"Si se suman dos manzanas, pues dan dos manzanas. Y si se suman una manzana y una pera, nunca pueden dar dos manzanas, porque es que son componentes distintos. Hombre y mujer es una cosa, que es el matrimonio, y dos hombres o dos mujeres serán otra cosa distinta" - Ana Botella

Música como salvación de romántica gay: crítica de «Balada de amor para un soldado» y entrevista a Nut

La lectura de las Crónicas Vampíricas de Anne Rice y la afición a la vertiente Boy’s Love del manga y el anime llevó a Nut al mundo de la romántica gay, donde se enmarcan todos sus trabajos, entre los que encontramos Juegos de seducción (2013), En busca de la Bella Durmiente (2015) y Océanos de Sangre (2015). Con su última novela, bellamente titulada Balada de amor para un soldado (2016), esta escritora andaluza regresa a la sugerente ciudad de Nueva York para regalarnos otra hermosa historia de amor.

Balada de amor para un soldado da comienzo con una escena sexual harto explícita que nos sume de lleno en la mente de un personaje para quien la vida ha dejado de tener sentido. Él es Idris Mackie, un joven de piel morena y larga cabellera compuesta de rastas al que las circunstancias vitales llevaron hace tiempo a abandonar la música aun siendo esta el motor de su vida. Desde entonces, trata de distraer su torturada mente con alcohol, drogas y sexo sin compromiso, rehuyendo todo sentimiento u ocupación que pueda llevarle, bien a sufrir de nuevo, bien a hacer sufrir a los demás. Muerto en vida, Idris halla en un la recepción de una serie de misteriosas cartas acompañadas de CD musicales un toque de esperanza que podría poner fin a su anodina existencia. Y es que, tal y como afirmó Hans Christian Andersen, «donde las palabras fallan, la música habla». Aunque escrita en tercera persona, Balada de amor para un soldado nos mantiene en todo momento en el interior de su fantásticamente construido protagonista, con quien empatizamos desde el principio gracias a la perfecta mezcla de honestidad y compasión destilada por la narración. Como si de Queer as Folk se tratase, alrededor del joven circula toda una serie de personajes masculinos homosexuales tan contrastados como el sensible Nicholas, largo tiempo acostumbrado a hacer oídos sordos al generoso amor que siente por su amigo, y el desvergonzado Brian, para quien todo el mundo es un trozo de carne hasta que se demuestre lo contrario; el modo en que ambos desean a Idris es tan diferente como la noche y el día, pero seguro que cada espectador se identifica con alguno de los dos… aunque se niegue a admitirlo.

Balada de amor para un soldado es una oda al amor en todas sus formas, sí, pero también a la música. Ya lo dijo Nietzsche: «sin música, la vida sería un error». Guiándose quizá por el «todos los escritores que conozco preferirían ser músicos» de Kurt Cobain, Nut trata un imposible: plasmar en palabras el poder de la música. Y, en cierta manera, lo consigue, pues en la descripción del sentir de Idris y compañía hallamos la magia de este arte, que no es otra que la exaltación de nuestros sentimientos más profundos, incluso cuando llevan largo tiempo siendo ignorados. Y es que las mejores canciones son aquellas que nos dicen cosas sobre nosotros que ni siquiera nosotros mismos sabemos. Balada de amor para un soldado nos llega al corazón porque lo acaricia como si de un arpa se tratara.

A continuación, os dejo con mi distendida entrevista a Nut, autora de Balada de amor para un soldado.

Toda tu obra se ha centrado en protagonistas masculinos gais, los cuales retratas con una naturalidad pasmosa, ¿qué te interesa tanto de ellos?

De ellos me interesan las historias que pueden contarnos. No quiero decir con esto que no tenga interés o relevancia para mí o para los lectores en general aquello que nos pueden contar protagonistas femeninas, no es el caso. Pero en esta etapa de mi vida literaria lo que más me satisface es crear historias cuyo eje principal sean las relaciones emocionales entre hombres. Tal vez se deba a que me gusta leer libros y relatos que hablan de estas relaciones y, como dijo alguien alguna vez: escribimos sobre lo que nos gustaría leer.

¿Cuál fue la semilla de Balada de amor para un soldado?

La música. En algún momento, tal vez gracias a que leí o escuché algo al respecto, se me hizo presente la realidad de que la música es un transmisor de emociones, “el verdadero lenguaje universal”, como dice Carl Maria von Weber, y supe que tenía que escribir una novela en la cual la música fuera el hilo conductor. Tengo historias en las que los protagonistas son publicistas y modelos, piratas, príncipes malditos, cocineros —me gusta no encasillarme en un mismo esquema de personaje—, e introducir en el argumento a un músico me resultó una posibilidad muy apetecible que no me ha decepcionado.

¿Qué lleva a una mujer a escribir un libro sin un solo personaje femenino? (con excepción, si mal no recuerdo, de una vecina cotilla)

Es curioso, hasta ahora que lo comentas no me había percatado de ello. Efectivamente, en la historia no hay otros personajes femeninos que intervengan de forma activa salvo la señora Vasíliev y Sun Hee, la dependienta de la floristería donde trabaja Idris. No es algo premeditado, de hecho en mis otros libros no suele darse este caso. En todos ellos existen personajes secundarios femeninos, algunos con más peso que otros en el argumento pero, en mi opinión, imprescindibles para la historia. En esta ocasión, si reflexiono sobre ello, comprendo que su ausencia se debe sencillamente a que no es relevante la presencia de más mujeres en el desarrollo de la historia. ¿Puede resultar extraño que una mujer no dé protagonismo en sus libros al sexo femenino? Considero que no debería ser así, ya que la existencia de uno u otro personaje siempre va a depender de la historia que quieras contar.

