"Si se suman dos manzanas, pues dan dos manzanas. Y si se suman una manzana y una pera, nunca pueden dar dos manzanas, porque es que son componentes distintos. Hombre y mujer es una cosa, que es el matrimonio, y dos hombres o dos mujeres serán otra cosa distinta" - Ana Botella

Tanto el primer ministro de Canadá como los aspirantes al liderazgo conservador acuden al Orgullo de Toronto

Justin Trudeau Orgullo TorontoEl primer ministro canadiense, el liberal Justin Trudeau, hizo historia el pasado domingo al convertirse en el primer jefe de gobierno de su país en participar en la marcha del Orgullo LGTB de Toronto, la más multitudinaria del país. Trudeau estuvo acompañado del alcalde de la ciudad, John Tory, y de la gobernadora de Ontario, la abiertamente lesbiana Kathleen Wynne. Pero también estuvieron presentes los tres candidatos a liderar el Partido Conservador, descabezado tras la derrota sufrida en 2015 Stephen Harper, el ex primer ministro que en su momento se opuso al matrimonio igualitario. La presencia conservadora al más alto nivel se produce después de que ese partido haya renunciado de forma expresa y mediante una votación congresual a su histórica oposición al matrimonio igualitario. 

La asistencia de Justin Trudeau al Orgullo LGTB de Toronto había sido anunciada hace meses. Lo cierto es que no supone una grandísima sorpresa, dada su conocida posición a favor de los derechos LGTB. De hecho ya había participado antes en la marcha, aunque no como jefe de gobierno. El propio Trudeau, de hecho, quiso restarle importancia. «No debería ser para tanto que un primer ministro vaya a una marcha del Orgullo. A partir de ahora no lo será», declaró.

Trudeau quiso tener además un recuerdo especial para las víctimas de la masacre homófoba de Orlando, presentes en todo momento en la memoria de los manifestantes. «No podemos dejar que el odio avance», manifestó. Trudeau colgó en su perfil de Twitter varias fotografías de su participación, acompañadas de la palabra «Pride» («Orgullo»):

El primer ministro canadiense no fue, de hecho, el único cargo en participar en la marcha. También estuvo el alcalde de Toronto, John Tory (que pertenece a un partido de centro-derecha local) y la premier de la provincia de Ontario, de la que precisamente es capital Toronto, y que se convirtió en 2013 en la primera persona abiertamente LGTB en presidir un gobierno provincial en Canadá. Ambos dejaron también constancia en Twitter de su presencia en el Orgullo:

Justin Trudeau, de 44 años, es hijo de Pierre Trudeau, el que fuera líder del Partido Liberal canadiense durante casi dos décadas y primer ministro en dos ocasiones (entre 1968 y 1979 y posteriormente de 1980 a 1984). Muchos lo consideran, de hecho, el padre del moderno Canadá. De ahí que la carrera política de su hijo, que se alzó con el liderazgo liberal en 2013, despertara tantas expectativas. Expectativas que no se vieron defraudadas gracias a su victoria en las elecciones del pasado octubre, que puso fin a los casi 9 años de mandato del conservador Stephen Harper.

Y los conservadores…

Precisamente si algo nos llama la atención, especialmente desde la perspectiva española, es la presencia en la marcha del Orgullo de los tres candidatos a liderar el Partido Conservador de Canadá tras la marcha de Harper: Kellie Leitch, Michael Chong y Maxime Bernier.

Hasta ahora, ningún líder nacional conservador había acudido al Orgullo de Toronto. No lo hizo desde luego Harper, del que el colectivo LGTB canadiense aún recuerda su fuerte oposición al matrimonio igualitario, aprobado a nivel federal en julio de 2005 (prácticamente al mismo tiempo que en España, aunque algunas provincias canadienses ya lo celebraban desde dos años antes por decisión judicial). La ley fue aprobada entonces con la oposición de los conservadores, que amenazaron con revisar el tema cuando ganaran las elecciones. Afortunadamente la primera victoria de Harper se produjo sin mayoría absoluta, y cuando en diciembre de 2006, su gobierno sometió a votación una iniciativa que en caso de haber sido aprobada hubiera supuesto “reabrir el debate” (en la que los conservadores tuvieron por cierto libertad de voto), una amplía mayoría de la Cámara de los Comunes (175 frente a 123) votó en contra de hacerlo, entre ellos doce diputados conservadores.

Tras aquella votación Harper admitió que no veía probable volver a debatir el tema, y de hecho la “reapertura del debate” sobre el matrimonio igualitario desapareció definitivamente del programa conservador. Pero no fue hasta hace unas pocas semanas que el Partido Conservador de Canadá abandonaba oficialmente su oposición al matrimonio igualitario, eliminando de su ideario la referencia al matrimonio como una institución a la que solo pueden acceder un hombre y una mujer. La decisión, dolorosa para el sector más tradicional del partido, fue adoptada por 1.036 votos a favor y 462 en contra.

Un reconocimiento oficial, explícito e inequívoco por parte de los conservadores canadienses de que en su momento se equivocaron oponiéndose a la igualdad jurídica de las parejas del mismo sexo, y que hoy hace posible que los candidatos a liderar el partido acudan al Orgullo sin que el colectivo LGTB pueda reprocharselo. Bien podría aprender, por ejemplo, el Partido Popular español, algunos de cuyos líderes expresaban hace unos días su malestar porque ningún representante del partido había sido invitado a portar la pancarta de cabecera del Orgullo LGTB de Madrid. La presidenta de la Comunidad de Madrid, que sí había sido invitada, no quiso de hecho estar presente por ese motivo, y envió en su lugar a dos consejeros de su gobierno.

Un grupo homófobo se infiltra en la marcha

En otro orden de cosas, dos incidentes alteraron la tranquilidad del Orgullo de Toronto. El primero de ellos, la protesta del movimiento Black Live Matters contra la violencia hacia las personas negras en Norteamérica, que de hecho participaba en la marcha pero que la bloqueó durante una media hora hasta que el director ejecutivo del Orgullo, Mathieu Chantelois, firmó un documento accediendo a sus demandas, que incluían una mayor representación de la población negra LGTB, así como el veto a que el año próximo participe en la marcha la Policía de Toronto por lo que consideran su actitud discriminatoria hacia la población negra.

grupo homófobo en Orgullo TorontoBastante más desagradable es el segundo incidente: la participación en la marcha de un grupo abiertamente homófobo, que de hecho se inscribió oficialmente bajo el pseudónimo «Gay Zombies Cannabis Consumers Association» («asociación de gais zombies consumidores de cannabis», podríamos traducir). Lo que parecía un divertido grupo de personas LGTB «procannabis» camufladas con disfraces verdes no era más que un grupo de homófobos pertenecientes a un movimiento cristiano extremista, liderado por  Bill Whatcott, que ya ha sido condenado con anterioridad por la justicia canadiense por su discurso de odio. El grupo repartió de hecho entre los asistentes lo que parecían cajas de condones que en realidad ocultaban desagradables mensajes homófobos.

Confiemos en que el peso de la justicia canadiense vuelva a caer sobre este grupo, empeñado en difundir odio allí donde precisamente las personas se manifiestan celebrando la diversidad.

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