"Si se suman dos manzanas, pues dan dos manzanas. Y si se suman una manzana y una pera, nunca pueden dar dos manzanas, porque es que son componentes distintos. Hombre y mujer es una cosa, que es el matrimonio, y dos hombres o dos mujeres serán otra cosa distinta" - Ana Botella

Bello homenaje a la literatura lésbica: crítica de «Ábreme con cuidado» y entrevista a Gloria Fortún

“La aparición de una antología como Ábreme con cuidado es motivo de celebración porque al visibilizar a estas escritoras subvierte el canon, las da a conocer a nuevas lectoras (¡y lectores!), reconoce la obra de estas figuras literarias y las coloca donde antes había un páramo”. Así se refiere Gloria Fortún al libro del que es prologuista y coautora, una obra hecha desde el máximo cariño hacia nueve escritoras clave de la literatura lésbica. Hablamos de Natalie Clifford Barney, Patricia Highsmith, Virginia Wolf, Marguerita Yourcenar, Aphra Behn, Carson McCullers, Elizabeth Bishop, Emily Dickinson y Gloria Fuertes, todas ellas relacionadas con la homosexualidad directa o indirectamente. O mejor dicho, las escritoras españolas Isabel Franc, Clara Asunción García, Pilar Bellver, Carmen Samit, Gloria Fortún, Lola Robles, Carmen Nestares, Carmen Cuenca y Gloria Bosch Maza hablan de ellas. El afectuoso respeto que todas ellas profesan tanto a la literatura como a las escritoras homenajeadas trasciende las propias páginas del libro para instar al lector a adentrarse (o redescubrir) la obra de tan fascinantes figuras literarias.

Ábreme con cuidadoLa estructura de Ábreme con cuidado es simple pero efectiva: cada autora involucrada dedica sus páginas a presentarse brevemente, exponer su relación con la escritora escogida y desarrollar un relato inspirado en ella, bien convirtiéndola en protagonista, bien mostrando su influencia en personajes ficticios contemporáneos. Por ejemplo, el relato dedicado a Virginia Wolf recrea el intercambio de cartas entre esta y su supuesta amante, la también escritora Vita Sackville-West, mientras que el homenaje a Patricia Highsmith se realiza a partir de la relación entre dos jóvenes que comentan su famosa Carol (1951), novela que, por cierto, está viviendo un auge gracias a la maravillosa nueva película de Todd Haynes, que llegará a la cartelera el próximo 5 de febrero. En general, no es necesario conocer las obras homenajeadas para disfrutar la lectura de los relatos, pero ciertamente algunos de estos se vuelven algo áridos e incluso banales cuando se desconoce por completo a las figuras referenciadas. Y es que el mayor atractivo de la antología reside, bien en el goce voyerista provocada por la conversión de autoras famosas en personajes, bien en la satisfacción cultural que conlleva ir descubriendo guiños a obras leídas y releídas.

Resulta por tanto inevitable afirmar que Ábreme con cuidado pierde parte de su fuerza de cara a lectores no familiarizados con las figuras presentadas, si bien aquellos repentinamente interesados por la literatura lésbica tienen en esta antología una maravillosa llave con la que dar comienzo a su emocionante viaje. Y es que las nueve autoras reunidas en este mimado libro conocen lo suficientemente bien a las protagonistas de sus relatos como para ser capaces de aportar algo nuevo a quienes ya las conozcan y, a la vez, generar curiosidad en quienes todavía no hayan tenido la oportunidad de hacerlo. Ojalá esta obra acerque a más y más lectores a mujeres fascinantes sin las cuales la historia de la literatura no sería la misma, aun cuando el patriarcado en el vivimos desde el amanecer de los tiempos haya hecho lo imposible por impedirlo.

Gloria FortúnComo complemento a mi comentario, os dejo con mi entrevista a Gloria Fortún, prologuista y coautora de Ábreme con cuidado, antología que indudablemente no sería la misma sin ella. Porcierto, podéis haceros con ella en Amazon y numerosas librerías de toda España.

¿Cómo te involucraste en este bello proyecto?

Conocí a los editores de Dos Bigotes, Gonzalo y Alberto, a través de una amiga que me habló del proyecto que estos tenían en mente: una colección de relatos que homenajeasen a escritoras lesbianas del pasado, creados por escritoras lesbianas actuales. Desde el primer momento me entusiasmó la propuesta, pues la encontraba diferente. Un toque de justicia poética, de memoria histórica, una oportunidad para reconocer a nuestras madres literarias. Así que me puse a disposición de los editores para lo que necesitaran.

¿Cómo se procedió a la elección de autoras (tanto las que escriben como aquellas sobre las que se escribe)?

