Comienza Lesgaicinemad 2011

El festival de cine que la Fundación Triángulo organiza todos los años en Madrid alcanza su edición número 16, con más películas y más salas de proyección, algo que en estos tiempos, malísimos para cualquier tipo de evento cultural, es un verdadero logro. Enhorabuena desde ya. Haremos todo lo posible por comentar el mayor número de películas y, como ya hemos visto algunas, empezamos con las reseñas:

The Night Watch (Reino Unido, 2011) es uno de esos telefilmes históricos de la BBC que tanta envidian dan al que suscribe cuando los compara con los patrios. Basado en la conocida novela de la omnipresente Sarah Waters (Ronda nocturna), las peripecias de las conductoras de ambulancias londinenses durante la 2ª Guerra Mundial y otra serie de historias cruzadas (no os la perdáis, chicos, que hay escenas carcelarias entre hombres morbosísimas), todo contado de una manera que ni Atom Egoyam, empezando con la historia a la mitad (tranquilas, después de la primera media hora con cara de bobo se empieza a aclarar uno) y dirigida de una forma un poco torpe y con unos efectos especiales algo cutres (e innecesarios). En cualquier caso, merece la pena, pese a un final desalentador que epitomiza la cantinela de siempre: al final los heteros aman, los homos al menos follan y las lesbos más solas que la una (eran los años cuarenta, de todas formas). Se queda uno un poco con cara de ¿y todo esto para qué?, pero my husband dice que la novela explica todo mejor. A por ella.

Ya os hemos hablado de Gigolá (Francia, 2010) en los Desayunos en Urano: el mundo de las garçonnes (pelo corto, smoking, monóculo, cigarro y bastón) visto por los ojos (con monóculo, pelo corto, smoking, cigarro y bastón también) de Laure Charpentier, que escribió esta novela en 1972 y que ahora dirige ella misma. Ni Marisa Paredes (nadie como ella para interpretar a la anciana viciosa), ni Eduardo Noriega (con un indescriptible acento ¿corso?) ni Rossy de Palma (muy ella) están a la altura de Lou Doillon, digna hija de su madre (Jane Birkin). Recomendamos encarecidamente la lectura de la novela, tanto si os gusta la película como en el no tan improbable caso de que no os guste. La música, por lo demás, es absolutamente inenarrable. Si alguien la consigue para el móvil la quiero ya.

Mucho más interesante es Broderskab (Dinamarca, 2009): la típica historia de machitos en secta fascista que se emborrachan, y te empujo, y me empujas, y te pego y me pegas, y te escupo y me escupes… y en cuanto se dan cuenta se despiertan uno al lado del otro con el culo hecho cisco. Como la vida misma, vaya. Las demás fascistillas se ponen celosonas con la historia de los protas (cuyas caras de idiota merecerían premio al mejor al actor, sin duda) y acaba todo como el rosario de la aurora ¿o no?. Interesante la propuesta danesa, muy contenida pese al tema que podría haber dado lugar a todo tipo de excesos. En cualquier caso, causa cierto hartazgo que la homofobia/xenofobia se identifique siempre con este tipo de grupúsculos de débiles mentales, cuando su discurso es parecido al de otros grupos no tan minoritarios que incluso ganan elecciones o congregan a millones de fieles cada viernes o domingo y que son infinitamente más dañinos.

Toda la información sobre salas, horarios y películas en la página web de Lesgaicinemad.

Actualización: recordamos que del 6 al 13 de noviembre se celebra Fancinegay, el festival de cine gay y lésbico de Extremadura. Alguna de las películas que comentaremos estos días se pueden ver también allí. Es el caso de Gigolá.

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