"Si se suman dos manzanas, pues dan dos manzanas. Y si se suman una manzana y una pera, nunca pueden dar dos manzanas, porque es que son componentes distintos. Hombre y mujer es una cosa, que es el matrimonio, y dos hombres o dos mujeres serán otra cosa distinta" - Ana Botella

Sigue el disparate: Francia también exigirá un año de abstinencia a los varones homo y bisexuales que quieran donar sangre

Continúa el disparate anticientífico. Ahora es el Gobierno francés el que ha decidido «acabar» con la discriminación (es una forma de hablar) de los varones homo y bisexuales a la hora de donar sangre… siempre y cuando mantengan un periodo de abstinencia de un año. La ministra francesa de Sanidad, Marisol Touraine, ha llegado a argumentar que este tipo de medidas de precaución también son aplicables a «los heterosexuales que tengan prácticas de riesgo, por ejemplo con prostitutas».

A lo largo de los últimos años vemos como la anacrónica discriminación de los varones homo y bisexuales a la hora de donar sangre, persistente aún en numerosos países, va resolviéndose de dos formas distintas. Una de ellas es la de anunciar «el fin de la discriminación» pero imponer un absurdo periodo de abstinencia a todos aquellos hombres que mantengan relaciones con otros hombres simplemente por el hecho de ser ambos varones, con independencia del tipo de prácticas que mantengan entre ellos. Una exclusión que no se fija para las relaciones heterosexuales y que en modo alguno supone el fin de la discriminación.

Es el caso, por ejemplo, de los Estados Unidos: en 2010 la FDA (Food and Drug Administration) sorprendía al decidir el mantenimiento de la prohibición pese al criterio favorable de instituciones como la Cruz Roja, la Asociación Médica Americana o la Asociación Americana de Bancos de Sangre. El propio comité reconocía entonces que dicha postura excluía muchas donaciones de bajo riesgo y permitía otras potencialmente más peligrosas. Cuatro años después, en 2014, la FDA recomendaba por fin levantar la prohibición aunque manteniéndola de facto: solo los célibes durante un año podrán donar. Una medida similar a las adoptadas por Suecia (en 2009) y Reino Unido (en 2011), que también exigen a los hombres que mantienen relaciones con otros hombres y quieren donar sangre un año de abstinencia, aunque menos rígida que la de Canadá, que desde 2013 exige a los gais donantes de sangre cinco años sin mantener relaciones sexuales.

El último país en sumarse a esta posición había sido Portugal, y ahora le sigue Francia.

Francia, paladín de la discriminación

El caso de Francia es especialmente sangrante, dado que las autoridades francesas llegaron a elevar el tema hasta la justicia europea. En abril de 2009, un médico del Établissement Français du Sang rechazó la sangre de Geoffrey Léger porque este había tenido una relación sexual con otro hombre. Pero Léger recurrió, razón por la cual el Tribunal Administrativo de Estrasburgo acabó preguntando al Tribunal de Justicia de la Unión Europea si esa exclusión permanente era compatible con la directiva que determina que las personas cuya conducta sexual supone alto riesgo de contraer enfermedades infecciosas graves transmisibles por la sangre sean excluidas permanentemente de la donación de sangre (se trata, en concreto, de la directiva 2004/33/CE).

El Tribunal de Justicia de la Unión Europea consideró finalmente el pasado abril que “puede resultar justificado excluir permanentemente de la donación de sangre a los hombres que han tenido relaciones sexuales con otros hombres, habida cuenta de la situación predominante en el Estado miembro de que se trate” (reproducción del comunicado de prensa en castellano del tribunal).

En palabras llanas, lo que la justicia francesa preguntó a la europea es si el hecho que un hombre tenga relaciones con otro hombre podía ser considerado “de alto riesgo” para así encajar la discriminación como una consecuencia de la directiva. Y la justicia europea, atribuyéndose una autoridad científica de la que carece, respondió que sí, obviando un principio fundamental: que para prevenir la transmisión del VIH debe atenderse a la existencia o no de prácticas de riesgo, con independencia del sexo de las personas que las practican.

