Un año después de la toma de posesión de Obama, el distanciamiento entre el movimiento LGTB y los demócratas es evidente
Cuando está a punto de cumplirse un año de la toma de posesión de Barack Obama como Presidente de Estados Unidos, la conocida revista LGTB The Advocate lleva a su portada un hecho que cada vez se revela con más fuerza: la desilusión del movimiento LGTB estadounidense y su distanciamiento del Partido Demócrata.
The Advocate, en un extenso artículo, repasa una serie de hechos que hacen dudar del compromiso demócrata con los derechos LGTB, como la ausencia de una implicación activa del partido en la campaña del referéndum de Maine -que supuso la derrota de la ley que hubiera permitido el matrimonio entre personas del mismo sexo en ese estado- o lo sucedido recientemente en los Senados de Nueva York y Nueva Jersey, en los que una parte de los demócratas se unieron a los republicanos para impedir la aprobación de sendas leyes de matrimonio.
Tampoco gusta la postura de los demócratas a nivel federal en relación a proyectos que fueron promesas electorales de Obama. La discusión de leyes tan importantes como la Employment Non-Discrimination Act (la ley que impediría la discriminación laboral por razones de orientación sexual o identidad de género, legal en 29 estados) o la derogación del «Don’t ask, don’t tell” (la ley que obliga a militares gays y lesbianas a mantener en secreto su orientación sexual a cambio de no ser expulsados del Ejército) se retrasa una y otra vez.
Muchos temen que al ser 2010 año electoral (se renuevan Congreso y un tercio del Senado) las discusiones se demoren hasta 2011. Cada vez son más los demócratas partidarios del retraso, de hecho, temerosos del desgaste que la derecha político-mediática puede causarles, tal y como ha sucedido con el proyecto de reforma sanitaria. Por lo que se refiere a la derogación del DOMA (Defense of Marriage Act, la ley que impide a la administración federal reconocer los matrimonios entre personas del mismo sexo) ni siquiera está sobre la mesa en este momento.
Es por eso que surgen voces como la del activista David Mixner, partidarios de suspender toda donación económica al Partido Demócrata que no se acompañe de una contraprestación clara y firme: no hay que olvidar que el movimiento LGTB financia a los demócratas con millones de dólares. No todos, sin embargo, están de acuerdo, dado que las personas LGTB no dejan de constituir una pequeña minoría. «Nadie en la Casa Blanca está pensando ‘Oh Dios mío, se acaba el dinero gay’, ni siquiera si el boicot fuera efectivo al 100%», afirma a The Advocate una prominente personalidad LGTB que apoya a la administración Obama.
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Flick
Flick no es más que el "nick" con el que empecé a comentar (y discutir, y razonar...) en dosmanzanas, allá por 2006. Me sabía a poco, por eso decidí colaborar y compartir mi pasión por estar informado. Y aquí sigo.
Obama es un fiasco para los LGTB estadounidenses
Si sólo fuera en este tema… Aunque por otro lado, ¿no era previsible?
Saludos
Obama no es un fiasco, al menos para mí
uff, que coment mas ambiguo hice.. me refería a que no tenia esperanzas en ese producto mediatico llamado Obama, ese Mesias generador de falsas ilusiones para una multitud necesitada de, por una parte, derrocar la ultra-caverna republicana y por otra, de creer en un referente, y la verdad, sin ser racista (y sí lo estoy siendo que me crujan a negativos, per no es mi intención), el que fuera mulato fue lo que genero esa confianza sin igual en él, por fin, alguien miembro de una minoría discriminada accede a la casa blanca!! seguro que es bueno.. y no recordamos a la infame Margaret Tachter… Aun así, me alegre como mejor opción posible de lo de Obama así como me alegraría de haber estado de lo de la Margaret, mas por simbolismo que por otra cosa