En esa primera cita que te comentaba, los editores ya llevaban un cuaderno con una lista de autoras clásicas que habían elaborado ellos. Las tres amigas que estábamos allí sugerimos otros nombres que nos vinieron a la cabeza, pues la verdad es que si hay algo que las lesbianas hemos hecho desde siempre es buscar referentes hasta debajo de las piedras, ya que nadie te los pone delante. En cuanto a las escritoras actuales, fuimos diciendo aquellas que conocíamos y enseguida salieron nombres muy apetecibles.

Tú relato está dedicado a Aphra Behn, quizá la autora menos conocida de las nueve seleccionadas, ¿por qué te decantaste por ella?

Efectivamente, de las nueve autoras, es de la que menos se sabe, porque su obra no está traducida al castellano en su totalidad y porque, al ser del siglo XVII, tampoco despierta gran interés. La escogí porque me pareció un reto: se trata de una espía británica y de una mujer de letras con una vida apasionante aunque difusa. Esto te permite una mayor flexibilidad a la hora de fabular, además del placer de dar a conocer a Aphra Behn a la gente que no haya oído hablar de ella o que no conozca su literatura.

¿Qué libertad y qué direcciones tuvo cada autora a la hora de desarrollar su relato?

La verdad es que es un placer trabajar con los editores de Dos Bigotes, pues nos dieron una gran libertad creativa. La única petición que nos hicieron es que escribiéramos un relato de ficción que de alguna forma homenajeara a la escritora escogida: bien convirtiéndola en un personaje, bien haciendo referencia a ella de alguna manera.

¿Son los relatos pura ficción o parten siempre de una realidad?

Depende. Hay algunos que parten de una realidad, como El éxtasis de la palabra, escrito por Camen Cuenca, que, basándose en la relación de amor de la poeta estadounidense Emily Dickinson con su vecina y posteriormente cuñada, inventa un pequeño episodio en la vida de ambas. También parte de la realidad que fue la compleja relación con el alcohol de otra poeta, Elizabeth Bishop, Carmen Nestares en su relato Las flores de Lota. Sin embargo Carmen Samit, que homenajea a Marguerite Yourcenar en La vida oscura, o yo misma, hemos escrito sobre mujeres contemporáneas que leen a estas escritoras del pasado.

¿Encuentras necesario conocer a las autoras homenajeadas para disfrutar de Ábreme con cuidado? ¿Cómo cambia la percepción de los relatos en función de ello?

No es necesario porque son buenos relatos y se disfrutan por sí mismos. Además, quiero pensar que, al leerlos, las personas que no conocen a estas autoras sentirán el deseo de leerlas. ¡Eso sería maravilloso! Aunque es cierto que quienes sepan ya de estas autoras verán cosas distintas en los cuentos, los disfrutarán de otra manera.

Algunas autoras del libro, aun siendo clave para la literatura lésbica, son prácticamente desconocidas hoy en día, ¿a qué crees que se debe?

Las autoras homenajeadas en Ábreme con cuidado son de las más “afortunadas” porque están más reconocidas que muchas otras escritoras de gran calidad. Por supuesto, no se les hace la suficiente justicia. Es el caso de Gloria Fuertes, que mucha gente considera una poeta menor o una poeta infantil (esto visto como peyorativo, que no tiene por qué serlo) cuando en realidad es una gran poeta, tristemente más valorada fuera de nuestras fronteras que aquí. Esto se debe, por supuesto, a que el canon literario es patriarcal.

A todo esto, ¿existe la “literatura lésbica” o es una mera etiqueta?

Como cuento en el prólogo, “literatura lésbica” es algo muy difícil de definir. ¿A qué nos referimos, a que las autoras son lesbianas? ¿O a que escriben sobre lesbianas? ¿O a las dos cosas? Personalmente, etiqueto como “literatura lésbica” aquellos libros que de alguna forma desafíen el mandato heteropatriarcal, esos que toda la vida he buscado con avidez, harta de historias que nunca hablaban de mí.

La mujer lesbiana culta es el claro lector objetivo de Ábreme con cuidado, pero ¿por qué deberían leer esta antología personas que no entren en esta categoría?

Por la sencilla razón de que es buena literatura, y la buena literatura no tiene un público determinado por su opción sexual.

Aunque la homosexualidad masculina es cada vez más visible en ámbitos culturales, la femenina sigue teniendo problemas para abrirse paso, ¿por qué?

Porque vivimos en un patriarcado.

Admites en tu minibiografía que “empiezas muchas cosas y acabas pocas”, pero llevas tiempo dedicada a tu primera novela, ¿puedes avanzarnos algo sobre ella?

Espero terminarla este año. Lo único que puedo decir es que no tiene nada de heterosexual.

 

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