"Si se suman dos manzanas, pues dan dos manzanas. Y si se suman una manzana y una pera, nunca pueden dar dos manzanas, porque es que son componentes distintos. Hombre y mujer es una cosa, que es el matrimonio, y dos hombres o dos mujeres serán otra cosa distinta" - Ana Botella

Colegio de Psicólogos de Madrid: la transexualidad no es una enfermedad y la autodeterminación de género es un derecho

El Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid ha hecho público un comunicado, elaborado por su grupo de asesores en Psicología de la Diversidad Sexual y de Género, el que deja claro no solo que la transexualidad no puede considerarse una patología, sino que la autodeterminación de la identidad sexual y de género es un derecho humano. Un comunicado que coincide en el tiempo con la disposición de los grupos de la oposición en la Asamblea de Madrid a promover una avanzada ley integral de transexualidad en la Comunidad de Madrid.

Puedes descargar aquí el comunicado completo, pero consideramos de interés destacar algunas de sus conclusiones. La primera, quizá la más trascendente, es que la autodeterminación de la identidad sexual y de género debe ser considerada «un derecho humano». Sobre la transexualidad, el documento afirma taxativamente que «no es una enfermedad mental»«Se debe despatologizar la atención sanitaria a las personas transexuales, sin que los usuarios sean tratados como enfermos mentales. Las unidades especializadas y otros servicios dependientes de la Administración, no deben incluir en sus nombres alusiones a trastorno o enfermedad mental», añade el Colegio Oficial de Psicólogos.

Eso sí, los psicólogos defienden que antes del inicio de un tratamiento, sea hormonal o quirúrgico, «es necesario realizar una valoración, como ocurre en otros casos que tampoco son enfermedad, como en el embarazo». «A esos efectos, los profesionales de la Psicología Clínica valorarán individualmente el cumplimiento de los criterios de transexualidad de la Asociación Mundial de Profesionales en Salud Transexual (WPATH por sus siglas en inglés), que incluyen entre otros, la persistencia en la identidad transexual, transgénero o de disconformidad de género, la ausencia de consumo de tóxicos, de alteraciones emocionales graves y de brotes psicopatológicos en ese momento, la información que posee sobre el proceso y sus consecuencias y la capacidad intelectual para comprender dicha información, así como la ausencia de expectativas no realistas sobre el mismo». El Colegio de Psicólogos pide, en este sentido, «evitar la confusión entre el derecho a la autodeterminación de la propia identidad y el suministro de tratamientos a demanda».

Sobre la disyuntiva entre unidades especializadas/descentralización, el Colegio considera que el bajo número de personas transexuales «hace completamente imposible la existencia de un gran número de profesionales expertos en la materia. Por ello se hace necesario compaginar la descentralización, acercando los servicios al ciudadano, con la existencia de unidades multidisciplinares especializadas». Los psicólogos madrileños consideran en todo caso necesario que los tiempos de duración de los procesos se acorten «razonablemente», ya que «las personas transexuales tienen potencialmente sufrimiento psicológico asociado a la espera para desarrollar el proceso transexualizador que desean». Asimismo, y en linea con lo expresado antes («evitar la confusión entre el derecho a la autodeterminación de la propia identidad y el suministro de tratamientos a demanda») solicitan que los cambios legales (asignación de sexo legal y nombre acordes a su sexo sentido) se puedan llevar a cabo «sin la exigencia de tratamientos transexualizadores previos».

Por lo que se refiere a menores transexuales, el documento sortea la discusión sobre la edad de inicio de los tratamientos, aunque señala que «antes de iniciar tratamientos médicos, es determinante la persistencia en el tiempo de las verbalizaciones, ideas, comportamiento de género y expresión global de la identidad social, de pertenencia al sexo sentido». «Según los datos recogidos en unidades especializadas en todo el mundo, la persistencia de la identidad sentida por el niño o niña es mayor cuando ha acudido al centro tras la pubertad en edades comprendidas entre los 15 y 16 años que cuando han accedido antes de los 11 años. Los diversos estudios sobre persistencia de la transexualidad de niños a adultos, encuentran datos muy variables pero es una constante el que la persistencia se incrementa al aumentar la edad de acceso al dispositivo y al realizarse una valoración y acompañamiento psicológicos apropiados», añade, recomendando en todo caso «una valoración suficientemente extensa para cada niño o niña e individualizar el tipo de intervención tanto médica como psicológica según cada caso».

