Uber suspende a otro de sus conductores por un nuevo caso de discriminación homófoba

Un conductor de la plataforma London Uber, empresa que a través de una aplicación para móviles permite poner en contacto a sus conductores y a potenciales usuarios, ha sido suspendido después de expulsar a un pasajero gay debido a su orientación sexual. 

Neil Shah había estado disfrutando de una noche de fiesta con sus amigos en el Soho de Londres. Decidieron volver a casa en un vehículo de Uber cuando, para su sorpresa, el conductor le pidió que abandonase el taxi al verle dándose la mano y besándose con uno de sus amigos en el asiento trasero del coche.

“Cogí un taxi Uber de vuelta a casa después de una divertida noche con los amigos en el Soho. Mi amigo y yo íbamos cogidos de la mano y me incliné para besarlo. El conductor dijo ‘aquí no hay gays, ni hay besos’, detuvo el coche y nos pidió que saliéramos. Nos quedamos boquiabiertos, pero bajamos del coche”, contaba Shah sobre lo ocurrido. “Mi amigo y yo estábamos muy molestos por esto. No creo que sea justo ni que haya derecho a que nuestra seguridad y derechos se vean comprometidos así”, señalaba el joven tras ser objeto de este episodio de discriminación.

El joven afectado asegura que se puso en contacto con los responsables de Uber y que estos decidieron apartar inmediatamente de la plataforma al conductor homófobo, así como devolverle la tarifa al usuario. La empresa también ha querido valorar lo ocurrido y dejar clara su postura. “Este incidente es enormemente decepcionante en tanto que Uber celebra la diversidad”, manifestaba un portavoz de la compañía. “Como empresa no toleramos ninguna forma de discriminación de ningún tipo, y nosotros inculcamos estos valores a nuestros conductores asociados”, añadía.

Por desgracia, este no es el primer incidente homófobo en el que un conductor de Uber se ve implicado. A principios de año contábamos el caso de una joven pareja gay que había denunciado públicamente haber sido obligada a abandonar un coche de Uber el día de Año Nuevo en Londres, después de que el conductor les viese mostrando una actitud cariñosa y les recriminase el gesto.