"Si se suman dos manzanas, pues dan dos manzanas. Y si se suman una manzana y una pera, nunca pueden dar dos manzanas, porque es que son componentes distintos. Hombre y mujer es una cosa, que es el matrimonio, y dos hombres o dos mujeres serán otra cosa distinta" - Ana Botella

Valeria Vegas, sobre la muerte de La Veneno: «Ni es un suicidio, ni es un ajuste de cuentas»

Valeria VegasValeria Vegas, autora del libro ¡Digo! Ni puta ni santa: las memorias de La Veneno y amiga de Cristina La Veneno, lleva una semana frenética. El teléfono de la periodista y escritora no ha parado de sonar desde que trascendió públicamente que la artista había sido hospitalizada y, sobre todo, desde que el pasado miércoles se conoció la noticia de su fatídica y misteriosa muerte. A pesar del dolor de no saber lo que realmente pasó y del agotamiento psicológico, atiende amablemente a dosmanzanas para hablar de lo ocurrido y poner así fin a la oleada de rumores que inunda Internet estos días.Ni es un suicidio, ni es un ajuste de cuenta. Esta es mi idea rotunda”, apunta convencida.

El caso de la muerte de Cristina ha dado un giro inesperado. La autoridad judicial dio orden el pasado viernes para que no se lleve a cabo su entierro y decretó el secreto de sumario. Habrá segunda autopsia. ¿Lo esperabas?

Sí. Todo lo que viene de nuevas, lo esperas y no lo esperas. Por un lado, comprendo que la familia quiera una segunda autopsia porque no esté satisfecha con el resultado. Por otro lado, lo que no esperaba es que se paralizase tan rápido. Estamos hablando de que esta persona lleva ya una semana en la que no se aclaran los que tienen que efectuar todo esto. Estamos todos a la espera, realmente. Yo ya no puedo hacer más.

¿Recuerdas la última conversación que mantuviste con Cristina?

La última conversación que tuve con ella fue el viernes, un día antes de que a ella le ocurriese esto. Ella me llamó a mediodía y lo hizo desde el bar de debajo [de su casa]. Un par de llamadas que, como era un número fijo de Madrid, no las cogí en su momento, porque estaría haciendo algo y no me di cuenta. Y las devolví al del bar. El señor me dijo ‘Valeria, ha sido Cristina; luego te vuelve a llamar’. Yo ya intuía que ella no tenía saldo. Al rato ella me volvió a llamar desde el bar. Estuvimos hablando unos minutos. Estaba nerviosa, en el sentido de cómo era ella, hiperactiva y habladora. Hablamos de vernos esta misma semana en la que ha ocurrido toda esta tragedia. Y de un dinero que yo le iba a abonar.

Esta pasada semana, además, ella iba a someterse al polígrafo en el programa Sálvame Deluxe.

Sí. Ella quería que yo le preparase las preguntas del polígrafo para quedar lo mejor posible. Pero yo ya no le llevaba ese tema.

¿Quién lo hacía entonces?

Tenía un amigo, en el que yo delegué, que también era muy fan y la quería. Y por quien ella se dejaba también cuidar. Y era el que iba a empezar a llevar todo esto. No ha podido ser mucho, porque ya ves tú en un mes y algo… Al final solo pudo llevarle lo que fue aquella visita a Sálvame Deluxe y un bolo. Que iban a ser más. Estamos hablando de que Cristina tenía bolos cerrados que se han caído. Iba a actuar en Valencia, Alicante y Murcia. Este mes de noviembre ella se iba a volver a casa perfectamente con cinco mil euros, más aparte el polígrafo.

¿Cómo ha sido tu relación con los familiares de Cristina desde lo ocurrido el pasado sábado hasta ahora?

Hay partes de la familia con las que tengo un buen trato. Un trato cordial. No nos conocíamos pero a ellos les consta el afecto que yo podía tener por su hermana. Saben que su hermana podía confiar en mí. Lo único es que hay detrás un trabajo, que es un trabajo en mayúsculas, que he hecho y del que Cristina se benefició, que era la intención. Con los que, pasado el tiempo, mantenga una relación, la mantendré por respeto a mi amiga. Y si se corta la relación no pasa nada.

¿Quién es la primera persona que te avisa de lo que ha pasado?

Una hermana suya, que me avisa el domingo de madrugada. Quería contactar conmigo para que yo le diese información, para que atase cabos y para que le ayudase en todo el desconocimiento absoluto que ella tenía.

Ese mismo domingo la familia sufre un altercado en el hospital al intentar hacerle fotos al cuerpo de Cristina. Tengo entendido que tú has podido ver esas fotos. ¿Algo que te llamase la atención?

Los moratones me dieron impresión, pero también me acordé que ella, de golpes anteriores, los había tenido. Y luego, en una foto que me enseñaron y por lo que ellos me contaron bien, tenía los nudillos como de haberse defendido o golpeado. Pero a la vez, él tampoco está herido, así que no le ha golpeado.

