"Si se suman dos manzanas, pues dan dos manzanas. Y si se suman una manzana y una pera, nunca pueden dar dos manzanas, porque es que son componentes distintos. Hombre y mujer es una cosa, que es el matrimonio, y dos hombres o dos mujeres serán otra cosa distinta" - Ana Botella

Cuatro personas detenidas en Indonesia por «practicar la homosexualidad» se enfrentan a castigos como la flagelación en público

Según denuncian las asociaciones de defensa de los derechos humanos, patrullas ciudadanas han detenido a cuatro personas en la provincia indonesia de Aceh por «practicar la homosexualidad», para luego ponerlas a disposición policial. Se trata de tres varones y de una mujer transexual (a quien no se reconoce su identidad de género), contra quienes la policía islámica presentará cargos, por lo que se enfrentan a penas que incluyen castigos físicos como la flagelación en público.

Se trata de dos hechos distintos, aunque ambos han sido perpetrados por patrullas ciudadanas y han tenido lugar en Banda Aceh, la capital de la provincia. Estos grupos vecinales no tienen vinculación con ningún grupo religioso o político, pero sí fuertes lazos con la policía islámica, lo que provoca continuados abusos contra las minorías más vulnerables, que incluyen detenciones arbitrarias y torturas.

La primera detención se produjo el pasado 12 marzo, cuando la patrulla ciudadana irrumpió en una peluquería y detuvo a los dos trabajadores presentes, un hombre y una mujer transexual. Tras entregarlos a la policía islámica, esta comunicó que habían encontrado «pruebas» de que habían tenido lugar prácticas homosexuales en el local, como condones o dinero en posesión de la mujer transexual. Cabe señalar que, dado que las autoridades no reconocen la identidad de género de la mujer, es tratada legalmente como un varón y las relaciones que haya podido mantener con un hombre son consideradas como entre personas del mismo sexo.

El día 20 del mismo mes, otra patrulla invadió la residencia de dos estudiantes universitarios, bajo la sospecha de que mantenían relaciones homosexuales. Ambos fueron retenidos a la fuerza hasta la llegada de la policía islámica, que decidió registrar el domicilio e incautarles los teléfonos móviles. Al parecer, el hallazgo de condones y un colchón fue prueba suficiente para proceder a la detención de los dos jóvenes.

Según declaraciones del jefe de la policía islámica, identificado como Marzuki, «estamos completando sus informes y pronto los pondremos a disposición del fiscal». Mientras tanto, los cuatro permanecen detenidos hasta ser juzgados por un tribunal religioso. Hay que recordar que la sharía o ley islámica, vigente en la provincia de Aceh, establece fuertes castigos para quienes mantengan relaciones homosexuales. El pasado año, dos jóvenes, que también fueron detenidos por una patrulla ciudadana, fueron condenados a recibir 83 latigazos en público, en una brutal ceremonia que congregó a una multitud llena de fanatismo.

Escalada de LGTBfobia de Estado en Indonesia

A principios de año recogíamos el último y descarnado caso de LGTBfobia de Estado en Indonesia. La policía de Aceh detuvo a doce mujeres trans, les afeitó el cabello y las obligó a vestirse como «hombres normales». En diciembre de 2017 nos hacíamos eco de la condena de diez hombres a dos años de cárcel en Indonesia por participar en una supuesta «fiesta gay» en Yakarta, la capital de este país asiático. A diferencia de Aceh, en Yakarta las relaciones homosexuales no son ilegales, por lo que los detenidos fueron condenados por violar la ley contra la pornografía.

El hecho de que se utilice esta ley para perseguir penalmente la homosexualidad en un territorio en el que supuestamente esta no está criminalizada pone de manifiesto la gravedad de la situación que se vive hoy día en Indonesia. De hecho, solo en las provincias autónomas de Aceh y Sumatra Meridional, en las cuales se aplica la sharía o ley islámica (en Aceh a todos los ciudadanos, en Sumatra Meridional solo a los musulmanes, que en cualquier caso son mayoría), las relaciones homosexuales son formalmente ilegales, castigándose incluso con castigos físicos.

Pero también en el resto del país la situación se está deteriorando. Ya lo recogíamos en febrero de 2016, cuando hacíamos alusión a la ola de LGTBfobia protagonizada por políticos y líderes religiosos. Desde entonces, por desgracia, no hemos dejado de conocer casos de detenciones y abusos. Un ejemplo es la redada de mayo de 2017, que desembocó en la citada condena de diez hombres, pero ha habido muchos otros. Días antes de aquella redada, otros ocho hombres eran detenidos, igualmente acusados de celebrar una «fiesta gay» en Surabaya, la segunda ciudad del país. En Java Occidental, la provincia más poblada de Indonesia, el jefe de policía hizo pública por su parte su intención de constituir un grupo de trabajo policial para investigar la actividad de personas LGTB. Y en octubre de 2017 tuvo lugar otra redada en un local de ambiente gay de Yakarta, en la que fueron detenidos 51 hombres.

Esta espantosa situación podría agravarse de prosperar la iniciativa legislativa que pretende castigar en todo el país las relaciones homosexuales con penas de hasta cinco años de prisión.

Comentarios
  1. Robert
    • Rac

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