"Si se suman dos manzanas, pues dan dos manzanas. Y si se suman una manzana y una pera, nunca pueden dar dos manzanas, porque es que son componentes distintos. Hombre y mujer es una cosa, que es el matrimonio, y dos hombres o dos mujeres serán otra cosa distinta" - Ana Botella

Colegio religioso concertado de Málaga sigue negándose a reconocer la identidad de género de una niña transexual

El colegio religioso concertado (es decir, subvencionado con dinero público) que se niega a respetar la identidad de género de una alumna de seis años en Málaga persiste en su actitud discriminatoria pese a la denuncia pública efectuada hace solo unos días. A diferencia de otros dos colegios, el centro, perteneciente a una fundación que depende del obispado, insiste en tratar a la niña como a un niño. Según informa El País, la fiscal Flor Torres ha enviado un oficio al centro en el que se le pide que “en un futuro inmediato” adopte las medidas necesarias para respetar la identidad de género de la menor.

Los tres casos, recordemos, fueron puestos en conocimiento de la fiscal andaluza contra la violencia de género, Flor Torres, por la Asociación de Transexuales de Andalucía (ATA). Torres, que amplió hace unos meses sus competencias para asumir también la lucha contra la discriminación por razones de orientación sexual e identidad de género, abrió diligencias de investigación. Tras saltar la noticia a los medios, dos de los colegios dieron sin embargo marcha atrás y adelantaron su disposición a respetar la identidad de los pequeños. Pero el tercero sigue negándose a que una niña de seis años aparezca en las listas escolares con nombre femenino, pueda vestir el uniforme de niña y sea tratada de hecho como una niña en todas las actividades del centro sin que medie una orden judicial. Se trata del Colegio San Patricio, un centro concertado religioso que pertenece a la Fundación Diocesana de Enseñanza Santa María de la Victoria.

Este lunes, primer día en el que los alumnos tenían que vestir el uniforme, la madre optó por llevar a sus tres hijos con el chándal (el mismo para chicos y chicas) y pedir de nuevo a la dirección que acepte el cambio. “Les he dicho que ni osen llamarme porque vayan con chándal. Yo no le puedo poner a mi hija el uniforme del pantalón, no puedo hacerle eso”, ha declarado la madre, que admite sentirse “angustiada” por la situación que está viviendo su hija.

La fiscal Flor Torres, que mantiene abiertas las diligencias de investigación a la espera de que el centro dé una respuesta, ha dirigido ya un primer escrito en el que se le informa de que la inspección educativa de la Junta de Andalucía ha fijado unas pautas para que se respete la identidad de género de los alumnos transexuales que el colegio debe seguir para asegurar que no se perjudica la salud psíquica de la menor. Si el colegio sigue poniendo trabas, Torres lo denunciará por un presunto delito de discriminación por razón de género. Lo curioso de la situación es que, según explica la madre, el origen del problema no es propiamente el colegio, donde encuentra apoyo y comprensión, sino la fundación diocesana a la que pertenece (el obispado, en última instancia), que se niega a respetar la identidad sexual de la niña.

Menores transexuales, en situación de vulnerabilidad jurídica

Lo que suceda finalmente en Málaga será un buen termómetro de hasta donde las administraciones públicas andaluzas están dispuestas a llegar en la defensa de los derechos de las personas LGTB en casos concretos y reales de discriminación, después del para muchos decepcionante cierre en falso de un episodio de discriminación homófoba en un centro de salud de Jaén que «se resolvió» con unas disculpas mutuas.

En cualquier caso, lo sucedido ahora en Málaga pone de manifiesto la situación de inseguridad jurídica de los menores transexuales, a los que la ley de identidad de género española no proporciona un marco adecuado para resolver sus problemas. La ley, que en su momento supuso un indudable avance, ha quedado ya superada en muchos aspectos por normas más avanzadas, como la argentina, aprobada ya hace año y medio (y considerada por cierto un ejemplo a seguir por el Parlamento Europeo) que por ejemplo ha permitido que recientemente una niña de seis años vea reconocida legalmente su identidad de género femenina sin intervención judicial.

La propia aprobación en Andalucía de una ley integral de transexualidad, recordemos, está resultando especialmente tortuosa debido, en buena parte, a las divergencias sobre el grado de ambición con el cual la ley debería abordar la realidad de los menores transexuales.

Comentarios
  1. javi
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  3. uke
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