Según consta en la investigación que la Policía Nacional realizó tras el suceso que provocó su muerte, La Veneno y su novio mantuvieron una fuerte discusión justo antes de lo ocurrido. ¿Sabías algo al respecto?

No, no sabía nada. Yo hablé con ella el viernes. Si hubiese quedado viva, seguro que me lo habría contado el lunes o el martes. Las discusiones eran constantes, todas las semanas.

¿Presenciaste alguna de ellas?

Yo he presenciado un par de discusiones. Lo que pasa es que supongo que al estar yo delante no tenían el grado de fiereza y de agresividad que otras veces.

¿Podían tener un móvil económico todas esas broncas?

Seguro. Siempre eran por un móvil económico. Estoy convencida. ‘Tú solo quieres mi dinero’, ‘no, yo te quiero a ti’, ‘tú a mí por qué me vas a querer’, ‘búscate la vida’, etc.

También sabemos que la Brigada Provincial de Policía Científica hizo una inspección ocular en su domicilio, comprobando que había sangre en varias habitaciones, especialmente en el baño, en donde había sangre en la tapa del inodoro y una mancha de sangre con forma de mano en el lavabo. ¿Ves todo esto compatible con la hipótesis del accidente doméstico?

Es compatible. No están tan distanciadas. Aquí el problema es si tienes un accidente y tardan mucho en socorrerte. Si tienes al lado a alguien que te deja morir o que no te socorre. Su herida no era tan grave, el problema es si pasas cinco horas con esa herida abierta, desangrándote.

En una entrevista, Alín [novio de Cristina y principal testigo de lo ocurrido], cuenta lo siguiente: “Se había tomado unas pastillas y estaba durmiendo en el sofá. Yo me fui a la calle. Cuando volvía a subir tenía un paquete de tabaco comprado y una botella de whisky vacía. Se la había tomado entera de un golpe. Volví a bajar a la calle porque pensé que estaba dormida. Cuando subí me la encontré sangrando. Estaba consciente y pudo hablar conmigo. Me dijo que fue a mear al baño y se había caído”. ¿Te crees su testimonio?

Sí, es factible. Aunque yo baraje otra idea, no me parece del todo inverosímil, como queremos creer a veces. Sí puede ser que ella estuviese sola y, si es verdad el estado en que él la retrata y que luego confirman las analíticas, pues… Yo lo que pongo en duda es si se tardó mucho en socorrerla y si estaba él ahí o no estaba ahí. Porque igual sí estaba ahí y alega que estaba fuera de casa.

Es evidente que su relación era tormentosa. ¿Te dijo alguna vez ella que lo pensaba dejar?

Lo decía todas las semanas. Y había mucha gente delante de mí. Ella vino a comer aquí a casa a principios de octubre. Si yo la sacaba de casa, ella lo dejaba a él ese tiempo, y en ese tiempo decía ‘Lo voy a dejar. No quiero más a ese hombre’ o ‘Ya lo he dejado. Lo he mandado a la mierda’. Y a los tres días, si yo iba a su casa otra vez, estaba él allí.

En la misma entrevista, Alín cuenta que tenían planes de irse a Rumanía para “pagar a una chica que estuviese en la calle, dejarla embarazada y así tener un hijo para traerlo a España”. ¿Te contó alguna vez Cristina su intención de ser madre?

No. Eso me suena a historia de amor de Cristina, de habérsela contado a él hace dos años. Historia que, obviamente, nunca se iba a llevar a cabo por cualquier prueba que te hagan o requisitos que no puedas cumplir. Y él decirle ‘Sí, sí’, como una forma de tenerla atada. Él ha dicho eso como queriendo vender que eran felices y comían perdices. No tiene ni pies ni cabeza. Ella siempre decía que este hombre la tenía embrujada, ‘es un gitano, me ha embrujado; lo quiero dejar y no puedo’. Entonces, ella le pudo contar eso en un momento de este embrujo, como decía.

¿Cómo vivió La Veneno en los últimos diez años?

De los últimos diez años, siete ha vivido bien. Quiero decir que ha vivido normal, sin tener que recurrir a su trabajo anterior. Y los últimos tres años sí que han sido mucho más tristes obviamente, como se ha estado reflejando. De 2006 a 2013, más o menos, ella llevaba una vida estable.

¿Qué adicciones tenía Cristina?

Yo creo que, además de la que están diciendo del alcohol, que antes no era así y que creo que viene de los últimos tres años, la adicción que tenía era a los ansiolíticos. Pero esto es una cosa que te cuentan sus amigas de hace veinte años. Delante de mí jamás se drogó. Creo que porque no quería que una amiga, que además era fan, la viese en ese estado.

De todas formas, Cristina vivía de una pensión no contributiva. ¿Por qué se le concede?

Creo que una paga, en este caso, se la dan por un claro caso de exclusión social. Ven que no se puede reinsertar. Cualquier asistente social se la dio en todo su derecho. Y ella siempre decía que también tenía hernias discales.

