"Si se suman dos manzanas, pues dan dos manzanas. Y si se suman una manzana y una pera, nunca pueden dar dos manzanas, porque es que son componentes distintos. Hombre y mujer es una cosa, que es el matrimonio, y dos hombres o dos mujeres serán otra cosa distinta" - Ana Botella

Los católicos LGTB tuvieron su “refugio” no oficial en las Jornadas Mundiales de la Juventud en Cracovia

espacio LGTB JMJ CracoviaEl pasado domingo concluyó la última edición de las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ), organizadas esta vez en Cracovia, Polonia. En esta ocasión, ha habido una presencia “no oficial” de un espacio LGTB en la misma ciudad. No se trata en realidad de una novedad, pues ya en las JMJ que tuvieron lugar en Madrid en 2011 hubo algo similar, pero en esta ocasión la repercusión mediática ha sido considerablemente mayor.

Coincidiendo con el final de julio tuvo lugar en Cracovia una nueva edición de las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ), las segundas en presencia del papa Francisco. El lugar no es indiferente: Polonia, un país con una deriva confesionalista creciente (como denunciaba hace pocos días Krzysztof Charamsa en esta misma página), y una ciudad, Cracovia, de la que fue arzobispo nada menos que Karol Wojtyla, luego papa Juan Pablo II.

Sin embargo, este ambiente no ha sido obstáculo para los activistas LGTB cristianos que han querido hacerse presentes. Antes al contrario, han sido visibles en el mismo centro de la ciudad. En una cafetería del barrio judío instalaron un “Refugio del Peregrino LGTB”, un espacio abierto a quienes necesitaran expresar su identidad o, sencillamente, poder abordar sin prejuicios la relación entre ser cristiano y LGTB: «queremos ofrecer un lugar en el que los católicos gais, lesbianas, transexuales y bisexuales encuentren respuestas a sus problemas y se sientan aceptados y seguros«, afirmó uno de las responsables de la asociación cristiana LGTB polaca «Fe y Arco Iris», Artur Barbara Kapturkiewicz.

Mischa Cherniak, otro organizador de la iniciativa, ha señalado la importancia que para él ha tenido la creación de este espacio: “A mis 32 años he participado varias veces en las JMJ: en 1997 en París, en Roma en 2000, en Madrid en 2011… Pero este año, en las JMJ de Cracovia es la primera vez que no oculto lo que soy, gay. Ya no tengo miedo de pasearme con mi novio (…) Cuando estuve en Madrid en 2011, ya había aceptado mi orientación sexual. Pero mi novio y yo preferimos ocultar nuestra orientación sexual y ser discretos. Esa es una de las razones por las que hemos montado el proyecto de un refugio en las JMJ para los peregrinos de la comunidad LGTB. Ahora hay al menos un lugar en Cracovia donde pueden ir si están en pareja, sin tener vergüenza de ser quienes son”.

Como era de esperar, este refugio no fue reconocido en el programa oficial, a pesar de que se ofrecieron a los organizadores de las JMJ. No obstante, también aquí Cherniak quiere ver una diferencia. Según cuenta, en 2005 también se ofreció a los organizadores de las JMJ de Colonia un espacio para los LGTB católicos, pero entonces el rechazo se hizo de malos modos: “la página de internet del proyecto fue bloqueada para que los periodistas no pudieran reunirse con los organizadores del movimiento”. En cambio, en esta ocasión, las formas fueron diferentes: “Este año se nos ha vuelto a impedir la inclusión de nuestras recomendaciones en el programa oficial de las JMJ. Pero nos han respondido de manera neutra y correcta, y yo creo que en parte es porque el papa Francisco se dirige a nosotros así”. Parece, pues, que la moderación de las formas se extiende. Claro que, como siempre insistimos, estos cambios formales aún no se han correspondido con ningún cambio real en el fondo…

Ya en 2011 hubo una iniciativa similar en Madrid

Con todo, aunque Cherniak afirme haberse mantenido “discreto” en las JMJ de Madrid, allí también habría tenido la ocasión de encontrar un espacio LGTB cristiano. Ya entonces, por ejemplo, la asociación madrileña CRISMHOM creó un espacio similar. Durante los días de las jornadas, este colectivo de cristianos LGTB mantuvo abierto su local, situado en pleno centro, en zona de tránsito de peregrinos. En el manifiesto publicado entonces, se explicaba que las JMJ no eran por desgracia las jornadas de “toda” la juventud católica y se explicaba: “Es en este espíritu de disenso leal y fidelidad en el desacuerdo como Crismhom ha decidido mantener el local abierto durante los días de las JMJ. Hemos considerado que es la mejor forma de hacernos presente: como unos cristianos más que se ofrecen a los peregrinos. La enseñanza oficial dice que estamos al margen de la comunión de la Iglesia, pero nosotros nos sabemos parte de la Iglesia”.

Por testimonio directo de quienes allí estuvieron esos días, consta que no resultaron indiferentes a quienes pasaban por allí. Ciertamente, ahora el eco mediático ha sido mucho mayor. Parece que el efecto Francisco también se nota en el reflejo que los medios hacen de iniciativas similares, lo que no deja de ser una buena noticia.

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