El documento sí que señala que «los niños con disforia de género se benefician de la utilización de un nombre ‘social’ acorde con su sexo sentido e imagen expresada, para minimizar su estrés cotidiano en la integración académica, social, familiar y el desarrollo de su identidad de género. Este cambio registral, respetando el derecho a la autodeterminación, debe realizarse con el adecuado asesoramiento de expertos especializados en disforia sexual y de género, así como individualizando los tiempos de consecución del nuevo documento registral con el cambio de nombre y sexo». Añade que «a fin de procurar un adecuado desarrollo e integración el niño con disforia de género en el ámbito académico, se deben consensuar criterios y medidas a adoptar en los centro educativos para que el niño pueda utilizar su nombre ‘social’ (incluso antes de los cambios registrales) y así mismo pueda usar libremente todos los servicios del colegio, instituto o universidad, según el género sentido».

Avances positivos y alguna zona gris

Sin ser especialistas en la materia, tras una primera lectura en dosmanzanas preferimos quedarnos con aquellos aspectos sobre los que el Colegio de Psicólogos de Madrid no tiene dudas: la transexualidad no es una enfermedad, sino una expresión más de la diversidad humana; no debe vincularse la libre determinación del género (y su reconocimiento legal) a la existencia de ningún tipo de valoración médica o psicológica, y debe abordarse una reforma de la atención sanitaria a las personas trans que encuentre un equilibrio entre unidades especializadas y, para aquello en lo que sea posible, descentralización.

Algo más gris nos parece la parte referida a menores, donde la ambigüedad redaccional parece traslucir un «compromiso» entre diversas escuelas que evita pronunciarse sobre, por ejemplo, la racanería que los colectivos trans han denunciado se da en algunas de las unidades especializadas de nuestro país a la hora de suministrar tratamiento bloqueador del desarrollo puberal. Un tratamiento que evita a los y las adolescentes trans el mal trago de ver desarrollarse su cuerpo en una dirección opuesta a su identidad (tratamiento que es reversible). Es cierto que se debe «individualizar el tipo de intervención tanto médica como psicológica según cada caso», pero también lo es que cuando este tipo de tratamientos son necesarios no deben demorarse. Más satisfecho nos dejan las recomendaciones referidas al uso de un nombre «social» y su necesidad de promover protocolos escolares en ese sentido.

Entretanto, las cosas parecen avanzar en Madrid

Mientras tanto, nos llegan buenas noticias desde la Asamblea de Madrid, donde representantes de PSOE, Podemos y Ciudadanos (los tres en la oposición, aunque Ciudadanos sostiene al gobierno de Cristina Cifuentes con sus votos) han mantenido una reunión con varios colectivos LGTB y transexuales (COGAM, Transexualia, Chrysallis, Fundación Triángulo Madrid, Fundación Daniela, El Hombre Transexual, Arcópoli y Fundación 26 de Diciembre) con el objetivo de empezar a trabajar conjuntamente en la elaboración de la futura ley integral de transexualidad, un empeño liderado por la diputada socialista Carla Antonelli.

Carla Antonelli ha mostrado su satisfacción por el buen desarrollo de la reunión y el compromiso de Podemos (representado en la reunión, por cierto, por la que fuera presidenta de la FELGTB, Beatriz Gimeno, ahora diputada de dicha formación) y Ciudadanos para trabajar de forma conjunta con el PSOE y los colectivos. “Esta ley será un sueño cumplido, por ser una cuestión de justicia y derechos humanos”, ha manifestado Antonelli, que lamenta que el Partido Popular haya preferido mantenerse al margen de la mesa de trabajo.

“Esta normativa recogerá puntos fundamentales desde la despatologización de la transexualidad, la propia autodeterminación de las personas transexuales, su derechos sanitarios desde el consentimiento informado, el derecho de las y los menores a ser atendidos y recibir inhibidores hormonales llegada la pubertad, medidas contra la transfobia y el bulliyng en el sistema educativo, la inclusión laboral, la atención a las personas mayores transexuales, así como DNI transitorio en el ámbito comunitario y un amplio abanico de medidas destinadas a combatir las discriminaciones que sufre este este colectivo para su mejor inclusión en el tejido social” ha avanzado Antonelli.

Comentarios
  1. Montse Salobrio

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