios liberales que fortalecen la democracia.

Si esta inercia continúa, creo que no tiene sentido que se siguiesen llamando liberales. Si, como muchos analistas políticos dicen, los partidos políticos comprometidos con un ideario ya no existen; si lo único que hubiese fuera un interés por participar de la burocracia, bien podrían bajar su bandera, que tiene la L de la libertad, e izar una con el logo de la coalición del gobierno de turno. Los colombianos que nos interesamos por las libertades individuales estaremos observando con interés.

Atentamente,

Asociación de Ateos y Agnósticos de Bogotá

Puedes firmar esta misma carta, como petición online a Simón Gaviria, pinchando aquí.

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Comentarios
  1. Yesyd Rodríguez

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