La pareja de Malawi juzgada por homosexualidad, considerada culpable: se enfrenta a una posible pena de 14 años de cárcel

Aunque la sentencia no se conocerá hasta el jueves, el tribunal ha anunciado hoy el veredicto: Steven Monjenza y Tiwonge Chimbalanga, la joven pareja de Malawi que celebró una ceremonia de boda privada por el rito tradicional de su país, han sido encontrados culpables de actos contra natura e indecencia grave. Steven y Tiwonge se enfrentan a una probable pena de 14 años de cárcel y trabajos forzados.

«El estado ha demostrado que los dos hombres han actuado como si estuvieran casados. Está probado que han actuado como marido y mujer durante cinco meses», ha concluido el juez. La fiscal ha pedido además que se les aplique la condena más alta prevista por la ley al considerar que su relación constituye un crimen «planificado y bien ejecutado». «Este caso ha dejado una cicatriz en la moralidad de Malawi», ha añadido la fiscal, que ha reprochado a los acusados no manifestar «remordimiento». El abogado defensor, Mauya Msuku, ha pedido clemencia, recordado que carecen de antecedentes.

Como hemos venido informando a lo largo de los últimos meses, Steven Monjenza y Tiwonge Chimbalanga fueron detenidos el pasado diciembre tras celebrar su boda, y desde entonces han permanecido encarcelados en condiciones inhumanas a la espera de que concluyera definitamente el juicio. Steven Monjenza ha llegado a enfermar en la cárcel. Pese a las penalidades vividas, la pareja hizo llegar a los medios hace menos de un mes, a través del conocido activista británico Peter Tatchell (la personalidad internacional que con mayor ahínco ha denunciado el caso) un mensaje en el que reiteraba su amor.

La detención de la pareja desató además en Malawi una ola de homofobia que se espera que el veredicto conocido hoy alimente todavía más. Hace unos días, el propio Presidente de Malawi se refería a la homosexualidad como una muestra de que Satanás «estaba tomando el control del país».

Tanto Monjenza como Chimbalanga han sido considerados presos de conciencia por Human Rights Watch  y Amnistía Internacional.