"Si se suman dos manzanas, pues dan dos manzanas. Y si se suman una manzana y una pera, nunca pueden dar dos manzanas, porque es que son componentes distintos. Hombre y mujer es una cosa, que es el matrimonio, y dos hombres o dos mujeres serán otra cosa distinta" - Ana Botella

Condenados a cadena perpetua dos adolescentes que planearon a sangre fría y ejecutaron el asesinato de la joven trans Brianna Ghey

De forma unánime, un jurado de Manchester (Inglaterra) ha considerado a dos adolescentes británicos culpables del brutal asesinato de la joven trans Brianna Ghey, ocurrido en febrero de 2023. Un asesinato que conmocionó a la comunidad LGTBI británica, enfrentada en tiempos recientes a un clima de transfobia alentada tanto por políticos conservadores como por el pujante lobby transexcluyente. La jueza ya ha hecho público que los dos adolescentes, una chica y un chico identificados respectivamente como X e Y, se enfrentan a una condena de cadena perpetua, si bien no ha dado a conocer el tiempo mínimo que deberán pasar en prisión antes de que esta pueda ser revisada.

El asesinato de Brianna Ghey, de 16 años, ocurrió el 11 de febrero de 2023. La joven fue acuchillada con saña, recibiendo un total de 28 puñaladas, en un parque de Warrington (condado de Cheshire, al norte de Inglaterra). Fue encontrada, ya sin vida, por dos paseantes. Brianna era una chica abiertamente trans, que había contado con el apoyo de su familia en su proceso de transición, y ella misma, muy activa en redes sociales, ofrecía apoyo a otras niñas trans.

El brutal asesinato de Brianna causó una honda conmoción y gran indignación en la comunidad LGTBI británica, por mucho que los medios de comunicación generalistas británicos (habituados a actuar como altavoz de las posiciones tránsfobas) se esforzaran por desligar el hecho de que Brianna fuera una chica trans de las circunstancias de su asesinato. Hay que tener en cuenta, en este sentido, que la comunidad trans del Reino Unido vive enfrentada desde hace varios años a una ola de transfobia sin precedentes, impulsada de la mano de políticos conservadores, activistas del movimiento transexcluyente y figuras de gran relevancia social, como la escritora J.K. Rowling.

La comunidad LGTBI también tuvo que soportar las habituales polémicas relacionadas con el tratamiento de la identidad de género cuando de menores se trata, y más teniendo en cuenta el hecho de que Reino Unido, especialmente atrasado en esta materia, no permite a los menores de edad modificar legalmente su género en documentos oficiales. The Times, por ejemplo, llegó a modificar la referencia inicial a Brianna como «una chica» y se refirió a ella con su deadname. Finalmente, tras la indignación que ello despertó, volvió a referirse a ella en femenino y con su nombre elegido. El Gobierno conservador británico, por su parte, se negó a modificar el certificado de defunción de Brianna para que en él apareciera reflejada su identidad femenina.

Por lo que se refiere a la investigación, pese a sus reticencias iniciales la Policía británica acabó por investigar lo sucedido como un delito de odio, y en pocos días detuvo a dos sospechosos, una chica y un chico, adolescentes como Brianna, y consiguió pruebas incriminatorias suficientes. Durante el juicio, celebrado entre el 27 de noviembre y el 20 de diciembre, los dos jóvenes se han acusado mutuamente de ser los responsables intelectuales del asesinato, si bien las pruebas no dejan lugar a dudas de que ambos son igualmente responsables. Entre ellas, un documento manuscrito encontrado en la casa de X, en el que planeaban el crimen, y el hallazgo del arma del crimen en la casa de Y. Pero si algo ha impresionado durante la celebración del juicio han sido las impactantes conversaciones de WhatsApp mantenidas entre X e Y, absolutamente carentes de empatía. Aunque los dos asesinos, que llevaban tiempo fantaseando con la idea de cometer un asesinato, manejaron otras posibles víctimas, acabaron focalizando su atención en Brianna, una víctima especialmente vulnerable a la que Y, con un lenguaje deshumanizador, se refería como «it» («ello») y «la presa». «Ya veremos si grita como un hombre o como una mujer», llegó a escribir Y a su cómplice.

Una vez conocida la sentencia de culpabilidad, quedan por conocer los detalles de la condena, que se harán públicos en febrero. La jueza, Amanda Yip, ha comunicado que se les impondrá una condena de cadena perpetua revisable, si bien aún no ha hecho público los años que los dos asesinos deberán pasar forzosamente en prisión antes de que la condena pueda ser revisada. En esa fecha muy posiblemente se hagan también públicos sus verdaderos nombres.

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