Comparaciones ofensivas 

Eso sí, lanzada la piedra, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea escondió la mano, y consideró que en el caso francés quizá sí pueda bordearse la discriminación ya que “no cabe excluir la posibilidad de que el VIH pueda detectarse mediante técnicas eficaces que garanticen un alto nivel de protección de la salud de los receptores (…) De no existir tales técnicas, el Tribunal Administrativo de Estrasburgo deberá determinar si existen o no métodos que garanticen un alto nivel de protección de la salud de los receptores y sean menos coercitivos que la exclusión permanente de la donación de sangre y, en particular, si el cuestionario y la entrevista personal a cargo de un profesional sanitario pueden permitir identificar con más precisión las conductas sexuales de riesgo”.

Lo cierto es que el Gobierno francés, que en el pasado se había comprometido a poner fin a esta discriminación, ha acabado por admitir que la situación era insostenible y se ha subido al carro de los países antes citados, imponiendo a aquellos varones homo y bisexuales que quieran donar sangre un periodo de abstinencia sexual de un año. Sí que se les permitirá donar plasma tras cuatro meses de abstinencia o de relación estable con una única pareja… Después de un año de vigencia de esta política (que en cualquier caso no comenzará a aplicarse hasta la primavera de 2016) se examinará sus resultados y se valorará el acortar los plazos.

Especialmente ofensivo nos parece a los que hacemos dosmanzanas (no hemos visto críticas en otros medios) el comentario de la ministra francesa de Sanidad, la socialista Marisol Touraine, quien pretendiendo acallar las voces que pudieran considerar que el cambio sigue siendo discriminatorio, ha asegurado que los cuestionarios de donación no solo van a ser adaptados para los donantes homosexuales, también para los heterosexuales que tengan conductas de riesgo «como por ejemplo con prostitutas». Por otra parte, ¿acaso no sería más lógico seguir ese criterio con todos los posibles donantes, con independencia de su orientación sexual?

Una decisión injustificada

No nos cansaremos de repetirlo entrada tras entrada: hace años que los expertos -prejuicios aparte- consideran obsoleto que se prohíba donar en función de la orientación sexual. En España, por ejemplo, la ley establece la exclusión de la donación de sangre en función de la existencia previa de conductas de riesgo del donante, con independencia de si han sido con personas de su mismo o de distinto sexo. Tras el cese de la conducta de riesgo la ley española marca que se excluya la donación “durante un periodo determinado por la enfermedad en cuestión y por la disponibilidad de pruebas apropiadas en cada caso”. En la práctica este periodo suele ser de un año.

Hay que tener en cuenta que en España la sangre donada es sometida a tests de VIH, entre otros agentes infecciosos. Y aunque existe la posibilidad de que una infección recién transmitida no sea detectada debido a la existencia de un “periodo ventana” entre el momento preciso de la transmisión y el momento en que las pruebas dan positivo, la introducción de pruebas más sensibles (que detectan material genético del virus en lugar de anticuerpos) ha reducido este periodo ventana al mínimo. En los últimos diez años no se ha producido en nuestro país ni un solo caso de transmisión del VIH debido a una transfusión de sangre o hemoderivados (y no es que la situación epidemiológica del VIH en el colectivo de hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres sea en España especialmente buena, por desgracia).

Marcos normativos similares al español son los que por otra parte han adoptado MéxicoChile y Argentina, por mencionar tres países de América Latina con una normativa más acorde a la evidencia científica, y que eliminaron en 2012, 2013 y hace unas pocas semanas (respectivamente) la prohibición de donar a hombres homosexuales y bisexuales, supeditando la selección no a la orientación sexual, sino a la existencia o no de conductas de riesgo previas.

Comentarios
  1. rac
  2. eliocesar
  3. rac
  4. Hola
  5. william001
  6. dan
  7. Facu

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