"Si se suman dos manzanas, pues dan dos manzanas. Y si se suman una manzana y una pera, nunca pueden dar dos manzanas, porque es que son componentes distintos. Hombre y mujer es una cosa, que es el matrimonio, y dos hombres o dos mujeres serán otra cosa distinta" - Ana Botella

Los Premios Óscar 2021 en clave LGTB: triunfa la pluralidad… sin nosotros

Como marca la tradición, hoy voy a comentar la 93ª edición de los Premios de la Academia de Hollywood en clave LGTB, si bien, me temo, hay muy poco que comentar. Y eso que probablemente haya sido la edición más plural de la historia en lo que a género y raza respecta. Así, de las ocho películas aspirantes al premio principal, solo una contaba con un personaje LGTB, que además es muy secundario: la jefa y amiga de Carey Mulligan en Una joven prometedora, encarnada por la actriz trans Laverne Cox en lo que supone toda una declaración de intenciones de la guionista y directora Emerald Fennell, que deja así claro que su feminismo no es transexcluyente. Motivo extra para alegrarse de que, embarazadísima, esta última recibiera el Óscar a mejor guion original.

Con respecto a los diez intérpretes nominados, solo dos lo estaban por personajes LGTB: la debutante Andra Day (Los Estados Unidos contra Billie Holiday, del abiertamente gay Lee Daniels) y la veterana Viola Davis (La madre del blues, de George C. Wolfe), siendo curioso que las dos encarnasen a artistas clave de la música afroamericana de la primera mitad del siglo pasado, respectivamente Billie Holiday (1915-1959) y Ma Rainey (1886-1939), ambas bisexuales. La convencional Los Estados Unidos contra Billie Holiday solo contaba con dicha nominación, mientras que la interesante pero demasiado teatral La madre del blues tenía cuatro más: actor (el fallecido Chadwick Boseman, cuya inesperada derrota fastidió el final de la gala a unos organizadores nada previsores), diseño de producción (Mark Ricker, Karen O’Hara y Diana Stoughton), vestuario (Ann Roth) y maquillaje y peluquería (Sergio López-Rivera, Mia Neal y Jamika Wilson), ganando los dos últimos (y batiendo dos récords por ello: Roth es la ganadora de mayor edad de toda la historia de estos premios, con 89 años, y Neal & Wilson son las primeras personas negras premiadas en su categoría, donde además compartieron premio con un español: Sergio López-Rivera, que por cierto acudió a la gala con su marido).

Como he señalado, Day y Davis encarnan con arrojo a mujeres LGTB, pero lo cierto es que en ambos casos dicha identidad resulta poco relevante para el desarrollo de la trama (sobre todo en el caso de Davis, a quien por cierto muchos esperaban ver convertida en la primera actriz negra receptora de dos Oscars). Habría sido maravilloso que la Academia se acordase de Kate Winslet, quien está mejor que nunca en Ammonite, la esperada película de Francis Lee tras la maravillosa Tierra de Dios (2017), pero lamentablemente la irregularidad del guion no ha permitido a la cinta obtener una sola nominación, incluso cuando el excelente diseño de vestuario de Michael O’Connor sí fue nominado al BAFTA. También era LGTB la controvertida protagonista de I Care a Lot, pero, a pesar de que Rosamund Pike se hizo con el Globo de Oro a mejor actriz de comedia o musical, la entretenida pero irregular cinta de J Blakeson nunca estuvo en el radar de la Academia.

Para dar con un toque LGTB más tenemos que ir hasta la categoría de mejor canción original, donde encontramos «Io sì» (12ª nominación frustrada de Diane Warren, coautora esta vez junto a Laura Pausini), de La vida por delante, de Edoardo Ponti, película protagonizada por Sophia Loren que incluye un personaje trans interpretado por la española Abril Zamora, y «Husavik», de Festival de la Canción de Eurovisión: La historia de Fire Saga, de David Dobkin, que es menos LGTB de lo que cabría esperarse de una película dedicada a Eurovisión pero sigue teniendo su interés en este sentido. Aun siendo estupendas, y protagonistas de dos números musicales maravillosos durante el preshow, las dos canciones perdieron frente al potente «Fight For You» de Judas y el mesías negro, probablemente perjudicadas por las flojas películas que las acogían.

Por último, cabe mencionar que, aunque ninguno logró finalmente la nominación, varios países enviaron cine LGTB a competir por el Óscar a mejor película internacional, entre ellos Francia (Entre nosotras, de Filippo Meneghetti, que sí pasó el primer corte), Finlandia (Tove, de Zaida Bergroth), Cuba (Buscando a Casal, de Jorge Luis Sánchez) y Perú (Canción sin nombre, de Melina León). Asimismo, muchos esperaban que Bienvenidos a Chechenia, de David France (muy querido en nuestra comunidad gracias a Cómo sobrevivir a una epidemia, 2012, y The Death and Life of Marsha P. Johnson, 2017), fuera nominado en el apartado de mejor documental, incluso en el de efectos visuales, pero finalmente no fue así. Nada más que comentar más allá del guiño LGTB de la cinta animada Onward, de Dan Scanlon, y lo guapa que se puso la mencionada Laverne Cox para la ocasión. Como decía, la 93ª edición de los Oscars ha sido bastante triste a nivel LGTB, si bien la calidad del palmarés, que no de la gala, es innegable. (Para más información, os remito a mi crónica de los Oscars).

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