¿Por qué ambientar una historia tan universal en EE.UU.?

Concretamente en Nueva York, ciudad que aparece en cuatro de mis libros, si contamos con Balada de amor para un soldado, y en dos de mis relatos cortos; una ciudad por la que, literariamente hablando, me siento muy atraída pese a no haberla visitado jamás. Como tú mismo indicas, esta es una historia universal que podría ocurrir en cualquier lugar del mundo, ¿por qué elegir Nueva York? Tal vez porque pienso que es una ciudad cosmopolita, una urbe viva y dinámica, compuesta por múltiples culturas e incontables escenarios, habitada por un sin fin de personajes potenciales; en definitiva, una ciudad en la que podría ocurrir cualquier cosa.

La música juega un papel primordial en este libro, ¿qué relación tienes con este arte?

A mi pesar, mi relación con la música es de simple consumidora. Me hubiera encantado aprender a tocar un instrumento, pero mi oído musical es nulo. Disfruto de la música como oyente en todo momento; de hecho pienso que lo único que le falta a la vida es una banda sonora. Y, como algo importante en mi vida, suelo introducirla de alguna forma en mis historias. En Balada de amor para un soldado no solo es el germen de la historia, sino que también he querido darle un merecido protagonismo.

Aunque escasos, los momentos sexuales son muy explícitos; ¿qué aportan a la trama?

Opino que naturalidad y realismo, ya que el sexo es inherente a nuestras vidas. Sí es verdad que la historia posiblemente sería la misma sin estas escenas; en principio no añaden ni restan nada a la trama ni al argumento, pero aportan ese punto de erotismo que a muchos nos gusta encontrar en una novela romántica. Y también nos proporcionan una visión de un rasgo importante de la personalidad del protagonista, Idris, quien utiliza el sexo como otro medio más para huir de sus emociones. ¿Podrían ser menos explícitas? Claro. Aunque pienso que tal y como están escritas encajan con el tono general de la narración.

Tanto los personajes como la trama de Balada de amor para un soldado se antojan perfectos para el mundo audiovisual en forma, bien de largometraje, bien de serie, ¿has pensado en ello?, ¿te atrae la idea?

Pensar en ello seriamente, no; elucubrar, fantasear con la posibilidad, pues sí. ¿Quién no ha soñado alguna vez que una de sus historias se convierte en película? Soy muy aficionada al cine y pienso que por ello mis libros, algunos más que otros, son muy visuales. Cuando escribo una historia, esta se desarrolla en mi cabeza escena tras escena como en una película. Si me ofrecieran adaptar Balada de amor para un soldado a imagen real diría que sí con los ojos cerrados. Pero tengo los pies en el suelo y sé que, en la práctica, un ofrecimiento así es muy difícil, aunque soñar es gratis, claro.

¿Cómo y cuándo decidiste el bello título de este libro? ¿Barajaste otras opciones? (¿cuáles?)

En mi opinión los títulos, y también las sinopsis, son de las cosas más complicadas que hay que hacer una vez terminada la novela. Cuando no me viene a la mente en un primer momento, se convierte casi en una misión imposible. Con este libro tuve la suerte de que surgió de forma espontánea y cuando ni siquiera estaba pensado en ello. Inmediatamente me pareció que encajaba muy bien con la historia y que resultaba poético y revelador.

El protagonista de Balada de amor para un soldado pierde las ganas de vivir por renunciar a aquello que más ama; y a ti, ¿qué renuncia te haría perder las ganas de vivir?

Aunque soy de las que opinan que la vida hay que vivirla hasta el último segundo, que nada nos debe detener, que tenemos que ser capaces de caernos y levantarnos para seguir adelante porque nuestra existencia es demasiado valiosa para desperdiciarla, soy consciente de que llegado el momento hay sucesos, ausencias, que te pueden quebrar la voluntad y convertirte en una persona como Idris, que simplemente deja pasar la vida sin esperar nada de ella. Hay muchas cosas de las que pienso que no podría renunciar, entre ellas la literatura: leer y escribir son partes fundamentales de mi existencia. Si lo hiciera no creo que cayera en la apatía emocional de Idris, pero desde luego ya no sería yo misma.

Y tú, ¿qué lees, ves y escuchas en tu tiempo libre? ¿Qué te inspira como escritora?

¿Tiempo libre? De eso no ando sobrada, pero, cuando puedo hurtar un poco, escribo o leo, principalmente. Soy una lectora asidua, no sólo porque considere que si quieres escribir debes leer mucho, sino porque me encanta. Me gusta casi cualquier tema, soy versátil, igual que con el cine o las series de televisión, que también son mi debilidad, y la música, aunque hay ciertos estilos musicales actuales que no son tanto de mi agrado. Cuando escribo suelo tener música de fondo; me gusta escogerla según el tono de la escena que voy a escribir. ¿La inspiración? A mí la inspiración me llega de las pequeñas cosas: una frase suelta de alguien, una imagen en televisión, una fotografía, un sueño, una canción. No soy el tipo de escritora que se sienta a pensar y es capaz de sacar de la nada una historia; necesito que me lleguen mensajes del exterior.

Comentarios
  1. Nut

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