"Si se suman dos manzanas, pues dan dos manzanas. Y si se suman una manzana y una pera, nunca pueden dar dos manzanas, porque es que son componentes distintos. Hombre y mujer es una cosa, que es el matrimonio, y dos hombres o dos mujeres serán otra cosa distinta" - Ana Botella

La plataforma homófoba HazteOír ve reconocida por Naciones Unidas su estatus consultivo

Apenas tres meses después de que el Gobierno español la reconociera como asociación de utilidad pública, Naciones Unidas ha reconocido a la organización ultraconservadora HazteOír, ferozmente opuesta a los derechos LGTB, el carácter de ONG con estatus especial consultivo, lo que le permitirá ser escuchada en materia de familia, libertades y derechos, asistir a conferencias y enviar declaraciones.

El carácter consultivo especial se concede a las ONG que trabajan en algunos de los ámbitos de actividad cubiertos por el Consejo Económico y Social (ECOSOC). Pero el estatus consultivo ofrece a las ONG acceso no solo a ECOSOC, sino también a sus numerosos órganos subsidiarios, a los diversos mecanismos de derechos humanos de las Naciones Unidas, a los procesos especiales y también a eventos especiales organizados por el presidente de la Asamblea General. En este caso, el ECOSOC parece haber aceptado sin problemas la recomendación hecha en mayo por su comité de ONG, que calificó a HazteOír de «asociación internacional con base en España que busca promover la participación de los ciudadanos en la política».

Una mala noticia que muestra como los grupos homófobos no descansan en su empeño de conquistar cotas de representación. En España HazteOír ya ha conseguido ser declarada asociación de utilidad pública de la mano del ministro del Interior Jorge Fernández Díaz, lo que en la práctica se traduce en desgravaciones fiscales para las personas o empresas que le hagan donaciones o sean socias y mayores facilidades para acceder a subvenciones. Para ser una asociación de utilidad pública, según marca la ley, sus fines estatutarios deben “promover el interés general” y ser de carácter “cívico, educativo, científico, cultural, deportivo, sanitario, de promoción de los valores constitucionales, de promoción de los derechos humanos, de asistencia social, de cooperación para el desarrollo, de promoción de la mujer, de protección de la infancia, de fomento de la igualdad de oportunidades y de la tolerancia, de defensa del medio ambiente, de fomento de la economía social o de la investigación, de promoción del voluntariado social, de defensa de consumidores y usuarios, de promoción y atención a las personas en riesgo de exclusión por razones físicas, sociales, económicas o culturales, y cualesquiera otros de similar naturaleza”.

Una definición que no parece casar con una organización ultraconservadora que entre otras cosas defiende como único modelo de familia merecedor de reconocimiento jurídico como tal a la familia tradicional y se ha opuesto y se sigue oponiendo con fiereza tanto al derecho de las parejas del mismo sexo a contraer matrimonio como a la adopción homoparental. Con seguidores muy motivados y una considerable capacidad de movilización entre los sectores más conservadores, HazteOír ha sido en los últimos años una de las columnas vertebrales de las manifestaciones contra el matrimonio igualitario o el aborto convocadas durante el anterior Gobierno socialista. Es también, como mencionamos hace pocos días, una ferviente defensora de la legislación homófoba recientemente aprobada en Rusia, que considera un ejemplo a seguir. “Pese a las presiones de los grupos homosexuales, que reaccionan con furia, el Este europeo sigue el ejemplo de Rusia para proteger a los niños, conteniendo la promoción de actos sexuales que atentan contra la familia y el matrimonio”, ha expresado al respecto.

Solo unas pocas organizaciones LGTB

Por cierto que de las ya casi 4.000 ONG que tienen reconocido el estatus consultivo por el ECOSOC solo unas pocas son organizaciones LGTB. Entre ellas están la ILGA (International Lesbian, Gay, Bisexual, Trans and Intersex Association), que lo tiene reconocido desde 2011; la IGLHRC (International Gay and Lesbian Human Rights Commission), desde 2010, y la española FELGTB, desde 2008.

Organizaciones LGTB a las que cuesta gran trabajo acceder a estos órganos consultivos, debido a la oposición de numerosos países. En 2002, sin ir más lejos, el Gobierno español, presidido por José María Aznar, fue el único de los Gobiernos de la Unión Europea representados entonces en el ECOSOC que se opuso a conceder ese año a conceder a la ILGA el estatus consultivo.

Comentarios
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