COLEGAS exigen que gays y lesbianas se incluyan en la actual Ley de Violencia de Género en una reunión con el Delegado del Gobierno en Violencia de género

Una delegación de la Confederación Española COLEGAS de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales se ha reunido esta semana con el Delegado del Gobierno para la Violencia de Género, Miguel Lorente Acosta, y con la Directora General contra la Discriminación, Carmen Navarro. En la reunión COLEGAS defendió su posicionamiento hacia la inclusión de gays y lesbianas en la actual Ley de Violencia de Género.

La Ley de Violencia de Género es un instrumento que protege a las mujeres de las que son o han sido sus parejas masculinas, ésta ley no entra en profundidad en el desmontaje del patriarcado, sino que protege a las víctimas de sólo una consecuencia del mismo, la violencia intrafamiliar en las parejas heterosexuales. Cuando se habla de machismo nos olvidamos de hablar de lo que en realidad nos afecta a todas y todos, el patriarcado, el sistema por el que las mujeres, los homosexuales, los de otras etnias y otros pueblos han sido discriminados y apartados de la sociedad.

Hay que romper el mito de que en las relaciones gay-lésbicas no hay abuso al ser una lucha entre iguales con violencia mútua. La violencia doméstica gay-lésbica tiene el componente patriarcal de dominio que tanto nos está costando desmontar, porque el dominio y la anulación del otro no solo lo puede ejercer un hombre sobre una mujer, sino también un hombre sobre otro hombre y una mujer sobre otra mujer. En la violencia doméstica el agresor asume el rol de poder, control, posesión y anulación de la víctima, independientemente del sexo o la orientación sexual de los implicados. El «género» es una construcción socio-cultural, en la que un rol de poder y dominación se asimila al género masculino y un rol de sumisión al género femenino. Por todo ello, desde COLEGAS consideramos que se trata también de una Violencia de Género.

El control heterosexista es una de las armas que más utilizan los agresores en las relaciones homosexuales. El agresor obtiene ventaja de la naturaleza homófoba y heterosexista de la sociedad en general, además de su propio heterosexismo internalizado, y con ello domina y controla a su pareja. Este control puede tomar varias formas: amenaza de outing de la víctima, riesgo en la custodia de los hijos, amenazas de deportación cuando la víctima es inmigrante ilegal…

Desde COLEGAS no negamos que el actual Código Penal no ampare a las victimas gay-lésbicas de violencia doméstica, sino que por un lado las medidas penales no se aplican con la debida celeridad (órdenes de alejamiento, protección laboral,…), dependen de una interpretación poco clara por parte de jueces, o no son tan gravemente penalizadas como la violencia machista hacia las mujeres, y por otro lado las víctimas gays y lesbianas no tienen acceso a los recursos sociales (jurídicos, psicológicos, ayudas sociales, centros de acogida,…) que ofrece la actual Ley de Violencia de Género.

La sociedad debe hacer un esfuerzo para desmontar el patriarcado, para construir una sociedad donde hombres y mujeres tengamos las mismas oportunidades sin importar nuestro sexo o nuestra orientación sexual. Para proteger a las víctimas de violencia doméstica existe la Ley de Violencia de Género. Si hemos accedido a la figura jurídica del matrimonio en igualdad de condiciones a las parejas heterosexuales, no se entendería que fuera necesaria una ley diferente a la existente para proteger a las víctimas domésticas. Si no aceptamos otra vía para regular nuestras relaciones que la del matrimonio, no debemos aceptar otra vía para proteger a las parejas gay-lésbicas de la violencia doméstica que la actual Ley de Violencia de Género.
Si anteriormente hemos aducido el criterio cualitativo para justificar el matrimonio de homosexuales, con lo que aunque sólo fuera un matrimonio la ley sería necesaria. Ahora no se puede cambiar de criterio y refugiarse en el cuantitativo, porque sería una gran contradicción. Además es completamente falso que la vilencia doméstica homosexual contituya un número muy reducido, ya que el nivel de violencia en las parejas homosexuales es similar al de las parejas heterosexuales.

Tras la reunión se puso de manifiesto la diferencia de posicionamientos de COLEGAS y la Delegación del Gobierno en Violencia de Género, ya que ésta última no considera a la violencia doméstica gay-lésbica como Violencia de Género. No obstante sí se estuvo de acuerdo en que existe violencia doméstica gay-lésbica, que hay que condenarla, que es algo novedoso en nuestra sociedad porque antes era invisible y que hay que establecer mecanismos para luchar contra ella. Desde COLEGAS colaboraremos con la Delegación con un informe que muestre los casos que nos llegan a las diferentes sedes sociales de la Confederación.

El Delegado no se mostró conforme en incluir a las parejas gay-lésbicas en la actual ley, porque según él se difuminaría el objetivo de la ley que es acabar con la violencia machista del hombre contra la mujer, una violencia histórica. Desde COLEGAS le replicamos que la violencia contra los homosexuales también es histórica y la base de ámbas es la misma, y que optariamos más por incluir a gays y lesbianas en la actual ley que en hacer una ley diferente.