Para Hillary Clinton, en alusión a Uganda, la criminalización de la homosexualidad es incompatible con la lucha contra el VIH/sida

La secretaria de estado de EEUU, Hillary Clinton, en una declaración oficial el pasado lunes, manifestó que la criminalización de la homosexualidad es incompatible con la lucha contra el VIH/sida y supone un paso atrás en la lucha contra los derechos humanos, algo que algunos medios como advocate.com han visto como una llamada de atención a países que, recibiendo fondos estadounidenses para la lucha contra el sida, mantienen sin embargo legislaciones homófobas.

Tal sería el caso de Uganda, donde se encuentra en fase de aprobación un decreto que castigaría la homosexualidad con cadena perpetua y crearía un nuevo delito, el de ‘“homosexualidad agravada”, que se aplicaría, entre otros, a los seropositivos que mantuvieran relaciones con personas de su mismo sexo.

La declaración de Clinton ha seguido a unas opiniones de Eric Goosby, coordinador de Global Aids en EEUU, en las que afirmaba, en relación a Uganda, que su labor es ayudar a los pacientes y no decir a ningún gobierno cómo tiene que legislar, declaraciones que han molestado a muchos activistas en materia de VIH/sida, que consideran que el gobierno estadounidense está siendo tibio en sus críticas a Uganda a este respecto.

Mark Bromley, presidente de Global Equality, ha expresado su satisfacción ante las palabras de Clinton y ha declarado que los Estados Unidos deben dejar claro a Uganda que la aprobación del decreto de criminalización de la homosexualidad tendría un impacto sustancial en las inversiones en materia de salud en el país africano.

Una fuente no revelada habría declarado a ‘The Advocate’ que la diplomacia estadounidense lleva varias semanas realizando gestiones a un alto nivel, encaminadas a conseguir que el presidente de Uganda, Yoweri Museveni, renuncie a firmar el decreto, impulsado por un miembro de su propio partido, David Bahati. Esta misma fuente ha defendido la necesidad de trabajar con discreción, aunque reconoce que Clinton tiene la obligación de hablar públicamente en favor de los derechos humanos.