Eurovisión 2009 en dos manzanas: Irlanda

Desde Polonia viajamos a otro país en el que el catolicismo ha jugado también un papel fundamental como factor de cohesión nacional, pero en Europa occidental: Irlanda, capital Dublín. Algo más de cuatro millones de habitantes pueblan esta república, que proclamó su independencia tras la 1º Guerra Mundial. Los británicos mantuvieron, eso sí, la soberanía sobre seis condados del nordeste de la isla, de mayoría protestante, y que constituyeron lo que hoy se conoce como Irlanda del Norte, poblada por algo más de 1.700.000  habitantes. El conflicto político que eso ha generado es bien conocido… El peso de Irlanda en el mundo, sin embargo, excede con mucho lo que le correspondería de acuerdo a sus habitantes actuales. Y es que durante décadas Irlanda fue un territorio mísero desde el cual millones de personas emigraron, fundamentalmente a Estados Unidos, pero también a otros países de América y Oceanía. Se estima que en la actualidad habría unos ochenta millones de descendientes de irlandeses, que constituyen una influyente diáspora.

Irlanda cuenta con una lengua propia, el gaélico irlandés, lengua indoeuropea perteneciente a la familia céltica. La realidad, sin embargo, es que Irlanda es un país anglófono, y el gaélico, aunque lengua oficial cuya enseñanza sigue siendo obligatoria, ha quedado reducido al ámbito rural, y corre serio riesgo de desaparecer como lengua viva en las próximas décadas.

Por lo que se refiere a la realidad LGTB, las relaciones homosexuales son plenamente legales sólo desde 1992, siendo en la actualidad la edad de consentimiento la misma que para las relaciones heterosexuales. Existen leyes antidiscriminación, tal y como obliga la Unión Europea. Por lo demás, el panorama legal es el que corresponde a un país fervientemente católico. No existe reconocimiento legal de las parejas del mismo sexo ni adopción conjunta (sí individual), no existe posibilidad de inseminación artificial para las lesbianas ni legislación que facilite la modificación registral de la personas transexuales, y a los homosexuales no se les permite donar sangre. Su realidad social, sin embargo, es bastante más avanzada de lo que uno esperaría, y todas estas disposiciones legales están encontrando una contestación significativa, incluso en los tribunales. En estos momentos se está discutiendo, por ejemplo, la posibilidad de una ley de uniones civiles que permita a gays y lesbianas ver reconocidos muchos de sus derechos.

En consonancia con esta realidad social, Irlanda cuenta con varias organizaciones LGTB, como la Gay and Lesbian Equality Network. En el portal Gay Community News podrás encontrar información interesante. Y si quieres visitarla, no tendrás problema en encontrar abundante información en Internet: puedes comenzar pinchando aquí.

Y la canción representante de Irlanda en Eurovisión es…

«Et Cetera», interpretada por Sinead Mulvey & Black Daisy.

Desde que se jubiló Johnny Logan, Irlanda está más perdida que el barco del arroz con una vía de agua. El año pasado hicieron un experimento friki al estilo del infausto chiquichiqui (para que luego digan que Irlanda y España no se parecen) y les salió el tiro por la culata. Pero este año vuelven al redil por la puerta grande con una canción que, en disco, suena como el perfecto trallazo pop. El video podría servir perfectamente para cabecera de alguna serie de TV ochentera. A ver qué pasa en directo.

Flick / elputojacktwist