"Si se suman dos manzanas, pues dan dos manzanas. Y si se suman una manzana y una pera, nunca pueden dar dos manzanas, porque es que son componentes distintos. Hombre y mujer es una cosa, que es el matrimonio, y dos hombres o dos mujeres serán otra cosa distinta" - Ana Botella

Grupos homófobos celebran un encuentro en Moscú y piden la extensión de las leyes homófobas rusas al resto del mundo

Organizaciones homófobas y políticos de varios países participaron la semana pasada en el «Foro Internacional por la Familia y el Futuro de la Humanidad», evento organizado en Moscú a mayor gloria de la legislación homófoba rusa, que sus participantes han propuesto exportar al resto del mundo. El encuentro, al que el presidente ruso Vladimir Putin hizo llegar un saludo personal, sustituye al que el denominado «Congreso Mundial de las Familias» tenía previsto celebrar también en Moscú pero que fue cancelado tras el inicio de la crisis entre Rusia y Ucrania.

El Congreso Mundial de las Familias es una organización itinerante, con base en Estados Unidos, que en mayo de 2012 celebró por ejemplo una de sus cumbres en Madrid. Un encuentro en el que se defendieron valores como la vuelta de la mujer al hogar, la oposición frontal al aborto y la negación de derechos a las parejas del mismo sexo, y que contó entonces con el respaldo de miembros del PP y de representantes de los Gobiernos central, de la Comunidad de Madrid y del Ayuntamiento. El Congreso Mundial de las Familias se ha significado también por sus elogios a la legislación homófoba rusa, que como alertábamos hace ahora un año ha articulado en torno a su defensa una auténtica «internacional homófoba». Es por eso que tenía pendiente organizar una de sus cumbres en Moscú, pero el estallido de la crisis ucraniana y las sanciones contra Rusia por parte de los Estados Unidos daban al traste con el proyecto tal y como fue inicialmente concebido. Hace unos meses el Congreso Mundial de las Familias anunciaba su suspensión, sin que ello significara retirar su apoyo «a las iniciativas del pueblo ruso, a través de sus representantes electos, de proteger la vida, la familia y la inocencia de los niños».

El forzado paso atrás del Congreso Mundial de las Familias no amilanó sin embargo a sus correligionarios rusos, que promovieron un evento alternativo que lo sustituyera, con la misma localización y en las mismas fechas. De hecho, dos dirigentes de la organización estadounidense han seguido formando parte del comité organizador. La nueva conferencia ha contado en cualquier caso con el patrocinio de varias organizaciones rusas «profamilia» y ortodoxas, aunque ni mucho menos ha estado limitada al ámbito de esa religión. Dos de sus participantes han sido por ejemplo Talgat Tajuddin, muftí supremo de Rusia, que destacó como «los valores familiares del islam tradicional» siempre han sido respetados en Rusia, o el gran rabino de ese mismo país, Berel Lazar, que destacó la necesidad de que el estado ruso otorgue apoyo no solo material sino «moral» a la familia tradicional.

En el encuentro han estado representadas organizaciones de Estados Unidos, Canadá, Australia, Reino Unido, Italia, Francia, Polonia, México, Venezuela, Nigeria o Filipinas, sin olvidar a países de la órbita exsoviética. Destacable fue por ejemplo la presencia, pese al boicot estadounidense a Rusia, de Brian Brown, presidente de National Organization for Marriage, una de las organizaciones homófobas más destacadas de los Estados Unidos.

Presencia de políticos europeos

Al evento también acudieron políticos de derecha de países de la Unión Europea, como el diputado griego por Nueva Democracia Anastasios Nerantzis -secretario general de la interparlamentaria ortodoxa- o el eurodiputado del Frente Nacional francés Aymeric Chauprade, que defendió que el mundo vive una guerra entre la «barbarie» representada según él por el aborto, la gestación subrogada o el matrimonio homosexual y la «espiritualidad», representada por los valores tradicionales.

El eurodiputado francés se deshizo por cierto en alabanzas a Putin, del que dijo representaba «la esperanza» en esta supuesta guerra. No conviene olvidar en este punto que los grupos homófobos occidentales tienen grandes esperanzas puestas en la «vía rusa». Y es que si legislaciones homófobas como las existentes en la mayoría de los países musulmanes o en territorios que en su momento formaron parte del imperio colonial británico (o incluso las que hoy se promueven en países africanos) resultan difíciles de defender ante la opinión pública occidental, la ley rusa sí proporciona elementos interesantes para este fin. Rusia es un país de enorme importancia económica y geoestratégica, de herencia cultural cristiana, y su legislación homófoba comulga con lo que algunos autores han dado en llamar “homofobia liberal”: la homosexualidad se tolera como conducta privada, pero no como una realidad afectiva, sexual y familiar visible, equiparable a la heterosexualidad y merecedora de su misma protección jurídica.

Conviene recordar que la ley rusa utiliza como argumento la “protección a la infancia”: prohíbe informar positivamente sobre homosexualidad en cualquier ámbito al que tengan acceso menores. Ello supone en la práctica que ni marchas del Orgullo, ni manifestaciones públicas, ni programas contra el acoso escolar, ni información sobre salud sexual, ni cualquier actividad que se considere susceptible de ser entendida como “propaganda homosexual” puede tener lugar en todo el estado ruso. La homosexualidad queda reducida a una conducta invisible a los ojos de la sociedad, y el activismo LGTB resulta estrangulado.

Manifiesto homófobo enviado a Naciones Unidas

El fruto más visible del encuentro ha sido sin embargo una resolución en la que se hace una llamada «a las naciones del mundo» a que adopten medidas para proteger la que llaman «familia natural», como la extensión de las legislaciones que prohíben la «propaganda homosexual» o investigar los supuestos efectos nocivos de que parejas del mismo sexo puedan criar hijos.

El manifiesto ha sido enviado, entre otros, a la Asamblea General de Naciones Unidas, a su secretario general y a su Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, con objeto de que sus programas se reformulen en favor de sus postulados. Puede sonar disparatado, pero no está de más recordar por ejemplo que hace unas semanas el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas adoptaba una resolución de protección a la familia de la que, precisamente tras la intervención de Rusia, quedaba excluida toda mención a la diversidad de realidades familiares.

Comentarios
  1. odin
  2. Castillo
  3. Yo mismo
  4. Despotorramiento feroz
  5. YoClaudio
  6. Gema
  7. Boycott a la Rusia Nazi

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