Suspendido el sacerdote que negó la comunión a una lesbiana en el funeral de su madre
Marcel Guarnizo, el sacerdote que negó la comunión a Barbara Johnson durante el funeral de su madre por mantener una relación con otra mujer (noticia de la que nos hacíamos eco hace pocos días) ha sido suspendido de sus funciones por el arzobispado de Washington.
«No puedo darte la comunión porque vives con una mujer, y a los ojos de la iglesia eso es un pecado”, le espetó Guarnizo a Barbara Johnson cuando esta, arrodillada, esperaba recibirla. Ocurrió en la parroquia de Saint John Neumann en Gaithersburg (Maryland), durante los funerales de la madre de la mujer. El sacerdote también se ausentó del altar cuando Barbara Johnson pronunció unas palabras de homenaje a su madre y no se trasladó al lugar donde fue enterrada, como es allí costumbre. La insensibilidad del sacerdote causó tal conmoción que tanto el sacerdote titular de la parroquia, Thomas LaHood, como el propio arzobispado de Washington se disculparon con Barbara Johnson.
Ahora el arzobispado ha suspendido de sus funciones a Guarnizo, aunque sin reconocer expresamente que haya sido debido a este incidente. Oficialmente el sacerdote ha sido apartado debido a su «conducta intimidatoria hacia el personal de la parroquia y hacia otras personas, incompatible con un apropiado ministerio sacerdotal», según el arzobispado.
No todos están de acuerdo con la decisión del arzobispado. Según señala The Washington Post, algunos blogueros católicos han defendido la actuación de Marcel Guarnizo y han llamado a boicotear económicamente al arzobispado de Washington por lo que consideran una decisión injusta…
Noticias Relacionadas
Sacerdote católico estadounidense niega la comunión a una mujer lesbiana en el funeral de su propia madre por vivir en pareja
El Gobierno canadiense presenta un proyecto de ley para prohibir las «terapias» de conversión en menores
El estado de Utah prohíbe a los profesionales médicos practicar «terapias» de conversión en menores de edad
La ciudad de Nueva York derogará la ley que prohíbe las «terapias» de conversión en adultos por el temor a que una sentencia judicial las blinde
El estado de Colorado prohíbe las «terapias» de conversión en menores de edad
Acerca del Author
Flick
Flick no es más que el "nick" con el que empecé a comentar (y discutir, y razonar...) en dosmanzanas, allá por 2006. Me sabía a poco, por eso decidí colaborar y compartir mi pasión por estar informado. Y aquí sigo.
Lo han retirado porque intimida…No me extraña,si en la foto parece sacado de una peli de mafiosos,la virgen!!!!
Yo personalmente soy atea,pero claro topas con un integrista ortodocxo ultra catolico es lo menos que le pudo pasar a esta mujer….Le podia haber hechado agua bendita por encima tipo exorcismo….En fin que estos tios con faldas estan bastante mal
Yo debo ser muy rarito, pero lo que más me sorprende no es que un cura le niegue el derecho a la comunión a una lesbiana, puesto que eso no deja de ser coherente con la doctrina de la iglesia católica, la cual, como cualquier otra institución, tiene derecho a defender los principios que le dé la gana.
Lo que sí me resulta totalmente incomprensible es que, conociendo cuáles son esos principios, mucha gente supuestamente progresista siga bautizando a los niños, y siga yendo a comulgar, para más inri siendo lesbiana. Mientras sigamos indignándonos y protestando porque los curas no nos aceptan, ellos seguirán sintiéndose crecidos; el día que nos dé igual y nos dejemos de hacer eco de estas tonterías será cuando ganemos la batalla.
En España no lo expulsarían, sino que le darían un premio.
Igualito que Jesús que comía con los publicanos y las prostitutas.
Es clavadito a la Trinity de la película The Matrix.
Lo que ocurre, Antonio, es que ser católico no es opuesto a ser gay, ni siquiera la Iglesia piensa eso. Sí piensa que un gay que no es célibe, que vive en pareja, no puede comulgar en misa. La lucha es por ser reconocidos, no porque nos dejen solos y «bien». En verdad, Dios nos llama a ser parte de una comunidad, no a formar una comunidad «aparte». Al menos eso pensamos los gays cristianos.