"Si se suman dos manzanas, pues dan dos manzanas. Y si se suman una manzana y una pera, nunca pueden dar dos manzanas, porque es que son componentes distintos. Hombre y mujer es una cosa, que es el matrimonio, y dos hombres o dos mujeres serán otra cosa distinta" - Ana Botella

Eurovisión 2015. Segunda semifinal

Desayuno en Urano

La segunda semifinal es mucho más interesante que la primera. Vamos con ella.

Lituania. Monika Linkytė & Vaidas Baumila. «This time»
A ver: que aquí la canción es lo de menos. Que lo que nos gusta es el Vaidas Baumila. Pero mucho mucho

Irlanda. Molly Sterling. «Playing with numbers»
Irlanda, Eurovisión y baladas: pura historia del festival. Tras Francia, la mejor balada de este año, pese a que no llega a abandonar ese espacio plano en el que se encuentra bastante cómoda y al que se lanza la francesa sin miedo.

San Marino. Michele Perniola & Anita Simoncini. «Chain of lights»
Yo repetiría en bucle los cinco primeros segundos en plan meme de esos que se pueden usar en todas las ocasiones. El inicio más dramaqueen de la historia del festival. Mucho nos tememos que ver a San Marino en la final no va a ser fácil este año.

Montenegro. Knez. «Adio»
Vale, sí, soy fan de Montenegro: porque suenan a Montenegro. Distintas, lejanas. Pero, este año se podían haber estirado un poco más. No creo que lleguen muy lejos.

Malta. Amber. «Warrior»
Y otra que se va a ir a su casa antes de tiempo va a ser Malta. La chica parece que se ha escapado de una discoteca de Torralba de Calatrava en los ochenta. Lo cual no es malo: es lo que es.

Noruega. Mørland & Debrah Scarlett. «A monster like me»
Sé que estáis todas medio enloquecidas con esta canción así que no me voy a cebar. Solo decir que Azerbayán ya ganó con esta misma canción en 2011. Y que no cantan bien. Y que, si gana, solo me cortaré las venas en horizontal en vez en vertical como hice cuando ganó Loreen.

Portugal. Leonor Andrade. «Há um mar que nos separa»
Después de lo del año pasado, Portugal lo tenía fácil para enviar algo mejor… Y sin embargo (y pese a ser una canción bonita), hay algo que no termina de encajar. O quizá es Portugal el que no termina de encajar, nunca, en general. Mejor para ellos.

República Checa. Marta Jandová & Václav Noid Bárta. «Hope never dies»
Václav Noid Bárta. Preparen los clínex si tienen suficiente intimidad o poca vergüenza. Mortifiquen su cuerpo. Y no se hable más.

Israel. Nadav Guedj. «Golden boy»
Si eres capaz de pasar de los primeros 30 segundos aún quedan otros 30 hasta llegar al (estupendo) estribillo de este collage de tres canciones en plan mash up del que solo se salva una. La frase final, maravillosa: ok, nos tenemos que ir, tres minutos, adios.

Letonia. Aminata. «Love injected»
Vale, que no es Bjork ni los Young marble giants, pero los mínimos arreglos exquisitos, la música casi inexistente, la convierten en una de las joyas de este año.

Azerbaiyán. Elnur Hüseynov. «Hour of the wolf»
Vale. El directo no es lo suyo. La canción es penosa. Pero solo de pensar en los callejones asolados por el viento en Bakú, se pone uno malito.

Islandia. María Ólafsdóttir. «Unbroken»
Otra canción pesadísima de esas que parecen alargar el tiempo cual viaje intergaláctico. 3 minutos pueden contener todos los minutos del mundo. Recomendable poner los fines de semana.

Suecia. Måns Zelmerlöw. «Heroes»
¿Un homófobo en Eurovisión, dirán ustedes? Pues como todos los años. Pero vamos, que visto lo visto en la organización del orgullo madrileño, cualquier cosa. Canción favorita, que es un truño disfrazado. Un pollazo el chaval tiene, eso es así. Quedará entre las cinco primeras, me temo.

Suiza. Mélanie René. «Time to shine»
Dice que es momento para brillar, o algo así. Pero habrá que frotar mucho.

Chipre. John Karayiannis. «One thing I should have done»
¿Un hipster en Eurovisión? Pues sí. En Chipre es que ya hay de todo. Y con canción monísima.

Eslovenia. Maraaya. «Here for you»
Mucha fatiguita ya llegar hasta aquí: pero atención, aguanten que hay mucha tontuna y una canción que podría llegar a tener cierto interés si uno se abstrae de los últimos 35 años de historia de la música.

Polonia. Monika Kuszyńska. «In the name of love»
Si Portugal es el país que históricamente más me gusta, Polonia es el que menos. Perezón absoluto. Y no defrauda.

A nosotros nos gusta Letonia, Noruega, Chipre, Montenegro e incluso podemos bajar el listón hasta Irlanda e Israel. Seguramente pasen también Eslovenia, Suecia, República Checa y Lituania (aunque preferiríamos que lo hiciera Portugal). Lo peor de todo es que Azerbayán pasará y dejará fuera a uno de los del primer grupo (¿Irlanda, Montenegro, Chipre?): toca sufrir.

ACTUALIZACIÓN: finalmente pasaron Letonia, Noruega, Chipre, Montenegro, Israel, Eslovenia, Suecia y Lituania. Azerbayán pasó, efectivamente y el horror de Polonia.

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