Italia: nuevos casos de discriminación de personas homosexuales que desean donar sangre y cumplen con los requisitos necesarios
De nuevo dos hospitales italianos se han negado a aceptar donaciones de sangre de personas homosexuales. Una discriminación que en los últimos meses se ha repetido a menudo. Episodios que ponen de manifiesto como las autoridades no aplican ni siquiera las pocas medidas, como la posibilidad de donar sangre o la legislación contra la discriminación laboral, que Italia ha aprobado en favor de las personas LGTB.
El centro de transfusiones del Policlínico Rey Humberto I de Roma se ha negado a aceptar la sangre de un hombre de 40 años, Luca A., por el solo hecho de ser homosexual (el hombre reunía todos los requisitos para ser donante). Luca ha denunciado públicamente la conducta del centro, que ha calificado de abiertamente discriminatoria. El Policlínico, por su parte, niega que haya habido discriminación alguna. La directora de la unidad de Hematología, Gabriella Girelli, ha declarado en su centro “no se selecciona a las personas en base a la orientación sexual” y que no pueden donar solo aquellas personas que no mantengan una relación estable desde por lo menos 4 meses o que hayan realizado cualquier actividad o conducta de riesgo como por ejemplo mantener relaciones sexuales sin preservativo. En todo caso, ha subrayado la directora, el médico siempre decide en última instancia tras el reconocimiento oportuno. Luca, por su parte, afirma que mantiene una relación estable desde hace más de 5 meses y que el médico simplemente le negó la posibilidad de donar tras conocer que es homosexual, sin pedirle más detalles. No es, de hecho, la primera vez que el Policlínico se niega a aceptar la donación de una persona homosexual. Hace algunos meses este centro se negó a aceptar la sangre de una mujer de 39 años por ser lesbiana.
Lo ocurrido ha sido condenado por la diputada abiertamente lesbiana del Partido Demócratico (PD) Paola Concia, que lo ha calificado de “violencia” y de constituir una “ignorancia extrema indigna de un país civilizado”
Otro caso en Lanciano
También el Hospital Floraspe Renzetti de Lanciano, en los Abruzos, se niega a aceptar donaciones de sangre de personas homosexuales. Una situación que ha sido denunciada públicamente por la asociación abruzzesa de defensa de los derechos LGTB Jonathan, que ha revelado que su centro de transfusiones distribuye a los donantes un documento en el que se listan 11 criterios de exclusión para la donación de sangre, el segundo de los cuales consiste en mantener “relaciones homosexuales”.
El letrado de Jonathan, Andrea Cerrone, ha subrayado que el documento no hace ninguna mención de la palabra preservativo y que tampoco se habla de relaciones sexuales protegidas. Cerrone ha anunciado que su asociación demandará el hospital si no se modifica el documento. La dirección general de la ASL (la unidad local de la administración sanitaria) de Lanciano, Vasto Chieti, ha anunciado que el documento será modificado y que en la nueva versión “se evitarán expresiones homofobas y valoraciones que no sean de carácter médico”.
En Italia ninguna ley impide a las personas abiertamente homosexuales o bisexuales donar su sangre si cumplen los requisitos. En la práctica, sin embargo, muchos centros y hospitales se niegan a aceptar sus donaciones. En dosmanzanas hemos recogido ya varios ejemplos, como los ocurridos recientemente en Somma Lombardo y en el centro de transfusiones del Policlínico de Milán. El caso de Milán, que recogíamos hace pocos días, es particularmente llamativo en razón del reconocimiento explícito que su director, Maurizio Marconi, ha hecho de lo sucedido. Marconi ha admitido que su centro incluye la homosexualidad entre los criterios de exclusión para la donación de sangre, afirmando que su centro aceptaría solo la donación de un homosexual “casto”.
Injustificado desde el punto de vista científico
Pese a que la donación de sangre por parte de varones homosexuales genera un gran debate en países como Estados Unidos, Canadá o Francia, que la prohiben, los expertos coinciden en que el factor determinante a la hora de prohibir o no donar sangre debe ser las prácticas individuales de riesgo, como por ejemplo sucede en España (y teóricamente en Italia) y no la orientación sexual del donante.
En Estados Unidos, por ejemplo, un Comité Federal volvió a votar en 2010 mantener la prohibición total, pese al criterio favorable de instituciones como la Cruz Roja, la Asociación Médica Americana o la Asociación Americana de Bancos de Sangre. Curiosamente, el propio Comité reconocía que la actual legislación excluye muchas donaciones de bajo riesgo mientras que permite otras potencialmente más peligrosas. Sí que han hecho cambios Reino Unido y Suecia, que ahora permiten donar a los homosexuales que lleven un año sin mantener relaciones sexuales.
En España la ley establece la exclusión de la donación en función de la existencia de conductas de riesgo y no de la orientación sexual. Tras el cese de la conducta de riesgo la ley marca que se excluya la donación «durante un periodo determinado por la enfermedad en cuestión y por la disponibilidad de pruebas apropiadas en cada caso». En la práctica este periodo suele ser de un año. Hay que tener en cuenta que la sangre donada es sometida a tests de VIH, entre otros agentes infecciosos, pero existe la posibilidad teórica de que una infección recién transmitida no sea detectada debido a la existencia de un “periodo ventana” entre el momento preciso de la infección y su “detectabilidad” en las pruebas.
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