"Si se suman dos manzanas, pues dan dos manzanas. Y si se suman una manzana y una pera, nunca pueden dar dos manzanas, porque es que son componentes distintos. Hombre y mujer es una cosa, que es el matrimonio, y dos hombres o dos mujeres serán otra cosa distinta" - Ana Botella

La partida

Desayuno en Urano

En estos desayunos tenemos una especial predilección por algunos directores de cine que nunca hemos ocultado. Con Antonio Hens nos pasa eso. Hens ha hecho una película de dolorosa belleza, con momentos estéticos que podrían recordar a Pasolini o Derek Jarman. Por ponerle alguna pega a La partida (España, 2013), nos hubiera gustado que se olvidara de las tramas secundarias, que aportan poco (salvo el personaje interpretado por Mirtha Ibarra, totalmente enloquecida). El gran problema es Toni Cantó: como un extraterrestre recién llegado pone en cada segundo cara de oveja degollada, como si no se estuviera enterando de nada. El contraste con las dos interpretaciones magistrales de Reinier Díaz y Milton García es espectacular. Quizá Antonio Hens debería montar la película eliminando completamente su personaje, y ofrecerla como extra en el DVD. Ya entrevistamos a Antonio Hens en su día con Clandestinos, y reproducimos hoy una entrevista que le ha hecho Eduardo Nabal, al que agradecemos su colaboración:

La partida es un proyecto que llevabas acariciando desde hace mucho tiempo. ¿La rodaste en Cuba porque querías hacerla allí o porque la industria española está de capa caída?
La partida se rueda en Cuba porque es la historia de dos personajes cubanos que no pueden escapar de su realidad social, es decir, que obligatoriamente había que rodarla allí o en cualquier otro lugar donde pudiera reproducirse esa realidad.

Tu relación con el país y con las instituciones cubanas no sé cómo es ahora, pero tu punto de vista parece muy crítico. No obstante, está Mirtha Ibarra, la viuda de Gutiérrez Alea como un personaje importante.
Yo he coproducido varias películas con el instituto de la cinematografía y las industrias audiovisuales de Cuba (ICAIC) y mi relación es buena. La película no es crítica ni deja de serlo, no es una película más que se posicione a favor o en contra del sistema allí establecido, es solo un retrato de dos personajes posibles. Son personajes marginales y creo que eso queda claro: que no todo el mundo vive como Yosvani y Reinier, más bien al contrario. Me interesa solamente este tipo de personajes que podrían encontrarse con otras características en las calles de San Francisco o en las de Sevilla. La elección de Cuba es por su peculiaridad y por mi conocimiento previo de la escena.

Las calles de La Habana parecen una mezcla de infierno y paraíso. ¿Sigue habiendo mucho turismo sexual?
Sí, claro. Aprovechando las necesidades de la población se ha desarrollado una gran afluencia de turistas que buscan sexo. Eso no es infernal, pues no existe la trata ni la explotación. Es una cuestión voluntaria de quienes se prostituyen.

Clandestinos causó mucha polémica y no tuvo la buena acogida de tu corto En malas compañías. No obstante las pocas imágenes que hemos podido ver de La partida prometen no defraudar.
La partida no es un «boutade» como Clandestinos, es una película mínima, un retrato de dos personajes. La mirada es contemplativa, menos narrativa, y tal vez carezca de imágenes fuertes como Clandestinos. Tiene situaciones muy fuertes, eso sí. Tampoco es una película complaciente. A ver cómo se lo toma el público aquí.

¿Por qué elegiste a Toni Cantó? ¿Fue antes o después de que el entrara en política y se metiera en desagradables polémicas?
Elegí a Toni Cantó porque necesitaba construir el personaje de un entrenador de fútbol de un equipo nacional español. Es decir, necesitaba a alguien que jugara lo suficientemente bien al fútbol como para dar el pego por cámara, y Toni juega muy bien. Además necesitaba un cliente para Reinier que fuera lo suficientemente atractivo como para generarle dudas. Toni es el actor ideal. Su elección como actor fue anterior (mayo de 2011) a su elección como representante de los ciudadanos.

Hay imágenes muy hermosas de La Habana. No obstante, en el ambiente se respira pobreza, extorsión y ganas de escapar.
La Habana es así, testigo de un pasado esplendoroso, pero ajada por la falta de reparaciones. Ese es el ambiente que habitan los personajes: La Habana de la desolación, de la falta de esperanza…

Al contrario que tus anteriores trabajos La partida deja una sensación de tristeza que entronca con las primeras películas neorrealistas de Pasolini. Cuando ahora vemos aquí situaciones parecidas a diario, ¿crees que es un factor a favor o en contra del éxito de la película?
El público dirá. Yo creo que siempre es dura la contemplación de una tragedia, pero este es el destino que les espera a nuestros personajes en la historia tal y como está planteada. No creo que la catarsis marque el éxito de una película.

4 estrellas

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Comentarios
  1. Hans
  2. Anonimo

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