"Si se suman dos manzanas, pues dan dos manzanas. Y si se suman una manzana y una pera, nunca pueden dar dos manzanas, porque es que son componentes distintos. Hombre y mujer es una cosa, que es el matrimonio, y dos hombres o dos mujeres serán otra cosa distinta" - Ana Botella

Andalucía: triunfo del PSOE, debacle del PP y subida global de las fuerzas progresistas. A priori, buenas noticias en clave LGTB

El PSOE, con un 35,43% de los votos -cuatro puntos menos que en 2012- mantiene sus 47 escaños, y gracias a la debacle del PP, que cae al 26,76% de los votos -trece puntos y alrededor de medio millón de votos menos, 33 diputados- se convierte en la fuerza más votada en las elecciones al Parlamento de Andalucía celebradas este domingo. Podemos, con un 14,84% de los votos y 15 diputados, es la tercera fuerza política, seguida de Ciudadanos (9,28%, 9 diputados) e Izquierda Unida (6,89%, 5 diputados). 

Muchos son los análisis que se harán estos días del resultado de las elecciones. Parece indiscutible, en cualquier caso, que el PSOE obtiene un muy buen resultado, considerando el contexto político actual, y que la presidenta andaluza, Susana Díaz, ve reforzada su posición interna como líder de referencia del partido frente al secretario general, Pedro Sánchez. Por lo que se refiere al PP de Mariano Rajoy, sufre un varapalo importante (es, a nuestro juicio, el resultado más significativo de las elecciones) y ve como surge con fuerza una formación, Ciudadanos, que amenaza con hacerse con una parte importante de su electorado (un escenario novedoso para la derecha española, que hasta ahora siempre ha acudido a las elecciones unida bajo el paraguas del PP).

Muy variadas serán las interpretaciones del voto a Podemos, sobre todo en función de las filias y fobias que despierta. Objetivamente ha obtenido un buen resultado, teniendo en cuenta que se trata de un partido que hace año y medio no existía, y que en el momento de convocarse las elecciones no disponía de estructura organizada en Andalucía. Aun así, triplica los votos obtenidos en esa comunidad en las elecciones europeas de 2014. Muchos considerarán, sin embargo, que su resultado queda por debajo de las expectativas generadas, y que más allá de algún triunfo simbólico -como la victoria en Cádiz capital- resulta insuficiente como para augurar un vuelco en la situación política española en las elecciones venideras. Solo el tiempo lo dirá.

Desde el punto de vista LGTB, no podemos más que lamentar la caída de Izquierda Unida, que de las formaciones que han obtenido representación es sin duda la que dispone de un programa más desarrollado en este ámbito. IU presentaba además como candidato a presidir la Junta de Andalucía a un político abiertamente gay, Antonio Maíllo. En cualquier caso, siendo muy importante su caída, lo cierto es que sigue manteniendo un porcentaje significativo de voto y no ha resultado fagocitada por el ascenso de Podemos.

Derechos LGTB, incógnita por despejar

La gran pregunta, desde el punto de vista LGTB, es qué pasará ahora. La coalición de PSOE e IU que ha gobernado Andalucía entre 2012 y 2015 ha sido fructífera, dando como principal resultado la aprobación (por unanimidad de todos los partidos) de una de las leyes integrales de transexualidad más avanzadas del mundo. Sin embargo, a nadie se le oculta que el trabajo de IU fue determinante, y la ley sigue aún pendiente de su completo desarrollo reglamentario, como los colectivos transexuales andaluces ya han denunciado. Está por ver que en la nueva legislatura se continúe con éxito la labor iniciada en la anterior.

Todo dependerá, evidentemente, del juego de alianzas que el PSOE decida. El programa electoral socialista solo se refiere de pasada a los derechos LGTB (ver programa, páginas 103 y 203), y su única promesa concreta es la creación de un consejo de colectivos LGTB. Un nuevo pacto de gobierno del PSOE con Izquierda Unida, formación con un programa LGTB muy desarrollado (ver aquí), parece poco probable, dado que juntos no reúnen mayoría absoluta. Un pacto del PSOE con Podemos, cuya mención a los derechos LGTB es también genérica (ver programa, página 100), ha sido expresamente descartado por Susana Díaz. En cualquier caso, más allá de pactos de gobierno o de legislatura, la suma de los tres partidos (67 diputados) es más que suficiente para aprobar cualquier medida en favor de los derechos LGTB.

Está por confirmar cual sería la postura de Ciudadanos, pero al menos debemos concederle el beneficio de la duda al incluir una referencia a los derechos LGTB en su programa (página 37), aunque sea la más genérica de todas («Promoveremos actuaciones políticas que corrijan la inercia social discriminatoria respecto a las mujeres, hombres y colectivos marginados, como los homosexuales y transexuales, velando por el cumplimiento efectivo de las directrices europeas sobre igualdad»). El PP, por último, no incluye mención alguna a los derechos LGTB en su programa, pero dado su pobre resultado ello no importa demasiado en este caso.

En definitiva, el impulso a los derechos LGTB en Andalucía no debiera ser, a priori, un problema. La pelota, en cualquier caso, está en el tejado de Susana Díaz.

Comentarios
  1. Daniel
  2. javi
  3. Ryszard
  4. Siempre la misma canción
  5. Santi
  6. Ryszard

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