El suicidio del adolescente gay Sergio Urrego, discriminado por la dirección de su colegio, ante la justicia colombiana
El pasado 4 de agosto Sergio David Urrego, un joven gay de 16 años, se quitaba la vida tras sufrir el acoso de la dirección del centro en el que estudiaba, el Gimnasio Castillo Campestre, de orientación católica. Lo contábamos hace ahora tres semanas: injustamente acusado de acosar a otro alumno a raíz de que un profesor descubriera una foto de ambos besándose, Sergio acabó por suicidarse tras dejar pruebas de su inocencia. El Tribunal Administrativo de Cundinamarca reconoce ahora que efectivamente el adolescente fue discriminado, pero tanto la familia como la organización Colombia Diversa creen que el fallo se queda corto y lo apelarán. Pero también la Fiscalía investiga ya el caso.
En el fallo de la acción de tutela interpuesta por Alba Reyes -la madre de Sergio- con el apoyo de Colombia Diversa el tribunal establece que “es evidente que el móvil [de la rectora] más que protector es discriminatorio”. La rectora del centro, Amanda Azucena Castillo, había sostenido que la expulsión de Urrego “no se debió a la condición sexual del niño, sino a las manifestaciones amorosas en la institución educativa”. Argumentaciones que no resultaron creíbles para el tribunal. «Esta afirmación no es acorde con la realidad ni con las pruebas allegadas”, expresa de hecho la sentencia.
No obstante, tanto la madre del joven como Colombia Diversa consideran que el fallo se queda corto y por eso apelarán. Las razones esgrimidas son que “(1) el Tribunal no emitió órdenes para modificar el Manual de Convivencia, pese a decir que era violatorio de la Constitución; (2) tampoco ordenó la realización de un acto público donde el colegio reconozca su responsabilidad y repare el buen nombre de Sergio y su familia, ni que se le otorgue a Sergio el grado simbólico y póstumo con presencia de sus familiares y amigos; y (3) no ordenó ningún cambio efectivo a la política pública para evitar que se siga discriminando a los estudiantes del país”.
El caso ha llevado además a la Fiscalía a interrogar a tres de los trabajadores del colegio: la propia rectora, la psicóloga y el profesor que decomisó el celular en el que encontró la foto de Sergio dándose un beso con su novio. La Fiscalía los investigará por tres posibles delitos: constreñimiento ilegal, inducción al suicidio y discriminación.
Plantón en memoria de Sergio Urrego
Por otra parte, el pasado 12 de septiembre familiares, amigos, compañeros de Sergio, activistas LGBTI, ateos bogotanos y jóvenes anarquistas se hicieron presentes en las instalaciones del colegio de Sergio para protestar contra el acoso sufrido por el adolescente.
Unas 300 personas se desplazaron hasta las afueras de Bogotá para manifestar su rechazo al comportamiento del colegio que dirige y del que es propietaria Amanda Azucena Castillo:
Reacciones homofóbicas
A pesar de la fuerte reacción que ha habido en medios colombianos y en las redes sociales tras el suicidio de Sergio, los sectores más conservadores del país no han dudado en rechazar que haya existido motivación homófoba. El procurador general de la Nación, Alejandro Ordoñez, ha insinuado por ejemplo que el suicidio estaría relacionado con el hecho de que los padres del chico estuvieran separados. “Hace cerca de dos años la misma Unesco sacó una estadística relativa a los suicidios de los niños en Bogotá de cerca de 80 o 100 suicidios de niños en un año en 2011. Eso lo que demuestra es una patología social pero normalmente las patologías sociales son familiares, la destrucción de la familia trae como consecuencia estas patologías sociales”, declaró Ordóñez, que recordamos es un encarnizado enemigo de la igualdad LGTBI.
«¿Por qué se pretende culpar a las directivas de la institución por el suicidio de alguien que exaltaba el suicidio como expresión máxima de ‘libertad’? Las autoridades, en vez de estar viendo cómo pueden inculpar a la directora del colegio y usar el caso como excusa para la aniquilación de la libertad religiosa, deberían estar alarmados por la popularidad que las ideologías suicidas están ganando entre los adolescentes colombianos», se pregunta por su parte el grupo Voto Católico.
Os dejamos para finalizar esta entrada con el reportaje sobre lo sucedido con Sergio por el programa El Sofá, de Canal Capital:
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Qué lindo el video del escrache <3 Los gritos de esos chicos fueron representaciones de los gritos silenciosos de millones de colombianos, hartos de la intolerancia y de la homofobia, que también hubieran deseado estar ahí acompañando. Son los gritos de millones de latinos y también de millones de personas alrededor del mundo que exigen un mundo de libertad y de respeto. Mis ovaciones infinitas para todos ellos. La homofobia mata señores. Y no estamos dispuestos a seguir tolerándola.