El cardenal O’Brien, feroz opositor al matrimonio igualitario, reconoce su «conducta sexual inapropiada» hacia otros sacerdotes

El cardenal Keith O’Brien, que hace pocos días presentó su renuncia como arzobispo de Edimburgo tras ser acusado por cuatro sacerdotes de conducta sexual «inapropiada» hacia ellos, ha admitido los hechos y ha anunciado su intención de pasar el resto de su vida retirado de la vida pública. Keith O’Brien se había convertido en los últimos meses en una de las voces que con mayor ferocidad se habían opuesto a la aprobación del matrimonio igualitario en Reino Unido.

En un escueto comunicado hecho público este domingo, el cardenal O’Brien admite que a veces su conducta sexual «cayó por debajo de los estándares que se esperaban de mí como sacerdote, arzobispo y cardenal». El que fuera hasta hace días arzobispo de Edimburgo (y presidente de la Conferencia Episcopal Escocesa hasta noviembre) ha pedido además perdón a todos aquellos a los que ha ofendido, a la iglesia católica y a los escoceses. “Pasaré el resto de mi vida en el retiro. No desempeñaré ningún papel en la vida pública de la iglesia católica de Escocia”, ha añadido.

Keith O’Brien, el único británico llamado a formar parte del cónclave que elegirá al próximo Papa católico (en el que ya no participará) fue acusado por hasta cuatro sacerdotes de conductas sexuales inapropiadas hacia ellos hace años, cuando eran todavía seminaristas o sacerdotes recién ordenados. Los denunciantes querían evitar que O’Brien participara en el cónclave, para que este fuera «limpio».

Uno de los más beligerantes opositores a la igualdad LGTB

En dosmanzanas hemos hecho referencia en varias ocasiones a Keith O’Brien, siempre con motivo de su feroz homofobia. En agosto pasado, poco después del anuncio del Gobierno escocés de que impulsaría una ley de matrimonio igualitario, se leyó en todas las parroquias católicas de Escocia una carta del cardenal en la que en la que mostraba su “profundo malestar por el hecho de que el Gobierno escocés haya decidido redefinir el matrimonio”. “La enseñanza de la iglesia sobre el matrimonio es inequívoca, es únicamente la unión de un hombre y una mujer, y está mal que los gobiernos, los políticos o los parlamentos traten de alterar o destruir esta realidad”, añadía.

En septiembre de 2011, cuando el proyecto estaba todavía en el periodo de consultas, el entonces arzobispo de Edimburgo opinó que aprobar el matrimonio entre personas del mismo sexo suponía “reescribir la naturaleza” y adelantaba que la iglesia católica escocesa se opondría “enérgicamente” a cualquier intento en ese sentido. Sus críticas no limitaron a Escocia: hace ahora un año, O’Brien dirigía un duro ataque al proyecto de ley de matrimonio igualitario para Inglaterra y Gales anunciado por el primer ministro David Cameron, calificándolo de “locura” y de “subversión grotesca de un derecho humano aceptado universalmente”. Y hace solo un par de semanas, justo antes de que estallara el escándalo, mientras que se pronunciaba a favor de que los sacerdotes pudieran casarse, reafirmaba su radical oposición al matrimonio entre personas del mismo sexo.