La iglesia presbiteriana de Estados Unidos rechaza por ajustada mayoría celebrar matrimonios entre personas del mismo sexo

La iglesia presbiteriana de Estados Unidos, que con más de dos millones de fieles es una de las confesiones cristianas más importantes del país, se resiste a dar el paso definitivo hacia la inclusión plena de sus fieles LGTB. Nuevamente, tal como sucediera ya hace dos años, una muy ajustada mayoría de su Asamblea General ha rechazado actualizar la definición canónica de matrimonio para incluir a las parejas del mismo sexo.

De entre las grandes confesiones cristianas de Estados Unidos, la iglesia presbiteriana es una de la que ha dado pasos más significativos hacia la plena integración de los fieles LGTB. En mayo de 2011, por ejemplo, los presbiterianos aprobaban definitivamente, tras recibir el visto bueno de la mayoría de los presbiterios, la ordenación de pastores homosexuales que mantuvieran relaciones de pareja estables (esta iglesia ya permitía la ordenación de homosexuales, siempre que se mantuvieran célibes). Una decisión que, antes de que los presbiterios se pronunciasen, ya había recibido el aval del 53% de los delegados en la Asamblea General bianual de la iglesia, celebrada en julio de 2010.

En esa misma Asamblea, por el contrario, se rechazó por una ajustada mayoría del 51% actualizar la definición canónica de matrimonio para incluir a las parejas del mismo sexo, pese a que el comité eclesiástico encargado de los asuntos relacionados con el matrimonio así lo había recomendado. Todo apuntaba a que en la siguiente Asamblea, celebrada esta semana, se abordaría de nuevo esta posibilidad y se daría finalmente el visto bueno. No ha sido así, lamentablemente. Pese a los dos años transcurridos, no parece que el equilibrio de fuerzas se haya modificado. De hecho, en esta ocasión el 52% de los delegados se ha opuesto tras un debate de más de tres horas de duración.

Ello no impide que poco a poco vaya instalándose en ambas partes la idea de que no hay vuelta atrás en el camino inclusivo, y que lo único que han conseguido el sector más conservador es ganar tiempo: tras la votación, la Asamblea decidía la apertura de un periodo de dos años durante los cuales se estudiará como el cambio puede afectar a la «teología del matrimonio». Dos años en los que es previsible que la aceptación social del matrimonio igualitario en Estados Unidos, también entre los sectores religiosos no fundamentalistas, dé un paso de gigante.