Histórica condena a un obispo en Costa Rica por interferir en el proceso electoral

La resolución del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) declaró con lugar un recurso de amparo electoral presentado en contra de José Francisco Ulloa, obispo de Cartago (provincia de Costa Rica). Monseñor Ulloa exhortó en una homilía de septiembre anterior a no votar por candidatos que defendieran principios contrarios a la fe católica. Esta acción es condenatoria por leyes promulgadas desde el siglo XIX, puesto que los clérigos tienen prohibido realizar campañas políticas. Asimismo, es la primera vez que se aplica una norma de esta índole.

Jeudy Blanco, quien pertenece a Heterosexuales por la Igualdad de Derechos (grupo defensor de los derechos LGBT), junto a otras dos personas, interpuso el recurso de amparo en contra de monseñor Ulloa.

En la homilía, Ulloa instó a no votar en las elecciones de febrero anterior por candidatos “que niegan a Dios y defienden principios que van contra la vida, contra el matrimonio y contra la familia”.

En 1895, para promulgar la reforma que le impide a los clérigos hacer propaganda, se argumentó “que no debiera (la religión) traspasar los límites del fuero interno y cuyo culto debiera mantenerse siempre dentro del templo». Ahora, 115 años después, la resolución del recurso de amparo le manifiesta a Ulloa que “en lo sucesivo, deberá abstenerse de hacer llamados a no votar por candidatos o candidatas que, a su juicio, no compartan los valores de la fe católica. Se condena al recurrido al pago de las costas, daños y perjuicios causados”.

Los proyectos de ley del Estado Laico y el relacionado con la unión entre personas del mismo sexo, no se han logrado aprobar aún. No obstante, han generado una gran discusión nacional y, a la vez, provocado múltiples reacciones a favor y, como en este caso, en contra.

Costa Rica es uno de los últimos países de América con religión oficial o Estado Confesional. Esto le ha entregado a la Iglesia Católica presencia política en varios ámbitos estatales.

El resultado de las elecciones presidenciales proclamó a Laura Chinchilla como presidenta del país. Ella mantiene cercanía con la Iglesia Católica, a la cual incluso invitó recientemente a participar en comisiones políticas. Además, Chinchilla se ha manifestado en contra del proyecto de Sociedades de Convivencia, relacionado con las uniones entre personas del mismo sexo.

Cabe destacar, por último, que hace pocas semanas Chinchilla divulgó sus intenciones de instaurar el Estado Laico por medio de un Concordato (acuerdo diplomático) con el Vaticano. A cambio la Iglesia Católica recibiría dinero recolectado por los impuestos de todos los costarricenses.

Como podrán apreciar, en nuestro contexto, este es un logro histórico de un país que culturalmente se proclama favorable a los derechos humanos y la diversidad en orientación sexual, pero que en realidad está lejos de serlo. Un país donde además la Iglesia Católica es un agente político imperioso.

William López

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