"Si se suman dos manzanas, pues dan dos manzanas. Y si se suman una manzana y una pera, nunca pueden dar dos manzanas, porque es que son componentes distintos. Hombre y mujer es una cosa, que es el matrimonio, y dos hombres o dos mujeres serán otra cosa distinta" - Ana Botella

El presidente de Kenia rechaza los ataques a la población LGTB pero defiende la criminalización de la homosexualidad

Uhuru Kenyatta, presidente de Kenia, se ha mostrado contrario a las “cazas de brujas” contra la población LGTB en una entrevista para la CNN el pasado domingo. Se trata, a pesar de su limitado alcance, de un importante posicionamiento de un líder africano en una región con una fuerte homofobia legal y social. El mandatario ha rechazado, sin embargo, acabar con las legislación que penaliza las relaciones homosexuales en el país con hasta 14 años de prisión.

Tres meses después de la visita del presidente norteamericano Barack Obama al país africano, parece que sus valiente discurso a favor de los derechos LGTB han producido algún efecto en la política keniana. Kenyatta, ahora como entonces, se niega rotundamente a cualquier cambio legal que alivie la situación de la comunidad LGTB. Pero sus declaraciones de la semana pasada suponen una tímida condena de la violencia homófoba, por desgracia tan presente en la región.

El presidente keniano intenta justificar la persistencia de la criminalización de las relaciones homosexuales por el “nivel de desarrollo” del país. Cuando el entrevistador afirma que la dignidad LGTB no es un asunto de valores culturales si no de derechos humanos, Kenyatta responde: “No digo que estas personas no tengan sus derechos”, recalca, sino que “la mayoría de nuestra sociedad no desea legalizar el asunto de los derechos gays”.

Sería el rechazo social, por tanto, lo que impediría al gobierno introducir en la agenda pública un “asunto”, que “no es central” y además representaría unos “valores que no aceptamos”. El presidente afirma, eso sí, que “no permitirá” la persecución, violencia o torturas contra ninguna persona en forma de “caza de brujas” y que “cada individuo tiene derecho a ser protegido por la ley y eso está en nuestra constitución”.

La difícil situación de las personas LGTB en Kenia

Kenia es un país mayoritariamente cristiano (aunque con una importante minoría musulmana) y profundamente homófobo, que castiga la práctica de la homosexualidad con penas de hasta 14 años de cárcel, en base a leyes heredadas de la época colonial británica. Precisamente a principios de este año informábamos de la detención de dos hombres, acusados de practicar la homosexualidad, víctimas de una operación policial más amplia, con la que se pretendería dar ejemplo tras salir a la luz unos informes que señalan un aumento del turismo homosexual en la zona costera del país.

A las leyes vigentes y a la agresividad de las fuerzas policiales se suma una marcada homofobia social. Según un estudio del Pew Global Attitudes Project de 2013, únicamente un 8% de sus 44 millones de habitantes estaría dispuesto a algún reconocimiento social de los homosexuales, y un 90% considera tal orientación sexual inaceptable. La prensa alienta esta homofobia social y el pasado mayo se publicaba, en la portada de un periódico keniano, un listado con el nombre y la fotografía de las que supuestamente eran las doce personas gays y lesbianas más influyentes en el país, poniendo en grave riesgo su vida.

Aun así existe en Kenia un valeroso grupo de activistas LGTB. Entre sus miembros se encuentra el mencionado Denis Nzioka, que incluso trató de presentarse en las últimas elecciones presidenciales como candidato y así visibilizar a la población LGTB. También David Kuria Mbote se presentó como senador en las últimas elecciones, aunque tuvo que cancelar su campaña debido a las fuertes amenazas recibidas y la falta de fondos. Su breve campaña, sin embargo, sirvió para que por primera vez un político abiertamente gay pudiera dirigirse a sus conciudadanos. El de Kuria es, como no podía ser menos, otro de los nombres citados en la publicación.

La salida del armario del escritor keniano Binyavanga Wainaina (también en la lista) y el que se desarrollaran sin incidentes las protestas convocadas en Nairobi el pasado 2014 contra la legislación ugandesa alentaron incluso la esperanza de una mayor apertura en Kenia para los derechos LGTB. Esperanza que se vio luego truncada, como muestra la detención en julio de 2014 de sesenta personas en un club de ambiente de Nairobi. Incluso se llegó a presentar una iniciativa ante el Parlamento que pretende que los actos homosexuales sean sancionados con cadena perpetua para los kenianos y lapidación para los extranjeros.

Comentarios
  1. iñigo

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