"Si se suman dos manzanas, pues dan dos manzanas. Y si se suman una manzana y una pera, nunca pueden dar dos manzanas, porque es que son componentes distintos. Hombre y mujer es una cosa, que es el matrimonio, y dos hombres o dos mujeres serán otra cosa distinta" - Ana Botella

Duelo de películas musicales españolas: críticas de «La llamada» y «El otro lado de la cama»

El cine español es una maravilla. Y punto. Quien lo niegue, sencillamente no ha visto las películas correctas; o quizá sencillamente no tiene criterio. Lamentablemente, no todo se nos da bien, y el musical es claro ejemplo de ello. De hecho, hasta ahora, el único musical español memorable es El otro lado de la cama, película que celebra este año su décimo quinto aniversario. Afortunadamente, esta triste situación acaba de cambiar gracias a un genial despliegue de jóvenes talentos. Hablo, por supuesto, de La llamada, de estreno hoy tras su paso por el prestigioso Festival de San Sebastián, al que por cierto me dedicaré las semanas venideras.

Escrita y dirigida por Javier Ambrossi y Javier Calvo a partir de su propio musical teatral homónimo, La llamada (2017) cuenta la simpática historia de dos amigas (perfectas Macarena GarcíaAnna Castillo, poseedoras ambas de sendos Goyas a mejor actriz novel) ávidas de diversión que encuentran su lugar en el mundo de la forma más inesperada en un campamento religioso donde cuentan con la sola compañía de dos monjas, estricta pero ansiosa por ser moderna la primera (Gracia Olayo), ingenua y en plena crisis existencial la segunda (una Belén Cuesta absolutamente fantástica que debería optar al Goya). ¿Y qué pasa entonces? Pues que se aparece Dios (Richard Collins-Moore), nada más y nada menos que cantando canciones de Whitney Houston. El genial reparto no es otro que aquel que protagonizara la obra de teatro desde sus inicios, allá por 2013, pero el guion ha sufrido acertados cambios que han sabido aprovechar las posibilidades cinematográficas, algo que también logra, aunque con menor efecto, la dirección de los Javis: las icónicas escaleras, que tan bien quedaban en el teatro, resultan extrañas en pantalla, pero por lo general se trata de un notable debut, con números musicales harto hipnóticos. Aunque tan hilarante como la versión teatral (el Feroz a mejor comedia debe ser suyo, sobre todo tras el éxito que los Javis tuvieron con Paquita Salas en la última edición), la valiente película toma un rumbo bastante dramático a la hora de plasmar las ansiedades de sus jóvenes protagonistas, ávidas todas ellas de encontrar sentido a la existencia. Por cierto, la escasa pero deliciosa música original pertenece a Leiva, cantautor que también ha aportada la canción “La llamada”, firme candidata al Goya correspondiente.

Como ya he señalado, hasta ahora el único musical español destacable era El otro lado de la cama (2002), primer gran éxito comercial de quien dirigiría la película más taquillera de la historia de España (sí, Ocho apellidos vascos, 2014): Emilio Martínez-Lázaro. A diferencia de La llamada, el reparto estaba formado por estrellas del mundo audiovisual patrio no precisamente conocidas por sus dotes musicales, a saber Paz Vega, Ernesto Alterio, Natalia Verbeke y Guillermo Toledo, lo que explica los frecuentes desafines, así como el hecho de que las coreografías resulten más forzadas que otra cosa. Para colmo, el guion de David Serrano ofrece los típicos líos románticos mil veces ya vistos, si bien es cierto que el humor, aunque vulgar, tiene sus puntazos (en especial gracias a una radiante María Esteve). Al final, esta comedia se queda en mero intento de ofrecer a los españoles un musical “a su imagen y semejanza”, un entretenimiento que podría haber dado mucho más de haberse tomado en serio a sí mismo. Aun así, tanto el jurado como el público del Festival de Málaga le hicieron entrega de sus galardones principales, otorgándole meses después la Academia el Goya a mejor sonido. Tres años más tarde, prácticamente el mismo equipo (pero sin Vega ni Verbeke) trató de repetir el éxito con la mediocre Los dos lados de la cama (2005). Como curiosidad, el reparto de ambos títulos incluye a Secun de la Rosa, quien también cuenta con un pequeño rol en La llamada.

Quizá porque la comunidad LGTB siempre ha estado particularmente ligada al género musical, las dos cintas que nos ocupan reservan un lugar de sus tramas para ella, pero concretar sería haceros spoiler, así que os invito a verlas y descubrirlo por vosotros mismos. El relativo esfuerzo de El otro lado de la cama se agradece, pero, aunque decirlo no sea gran cosa, La llamada es sin lugar a dudas el mejor musical de la historia del cine español. ¿Os ha quedado claro que debéis ir a verlo?

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