"Si se suman dos manzanas, pues dan dos manzanas. Y si se suman una manzana y una pera, nunca pueden dar dos manzanas, porque es que son componentes distintos. Hombre y mujer es una cosa, que es el matrimonio, y dos hombres o dos mujeres serán otra cosa distinta" - Ana Botella

Reig Pla vuelve a la carga: ahora relaciona los abusos sexuales a menores en la Iglesia con la aceptación de sacerdotes homosexuales

Nuevo ataque del obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Pla, a las personas LGTB, en este caso a los varones homosexuales, a los que responsabiliza en parte de los abusos sexuales a menores por parte de clérigos católicos, y a los que que por ello insiste en vetar el acceso al sacerdocio. Palabras contenidas en la pastoral «En defensa de la vida: sobre los abusos sexuales a menores y adultos vulnerables», en la que este homófobo impenitente vuelve a usar de nuevo términos como «Nuevo Orden Mundial» (en referencia al supuesto poder global en la sombra «que en nombre de la libertad, consigue crear adictos y esclavos del consumo también sexual») 0 «Atracción sexual hacia el mismo sexo (AMS)», la forma que Reig Pla, en un tosco intento de repatologizar la homosexualidad a través del lenguaje, utiliza para referirse a gays, lesbianas y bisexuales.

En su texto (que se puede leer íntegramente aquí, si se tiene estómago para ello) Reig Pla señala, al referirse a estos abusos, que según el Vaticano solo hay «un 10% de casos de pederastia en sentido estricto» y «un 90% de casos a definir como efebofilia (es decir contra los adolescentes), de los cuales cerca el 60% referido a individuos del mismo sexo y el 30% de carácter heterosexual». Pero Pla va más allá, al referirse a los abusos  sexuales a mayores de edad. «De entre estos abusos y acosos, una parte son los perpetrados por redes infiltradas en la Iglesia que captan y abusan de varones vulnerables», afirma el obispo de Alcalá.

Pla enuncia luego a existencia de un plan para promover la aceptación de las relaciones entre personas del mismo sexo por parte de estas «redes» dentro de la Iglesia católica:

Como obispo condeno toda discriminación injusta. Nuestra diócesis quiere continuar prestando ayuda a todos, con verdaderas entrañas de misericordia, con escrupuloso respeto, sin juzgar a las personas (Cf. Papa Francisco, 28-7-2013), y todo desde la verdad; dicho lo cual es necesario hacer un apunte final referido específicamente a las estructuras o redes infiltradas en la Iglesia que abusan de varones vulnerables. Insisto, que nadie manipule mis palabras generalizando mis afirmaciones; esta carta se refiere exclusivamente a algunas cosas que acontecen, en algunas ocasiones, en la Iglesia. En 1987 una revista norteamericana publicaba un artículo en el que se anunciaba, en tono satírico, toda una estrategia en orden a promover el trato sexual entre personas del mismo sexo, también en el interior de la Iglesia. Lo cierto es que, lamentablemente, lo que parecía un simple anuncio o proyecto se ha convertido – con todas las precisiones que procedan – en una dramática realidad (…) Conviene recordar aquí que la Congregación para la Doctrina de la Fe, con la firma del entonces Cardenal Ratzinger y la aprobación expresa del Papa San Juan Pablo II, ya nos advertía en 1986 sobre el debate que ahora se ha desatado con gran publicidad en algunos ámbitos y que tiene que ver con esta infiltración: en la actualidad un número cada vez más grande de personas, aun dentro de la Iglesia, ejercen una fortísima presión para llevarla a aceptar conductas intrínsecamente desordenadas; lo que pretenden es subvertir la enseñanza de la Iglesia. (Cf. Congregación para la Doctrina de la Fe, Carta sobre la atención pastoral a las personas homosexuales, nn. 8-9).

Expuesta esta tesis, el obispo de Alcalá insiste en que la Iglesia debe esforzarse en impedir la ordenación de homosexuales:

No solo por lo expuesto, pero también por ello, es muy importante impedir, como exige la Iglesia, la ordenación de candidatos con atracción sexual hacia el mismo sexo (AMS); de hecho la Iglesia Católica enseña: La ordenación al diaconado o al presbiterado de varones con AMS es absolutamente desaconsejable e imprudente y, desde el punto de vista pastoral, muy arriesgada. Una persona con AMS no es, por lo tanto, idónea para recibir el sacramento del Orden sagrado (Cf. Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Carta de 16 de mayo de 2002). Sería gravemente deshonesto que el candidato ocultara su AMS para acceder, a pesar de todo, a la Ordenación. Disposición tan falta de rectitud no corresponde al espíritu de verdad, de lealtad y de disponibilidad que debe caracterizar la personalidad de quien cree que ha sido llamado a servir a Cristo y a su Iglesia en el ministerio sacerdotal (Cf. Congregación para la Educación Católica, Instrucción sobre los criterios de discernimiento vocacional en relación con las personas de tendencias homosexuales antes de su admisión al seminario y a las Órdenes sagradas, n. 3).

En la línea que ya marcó Ratzinger

Siendo justo, conviene precisar que este empeño por impedir la ordenación de homosexuales no es nuevo ni exclusivo del obispo de Alcalá. Era también una de las obsesiones sobre las que Joseph Ratzinger insistió durante su pontificado. Ya en 2006 el ahora papa emérito daba vía libre a la instrucción “sobre los criterios de discernimiento vocacional concernientes a las personas con tendencias homosexuales en vistas a su admisión al seminario y a las Órdenes Sagradas” en el que se negaba el acceso al sacerdocio a “aquellos que practican la homosexualidad, presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas o apoyan la así llamada cultura gay”.

Dos años más tarde, un nuevo documento en el mismo sentido, titulado “Orientaciones para el uso de las competencias de la psicología en la admisión y en la formación de los candidatos al sacerdocio” reincidía en este tema, al establecer que quienes tengan un identidad sexual “incierta, tendencias homosexuales fuertemente radicadas o dificultad para vivir la castidad en el celibato no podrán ser sacerdotes”.  Como novedad, este documento señalaba que los rectores de los seminarios pueden recurrir a exámenes psicológicos para detectar “tendencias homosexuales fuertemente radicadas” así como que el camino formativo “deberá ser interrumpido” en el caso en el que el candidato a pesar de “su esfuerzo, el apoyo del psicólogo o de la psicoterapia continuase manifestando incapacidad para afrontar sus graves problemas de inmadurez”.

Este último documento establecía además que los sacerdotes tienen que tener un “sentido positivo y estable de la propia identidad viril”.

Comentarios
  1. odin
  2. javi
  3. Despotorramiento feroz

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