Holanda: menores internados en centros católicos durante los cincuenta fueron castrados para «reprimir sus impulsos homosexuales»

Al menos diez menores internados en centros regentados por la iglesia católica holandesa habrían sido castrados para «reprimir sus impulsos homosexuales» en la década de los cincuenta, según ha denunciado el diario NRC Handelsblad. Alguno de estos menores era en realidad víctima de abusos sexuales por parte de los propios religiosos. La medida también se habría aplicado a niños que trataron de denunciar los abusos.

Las pruebas recabadas demostrarían que un menor que sufrió abusos sexuales por parte de religiosos católicos sufrió la extirpación de sus testículos, y hay indicios de que al menos otros diez menores padecieron el mismo destino. Indicios que incluyen documentos, grabaciones médicas, notificaciones de abogados y cartas privadas. Los abusos fueron denunciados en 2010 a la Comisión Deetman, una comisión creada para investigar los abusos a menores por parte del clero católico holandés, pero su informe final no hizo mención explícita a esta práctica.

No se trata del único «olvido» de la Comisión Deetman. El diario holandés hace también referencia a las gestiones que en su momento hizo el político Victor Marijnen, fallecido en 1975, para conseguir el indulto de varios religiosos condenados por abusos en el mismo centro en el que estuvo internado el menor castrado, cuyo consejo de administración presidió él mismo. Marijen, que fue primer ministro entre 1963 y 1965, era miembro del Partido Popular Católico, que luego se fusionó con partidos protestantes para formar el actual Partido Democristiano holandés (CDA).

La Comisión Deetman se ha defendido alegando que no se mencionó la castración de menores en el informe final porque los indicios no eran suficientes, y que no informó de la actuación de Marijnen porque estaba vinculada a un caso cuya revelación habría facilitado la identificación de una de las fuentes de las denuncias, cuya identidad se mantiene protegida.