Elisa y Marcela

Pese a que se editó en marzo de 2010, acabamos de leer ahora Elisa y Marcela. Más allá de los hombres (Libros del Silencio), ese espléndido libro de Narciso de Gabriel. Nunca es tarde si la dicha es buena y en este caso, la dicha es enorme. Seguro que ya conocéis la historia de Elisa y Marcela: dos maestras que se conocieron en la Galicia de finales del XIX y acabaron casadas. Sí: casadas, y por la iglesia para más inri, en 1901. Con una trama más propia de un vodevil de enredo que de la vida real, consiguieron llevar su mentira hasta extremos surrealistas y hacerse tan famosas en la época que por poco si acaba todo en tragedia.

Lo bueno (lo muy bueno) de Elisa y Marcela, es que su autor ha huido de la novela histórica y nos presenta el producto de una investigación rigurosa de más de quince años en el caso, sin elucubraciones ni suposiciones y sin convertirse ni un solo momento en un aburrido ensayo histórico. De Gabriel es capaz de contagiar al lector durante más de cuatrocientas páginas la fascinación que siente por esas dos mujeres valientes que hicieron todo lo que estaba en sus manos por llevar adelante y hasta el final su relación.

La primera parte del libro se centra en la historia (¿alguna historia merece como ésta que se ruede ya la película?), de cuyas particularidades y periplo hasta Oporto y Buenos Aires da buena cuenta el autor y no vamos a destripar, en el juicio y en la interesantísima repercusión pública del «fenómeno» (¡un matrimonio sin hombre!), en una época en la que no había Sálvame ni La Noria. ¿Es sorprendente que El País, diario republicano y anticlerical de la época, intentando distanciarse del resto de la prensa, trate el asunto de «escándalo asquerosísimo», «aberración», que «mancha la pluma, el papel y la mano» del que lo escribe y le hace descender a las «cloacas de la degeneración»? Algunos de los artículos están recogidos en Anexo al final del libro, entre ellos, uno de Emilia Pardo Bazán.

La segunda parte es aún más interesante: Algunas claves interpretativas trata de explicar la historia de las dos mujeres desde el punto de vista del hermafroditismo, el lesbianismo, el travestismo y el feminismo (¿quizá sea una mezcla de todo?), y el tratamiento dado por De Gabriel a tan controvertidos temas es impecable. No hay más que leer algunos de los autores de la bibliografía para comprender que la búsqueda ha debido ser ardua y tremebunda: Boswell, Eribon, Fausto-Esterling, Gimeno, Foucault, Mira, Viñuales, Preciado, Buxán…

En estos oscuros tiempos en los que una panda de vagos y maleantes, que deberían estar en la cárcel por robo de caudales públicos, lleva más de seis años dejando a miles de personas en inseguridad jurídica mientras tratan de comprender la compleja frase “El hombre y la mujer tienen derecho a contraer matrimonio”, como si estuviera escrita en visigótica cursiva, decidiendo si todos los españoles deberíamos ser iguales ante la ley, es un placer descubrir a autores como Aguinaledo que advertían de que había que encontrar una solución para las parejas de hombres y de mujeres («por muy triste y antipático que nos parezca»). Y añadía «¿por qué no ocuparse en serio de ella ya?». Era 1904.

Enhorabuena (otra vez) a Libros del Silencio.

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