Correos lanza, por primera vez, un sello postal en homenaje al Orgullo LGTBI y el Pasaje Begoña, cuna de los derechos y libertades del colectivo

Con motivo del Orgullo LGTBI, cuyos actos se celebran este mes mundialmente, Correos ha decidido, por primera vez en España, poner en circulación un sello dedicado a la comunidad LGTBI y al Pasaje Begoña de Torremolinos, cuna de los derechos y libertades de este colectivo. Aunque aún se desconocen los detalles de esta iniciativa, sí se sabe que Correos pondrá en circulación una tirada de un millón de estos sellos a partir del próximo 15 de junio. «Nosotros insistimos en que queríamos que [el sello] llevara una imagen global del colectivo, en este caso la bandera [arcoíris], aunque tuviera un pequeño guiño al Pasaje Begoña. La verdad es que estamos muy satisfechos [con el resultado]», adelanta a dosmanzanas Jorge Pérez, presidente de la Asociación Pasaje Begoña, promotora del asunto.

La Asociación Pasaje Begoña nació en enero de 2018 con el objetivo principal de recuperar la memoria histórica de ese emblemático lugar y rescatar un capítulo olvidado de la historia de España. Todo empezó en abril de 2019, cuando sus responsables presentaron un estudio de investigación  —realizado en colaboración con la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla— sobre la importancia histórica del Pasaje Begoña de Torremolinos. «Aquello fue un sprint de muchas iniciativas seguidas», comenta Pérez.

Entre otras cosas, tanto el Parlamento de Andalucía como el Congreso de los Diputados declararon entonces al Pasaje como lugar de Memoria Histórica y cuna de los derechos y libertades LGTBI. «El año pasado la ONCE nos dedicó la viñeta de un cupón también. Pero este año le enviamos una copia de nuestro estudio a la Comisión Filatélica del estado y les gustó la idea [de dedicarnos un sello]. Les mandamos toda la información que nos pidieron y al final nos mandaron una carta diciendo que habían considerado dedicar un sello de Correos al colectivo en general, y al Pasaje Begoña en particular», añade.

Hablar del Pasaje Begoña, ubicado en la localidad malagueña de Torremolinos, es hacerlo de nuestro particular Stonewall, y del lugar que albergó los primeros bares de España de ambiente homosexual, junto a otros locales de música y diversión. «A pesar de la represión que ejerce en España la dictadura de Franco, diversos factores como la entrada de divisas que propicia el turismo y el deseo de proyectar al mundo una imagen de modernidad, hacen posible que Torremolinos alcance fama internacional como destino turístico LGTBI durante la década de los sesenta y que el Pasaje Begoña llegue a ser ‘una auténtica isla de libertad’», cuentan en su web los responsables de la Asociación Pasaje Begoña. Efectivamente, más de cincuenta locales —como The Blue Note, Bar Gogó o el Tony’s Bar— llegaron a existir durante los sesenta en el Pasaje Begoña y sus calles aledañas. «Su gran popularidad atrajo a celebridades de todo el mundo, como John Lennon y el mánager de The Beatles, Brian Epstein; Pia Beck, cantante y pianista de jazz; actrices y vedettes internacionales, como Luciana Paluzzi, Coccinelle, Amanda Lear o Grace Jones; el actor Helmut Berger; y celebridades españolas como Sara Montiel, Massiel y José Antonio Nielfa, La Otxoa», explica la directiva de la asociación en la misma web.

Pero aquel oasis de diversidad y tolerancia se fue al garete después de que, a finales de los sesenta y principios de los setenta, el régimen franquista decidiese endurecer su política contra la homosexualidad y se llevaran a cabo redadas periódicas contra el colectivo LGTBI. Así, el 24 de junio de 1971 se llevó a cabo una gran redada policial en el Pasaje Begoña —ordenada por el entonces Gobernador Civil de Málaga, Víctor Arroyo—. «Afectó a más de trescientas personas y 114 de ellas fueron arrestadas por ‘atentar contra la moral y las buenas costumbres’ […]. Algunas de las personas arrestadas aquella noche fueron encarceladas [en virtud de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social vigente en esa época] y los extranjeros fueron deportados. A todos se les abrió un expediente policial y se les amenazó con estar ‘bajo vigilancia de las autoridades’. Muchos de los locales fueron multados y clausurados, y la mayoría quedaron cerrados para siempre», comentan también. Por desgracia, ese triste episodio sumergiría a Torremolinos en un largo periodo de decadencia como destino turístico y de libertad.

Cabe señalar también que la mítica callejuela de Torremolinos —que se correspondería con lo que hoy se llama Pasaje Gil Vicente—  y el estadounidense local The Stonewall Inn están hoy día hermanados por el arcoíris. «Aquello fue un momento muy emotivo para nosotros, [sucedido] en el World Pride del año pasado, en Nueva York», apostilla Pérez. No es para menos, desde luego.

Os dejamos aquí el ilustrativo vídeo de presentación de este proyecto: