Un alcalde inglés conocido por su oposición al Orgullo LGTB defiende ahora a los talibanes como un ejemplo de valores familiares

Peter Davies es el alcalde de Doncaster, en Inglaterra. Hace unos meses intentó retirar la subvención municipal que permitía organizar una marcha del Orgullo en la ciudad con el argumento de que una cosa es lo que los homosexuales «hagan en privado» y otra que se financien marchas donde «publicitan su homosexualidad».  Ahora Davies vuelve a ser objeto de polémica al afirmar que los talibanes de Afganistán son un ejemplo de valores familiares.

Davies es un político que ha conseguido cierta popularidad en su país gracias a un discurso populista: retirar fondos públicos destinados a lo que llama lo «políticamente correcto» (personas LGTB, integración de inmigrantes, etc.), bajarse el sueldo, recortar el número de concejalías, etc. Respecto a su intento de retirar fondos al Orgullo LGTB de Doncaster, Davies se vio obligado a dar marcha atrás ante la evidencia de que suspenderlo supondría para la ciudad pérdidas económicas más cuantiosas que el pretendido ahorro de dinero municipal.

Davies, tras considerar a los talibanes un ejemplo de «vida familiar ordenada», añadió, refiriéndose al alto índice de violencia y abusos contra menores por parte de sus padres: «lo único que puedo decir sobre los talibanes es que ellos tenían una sociedad ordenada, sin los cientos de casos de niños amenazados por padres violentos que tenemos aquí en Doncaster».

Tras las críticas recibidas, Davies se ha defendido afirmando que «lo que quise decir es que incluso un régimen tan horrible como el de los talibanes promovía una cierta decencia de los asuntos familiares (…) mientras que en este país hemos promovido políticas sociales laxas, despreciando el matrimonio y la familia y creando caos en la sociedad».

Como curiosidad, cabe señalar que Davies pertenece al English Democrats Party, un partido nacionalista inglés que defiende la creación de un parlamento y un gobierno propios al margen de los de Gran Bretaña. Y es que mientras que Escocia y Gales disfrutan de un parlamento propio, los asuntos de Inglaterra son discutidos en el parlamento británico desde 1707, algo que este partido considera un agravio.