Líder conservador estadounidense compara el activismo LGTB con el terrorismo

La decisión de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, controlada por los republicanos, de defender ante la justicia la constitucionalidad de la DOMA después de la renuncia de la administración Obama a hacerlo está teniendo curiosas derivadas. La firma de abogados inicialmente elegida para defender el caso decidió retirarse del mismo después de que las organizaciones de defensa de los derechos LGTB anunciaran una campaña en su contra. Un golpe de efecto que no ha gustado nada a líderes como Tony Perkins, presidente del Family Research Council, una organización conservadora defensora de la familia tradicional, que ha acusado al activismo LGTB de utilizar métodos terroristas.

El anuncio de King & Spalding, firma de abogados con base en Atlanta, causó sorpresa entre las filas conservadoras. El abogado y socio de la compañía Paul Clement, elegido por los republicanos para defender la ley que impide que la administración federal  pueda reconocer los matrimonios celebrados entre personas del mismo sexo, decidió de hecho abandonar la firma y unirse a otro bufete, Bancroft PLLC, desde donde continuará trabajando en el caso. Líderes conservadores como el fiscal general de Virginia, Ken Cuccinelli, han anunciado represalias contra King & Spalding. Cuccinelli, de adscripción republicana (y un reconocido opositor a los derechos LGTB) ha anunciado que su departamento ya no volverá a trabajar con esta firma de abogados.

Pero quizá la reacción más sorprendente ha sido la de Tony Perkins, que directamente ha equiparado al activismo LGTB con el terrorismo. «En los años ochenta y noventa trabajé con el departamento de Estado en antiterrorismo y entrenamos a unos cincuenta países para defenderse contra el terrorismo. La base del terrorismo consiste en golpear a la población general para simplemente diseminar el miedo y la intimidación y así desestabilizar el sistema de Gobierno. Eso mismo es lo que los homosexuales están ahora haciendo al sistema legal», ha manifestado.

Una curiosa reacción, teniendo en cuenta que la puesta en marcha de campañas públicas a favor o en contra de empresas en función de sus posicionamientos políticos es una práctica habitual en Estados Unidos, que los grupos conservadores utilizan con éxito. En octubre de 2008, por mencionar solo un ejemplo, la compañía McDonald’s se plegaba a la presión de la AFA (American Family Association), otra organización conservadora que llevaba meses ejerciendo un boicot contra la cadena de hamburgueserías simplemente porque Richard Ellis, un alto ejecutivo de la compañía, formaba parte de la NGLCC (Cámara de Comercio de Gays y Lesbianas de los Estados Unidos), forzando además a McDonald’s a declararse oficialmente “neutral” tanto respecto al matrimonio entre personas del mismo sexo como respecto a cualquier “otro aspecto de la agenda homosexual”…