Cristina volvió a entrar en prisión a finales de 2014, pero ningún medio se hizo eco de la noticia. ¿Sabes qué ocurrió exactamente?

Nunca se esclareció, y desconozco por qué no salta a los medios. Ella me dijo que fue algo que tuvo que ver con el robo de unos móviles y con una pelea, pero que era inocente y que por eso luego la soltaron, aunque la jueza la quería coger por si acaso ‘se iba de España’. Y ella decía ‘sí, me voy a ir a rodar una película con Stallone. ¿Cómo me voy a ir de España?’. Decía que esta vez no le fue traumática la experiencia, y que canturreaba y bailaba con las gitanas, que le hacía bromas al director y que se paseaba por la cárcel con su abrigo de piel. Me cuenta una historia que parece como de película de Berlanga.

Dices que de cien consejos que le dabas, Cristina igual tomaba diez. ¿Recuerdas alguno de ellos?

Yo recuerdo un consejo. Ella quería comprarse un perrito pequeño. ‘Quiero un perrito que me haga compañía’, decía. Y yo le dije ‘Ni se te ocurra coger un perrito, porque en el estado en el que tú estás… Luego no te va a apetecer sacarlo, y un perrito son obligaciones. Primero has de encargarte de ti misma’. Y, afortunadamente para el perrito y para ella, no llegó a ocurrir.

¿Has podido hablar con los amigos de Cristina en estos días?

Sí. En esta semana trágica he podido ver a su amiga La Cebollina, a su amiga Juani Ruiz y luego me ha llamado alguna amiga suya de toda la vida como su amiga Paqui [Paca La Piraña], que vive en Valencia y con la que se llamaba y mantenía un contacto. Luego ha habido antiguas compañeras suyas de los años noventa que se han puesto en contacto conmigo y que me han escrito, sin conocernos, para darnos el pésame mutuamente.

¿Podrías aclararnos todo el asunto del libro de memorias y las condiciones pactadas con Cristina desde un principio?

El libro se hace por deseo de Cristina, en el sentido de que ella quiere un libro porque necesita un argumento para retornar. Como se ha comprobado, gracias a eso iban a salir bolos e iba a volver a televisión. Y ella sabía que haciéndoselo yo se iba a hacer una cosa muy digna y muy bonita, como todo el mundo que lo tiene entre manos ha corroborado, pese a tratarse de ediciones muy pequeñas. Estamos hablando de una autoedición para la que yo pido un préstamo, y para la siguiente edición vuelvo a invertir dinero. Es un libro en el que yo no soy solo la escritora, sino que soy la que pone el dinero e invierte.

Además de la ayuda que le supone a Cristina, se piensa que va a generar un dinero. Y a Cristina se le dice de cerrar una cantidad de dinero que a ella no le viene bien. No quiere una cantidad grande de dinero porque tiene miedo de que su paga no contributiva sea anulada. Es una paga vitalicia que, cuando te entra una cantidad muy grande vía bancaria, el banco o Hacienda sacan la conclusión de que a ti no te hace falta una paga no contributiva. Contra mi deseo, se hace un contrato con una cantidad que se acomode a una forma en que a Cristina no se le quite esa paga. Ella recibe ese dinero, y sigue recibiendo un dinero a modo de regalo. Ese contrato también se hace para que Cristina diga que se hace responsable de las declaraciones, como en cualquier libro de memorias. Y también para la cesión de las fotos de su álbum personal. Este es el tema del contrato.

Otra de las polémicas surgidas estos días tiene que ver con el obituario y los datos que la familia querría poner supuestamente en la lápida (Cristina Ortiz Rodríguez, más conocido como Joselito).

Obviamente, si ponen eso están rompiendo su deseo, incluso el asunto legal. Porque ella, legalmente, ya tenía otro nombre, desde en su cuenta bancaria hasta en su carné de identidad. Pero no sé si todo esto es rumorología. A mí la familia no me lo ha dicho. Yo no sé quién ha sacado esto.

Lo que sí que es cierto es que la familia quiso velar de forma privada a Cristina y no dejó ni a sus amigos ni a sus allegados despedirse de ella. ¿Estáis pensando en hacerle un homenaje a modo de despedida?

El homenaje es una cosa que surge el miércoles, un poco entre la euforia de llegar al tanatorio y no poder velarla. Allí [en el Tanatorio Norte] empezamos a juntarnos gente que nos conocíamos, y hubo otra gente que quería ir y a la que yo aviso y les digo que no vengan, que no va a poder ser. Y se corre la voz de que no sirve de nada. Empezamos a comentar que, ya que no podíamos velarla, podríamos hacerle un homenaje, que fuese ese velatorio que no se le ha podido dar. Un velatorio que ella querría que fuese bonito y que la ensalzase. Esta decisión no tiene ni cuarenta y ocho horas, y esta semana habrá que reunirse para eso. Un homenaje como el que se le puede hacer a cualquier artista, salvando las distancias. Como esa forma de recordar a cualquier persona que ha tenido una relevancia y gente que la ha admirado.

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  1. Ana

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